Bilawal perpetúa la saga política de la familia Bhutto en Pakistán

Karachi (AFP) –

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Su madre Bezir, única mujer que gobernó Pakistán, fue asesinada en 2007. Su abuelo Zulfikar Ali, también jefe de gobierno, fue ahorcado en 1979. A los 29 años, Bilawal Bhutto Zardari abre un nuevo capítulo de una saga familiar hecha de poder y de sangre.

Pero volver a revivir el legado de la dinastía familiar en las elecciones generales del próximo año parece una tarea difícil para el heredero de 29 años, formado en Oxford, pero sin experiencia política.

La familia Bhutto dominó el panorama político de Pakistán durante décadas. Zulfikar Ali Bhutto fundó el Partido del Pueblo Paquistaní y gobernó el país. Su hija Benazir, primera ministra en dos ocasiones, murió en un atentado con armas y explosivos el 27 de diciembre de 2007.

Desde la muerte de Benazir, el PPP se hundió y pocos parecen dispuestos a apostar por su hijo, ahora presidente de la formación, en las elecciones del próximo año.

Sin embargo, cuando Bilawal tomó la palabra en el aniversario de oro de la fundación del PPP, la semana pasada en Islamabad, unas 25.000 personas acudieron al lugar, una cifra muy por encima de los mítines de sus rivales.

Además, Bilawal mostró que heredó el carisma de su madre y la franqueza al hablar, atacando por igual al ejército y a los grupos militantes que han infestado el país.

"Tenemos que continuar con nuestra lucha progresista y derrotar las conspiraciones de la dictadura", dijo a la multitud entusiasta.

Fuera del escenario, Bilawal tiene un carácter más bien tímido.

"Mi madre decía a menudo que ella no había elegido esta vida, que esta vida la había elegido a ella", contó a la AFP desde su residencia familiar en Karachi. "Para mí es lo mismo" si "dijera que tengo una vida, sería mentira, agregó.

- Grandes esperanzas -

Zulfikar Bhutto fundó el PPP en la provincia de Sind, sur de Pakistán, hace 50 años, bajo la consigna de "roti, kapra, makkan" (pan, ropa y techo), convirtiendo a la formación en la primera fuerza política del país.

"Él le dio a todos los paquistaníes un poco de orgullo", dijo Bilawal.

Pero Zulfikar fue derrocado por el general Zia al Haq en 1977 y ejecutado por la horca en 1979, pese a la indignación internacional.

Benazir, como su hijo, esperaron años pasa salir a la palestra.

Tras la muerte de Zia en 1988, Benazir fue elegida primera ministra a los 35 años.

Su gobierno quedó lastrado por la interferencia de los militares y las acusaciones de corrupción. Ejerció el poder en dos periodos pero nunca pudo completar un mandato.

En 1999 fue depuesta por un golpe militar y recién pudo volver del exilio en 2007 para presentarse a las elecciones. Pero las esperanzas que crecieron con su regreso al país acabaron sepultadas con su muerte, ocurrida pocas semanas después.

Su asesinato, perpetrado por yihadistas, salpicó al dictador militar Pervez Musharraf, que según la investigación de la ONU no le otorgó la seguridad que debía.

"Fue un trago muy amargo para quienes tenían esperanzas de que Pakistán fuera diferente", dijo Ayesha Jalal, del Centro de Estudios de Asia del Sur en la Universidad de Tufts, en Boston.

Y esto también cambió el destino de la familia Bhutto.

Bilawal fue nombrado presidente del PPP tras la muerte de su madre, pero entonces era sólo un estudiante y decidió volver a Oxford para completar su formación.

Su padre, Asif Ali Zardari, conocido como "Señor 10%" por las acusaciones de corrupción en su contra, tomó el control del partido, que ganó las elecciones en 2008, y siguió al mando durante sus años de decadencia, salpicado por denuncias de corrupción y de incompetencia.

En este sentido, planean varias dudas sobre la capacidad de Bilawal de tener un liderazgo efectivo o si, por el contrario, va a ser Zardari quien siga al mando.

Para el heredero, su juventud es un punto a su favor.

"Yo tengo tiempo", dijo.

Bilawal baja el perfil a los temores sobre su seguridad.

"No vamos a ceder ante el miedo", afirmó.

Pero los observadores han destacado que la protección que lo rodea, su estatus de élite y el tiempo que ha pasado en el extranjero podrían alejarlo de los votantes.

Su tarea es una empresa solitaria, admitió Bilawal, todavía soltero.

Según los analistas, tampoco tiene un panorama fácil para 2018, en una batalla que lo enfrenta al ascenso del jugador de cricket que se posicionó como líder de la oposición Imran Jan y al partido oficialista del depuesto Nawaz Sharif.

Además, muchos paquistaníes buscan algo más que otro heredero.

"Bajo las dinastías políticas, la democracia queda lastrada", dijo Sardar Zulfiqar, residente en Karachi.

Pero entre quienes acudieron a la celebración del PPP hay esperanzas.

Asma Gillani, de 52 años, contó que ha apoyado al partido desde que escuchó por primera vez a Zulfikar hablar por la radio. Después, perdió la audición de un oído tras ser herida en la explosión del atentado en el que murió Benazir.

Cuando el hijo de Benazir subió al escenario ella dijo: "Dios quiera que él dirija el país".