Una ciudad de Camerún, desierta antes de una simbólica declaración de "independencia"

Buea (Camerún) (AFP) –

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Con las tiendas cerradas, las calles desiertas, las universidades vacías y una imponente presencia policial amaneció Buea, capital de la anglófona Región del Suroeste de Camerún, un día antes de que los separatistas proclamen simbólicamente la independencia de dos regiones de ese país en las que se habla inglés.

En el barrio de Molyko, las residencias universitarias están vacías. "Alquilo una habitación en una residencia de más de 130 dormitorios. Pero ahora, soy el único ocupante", cuenta a la AFP Benoît, un panadero francófono.

"Ya no queda nadie aquí, ningún estudiante. La fuerza de Buea son ellos. Cuando no hay estudiantes, la ciudad está muerta", explica.

Desde noviembre de 2016, la minoría anglófona, alrededor del 20% de los 22 millones de cameruneses, protesta contra la "marginación" que dice sufrir.

Tras el anuncio por parte de los separatistas de la proclamación simbólica de la independencia de las dos regiones anglófonas, el 1 de octubre -fecha de la recuperación de las partes anglófona y francófona del país, en 1961- muchos habitantes huyeron de Buea para pasar el fin de semana, temiendo altercados.

Pero Benoît se quedó. "Trabajamos con ellos [los anglófonos]. Tienen la sensación de que su zona está abandonada, de estar en otro mundo porque no se les tiene en cuenta. Se quejan con razón", considera.

Las principales entradas del barrio estudiantil están custodiadas por policías armados.

El acceso a internet y a las redes sociales está restringido desde el viernes en esta ciudad y en Bamenda, capital de la Región del Suroeste.

Las fuerzas de seguridad llevan toda la semana patrullando por la ciudad, según indicaron a la AFP fuentes concordantes.

El viernes por la noche, cinco vehículos militares con un total 70 plazas, llenos, atravesaron Molyko a toda velocidad y patrullaron por Buea Town, el barrio administrativo en el que los independentistas prevén concentrarse el domingo.

"Si los perros [los separatistas] siguen saliendo a la calle para morder, se toparán con las fuerzas de seguridad", había amenazado el 22 de septiembre el gobernador de la Región del Suroeste, Bernard Okalia Bilai, en la radio estatal.

- 'Redadas casi diarias' -

Miles de independentistas tomaron las calles el 22 de octubre en las regiones anglófonas. Los habitantes señalaron a la AFP que, desde entonces, las fuerzas de seguridad llevan a cabo "redadas casi diarias".

El jueves, las autoridades de la Región del Suroeste anunciaron un toque de queda, la suspensión de los transportes, la prohibición de desplazarse entre ciudades, y las reuniones de más de cuatro personas en la vía pública, así como establecieron el cierre de fronteras.

La región es fronteriza con Nigeria donde, sospechan las autoridades camerunesas, algunos separatistas podrían haber implantado su retaguardia.

Okalia Bilai también advirtió a los periodistas locales: quienes vayan a los puntos críticos el domingo, correrán riesgos, dijo a la AFP un periodista de Buea.

En Molyko, las últimas personas que quedaban en la calle el viernes por la noche se apresuraban para llegar al único supermercado abierto, antes del toque de queda, a las 21H00 locales.

Una larga cola esperaba delante de la caja. En menos de media hora, el pan y los pasteles se agotaron. "¡Cerrado!", lanza un responsable, a las 20H00.

"Vuelvo a casa a quedarme con mi familia. Vine a comprar algunas provisiones, puesto que no podremos salir estos dos días", afirma Iya, una anglófona, delante del supermercado. "Vamos a rezar para que intervenga Dios. Necesitamos paz", añade.

Algunos anglófonos exigen la vuelta al federalismo, mientras que una minoría reclama la partición de Camerún. Dos escenarios que rechaza Yuandé que, tras las recientes explosiones de bombas en Bamenda (noroeste) y Duala (sur), considera a los separatistas como "terroristas".