Decenas de miles de manifestantes en Sudán reclaman una transición democrática
En una jornada que se prevé determinante para el futuro del país, decenas de miles de personas salieron a las calles para defender un gobierno civil. La tensión ha aumentado en los últimos días tras el frustrado golpe de Estado en septiembre y con miles de simpatizantes que piden un gobierno completamente militar. ¿Qué pasa en Sudán?
Primera modificación:
Tras la caída de la dictadura de Omar al-Bashir en 2019, la situación política en Sudán está llegando a un nuevo clímax.
La histórica unión entre civiles y militares que apartó al longevo mandatario hace dos años parece haber llegado a un diviorcio sin retorno y los ánimos están caldeados de parte y parte.
Este jueves 21 de octubre, decenas de miles de manifestantes civiles salieron en Jartum, la capital del país, y otras urbes de la nación africana, a exigir una transición democrática y que el país finalmente se encamine hacia la instalación de un gobierno civil.
Sudán está actualmente gobernado por el Consejo Soberano, un Ejecutivo transitorio creado en agosto 2019 tras el derrocamiento de Al-Bashir y compuesto por cinco civiles y cinco militares, bajo el liderazgo del general Abdel-Fattah Burhan, que había encabezado el Consejo Militar que se hizo cargo momentáneamente de la nación tras el derrocamiento del mandatario.
Simpatizantes del régimen militar se plantan ante el Palacio de Gobierno
Este 21 de octubre es además una fecha simbólica: el aniversario número 57 de la independencia del país.
Los manifestantes reclaman a Burhan que abandone el poder y que cree las condiciones de un gobierno completamente civil. El Consejo Soberano se convocó con el compromiso de llamar a elecciones democráticas en tres años y medio, pero de eso ya han pasado más de dos.
Además, el intento frustrado de golpe de Estado el pasado 21 de septiembre y el creciente llamado de partidarios de un régimen militar sobrevuelan la ya convulsionada situación. Incluso miles de estos simpatizantes de los militares se plantan ante el Palacio Presidencial desde el pasado fin de semana para pedir "un gobierno militar" que saque al país de la depresión económica. Esto ha crispado los nervios de quienes lucharon en 2019 por un cambio de poder.
Para muchos manifestantes, la sentada a favor del Ejército es un complot de los militares para recuperar el control del país. Y ven en la manifestación de este 21 de octubre un contundente llamado a encarrilar -y asegurar- la transición democrática con la celebración de elecciones libres por primera vez en 30 años, a finales de 2023, según lo prometido por el Consejo Soberano.
Por su parte, quienes piden un gobierno militar defienden que este podría poner fin al incesante ataque de grupos armados en distintas partes del país, uno de los principales flagelos de la nación. También defienden que podría traer estabilidad. "Si quieren que los precios se disparen y personas corruptas en el poder, esa es su elección, nosotros no la queremos", dice Sadeq Jaafar, de 41 años plantado ante el Palacio Presidencial.
Pero los defensores de la transición, que critican que en más de dos años de gobierno transitorio aún no haya un Poder Legislativo establecido, se niegan ante esa opción. "El pueblo ha elegido a los civiles", gritaban en Jartum y Omdurman, su ciudad gemela, decenas de miles de manifestantes que sobrepasaban en número a los partidarios de un gobierno militar.
El Gobierno transitorio promete que elecciones y llama a la calma
Ante un creciente temor de que surjan enfrentamientos entre quienes reclaman un gobierno civil y uno militar, así como que la escalada de tensiones se pueda convertir en un conflicto mayor, como ocurrió en Libia tras el derrocamiento de Muamar al-Gadafi, el propio Burhan llamó en la noche del miércoles, por primera vez, a "una unión entre militares y civiles".
El Ejército asegura estar comprometido con la transición hacia un Estado democrático que se logre tras las elecciones de 2023. El primer ministro, Abdalla Hamdok, quien lidera el gabinete bajo un acuerdo de reparto del poder entre militares y civiles, afirma que iniciará conversaciones con las diferentes facciones de la sociedad para lograr consenso.
Por otro lado, y otro factor determinante hacia qué tipo de gobierno se pueda inclinar Sudán, es la presión que ejerce Estados Unidos. Washington ha amenazado repetidamente que, de imponerse un régimen militar, reviviría sanciones económicas; medidas que llevaron justamente al hartazgo ciudadano previo al levantamiento popular contra Al-Bashir.
Con AFP, EFE y Reuters
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