África

Jacob Zuma se niega a renunciar y el parlamento se prepara para una moción de censura

El presidente sudafricano calificó como “muy injusto” el pedido del Congreso Nacional Africano para que abandone el poder. Esta formación respaldará mañana una moción de censura.

Foto de archivo. 2009
Foto de archivo. 2009 Mike Hutchings / Reuters
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Sudáfrica se tambalea en un tira y afloja entre el partido que ha gobernado desde que terminó la política de apartheid y el presidente que ha ostentado el poder desde hace casi una década.

Jacob Zuma respondió este miércoles a la petición del Congreso Nacional Africano (CNA), su formación, que le exigió ayer que renunciara a la presidencia. A través de una entrevista con la cadena estatal SABC, el mandatario calificó como “muy injusta” la demanda del CNA. “¿Qué hice? Nadie me puede dar razones”, afirmó Zuma que pidió continuar hasta junio en el cargo.

La economía más desarrollada de África vive un momento delicado con proyecciones del Fondo Monetario Internacional que auguran que en los dos próximos años el crecimiento del PIB no llegará al 1%. Además, cerca de 800 cargos por corrupción persiguen a Zuma por contratos de armas durante la década de los 90.

Es algo que ha impulsado al CNA a promover al vicepresidente Cyril Ramaphosa como el sucesor de Zuma. Este multimillonario empresario, que fue un aliado del expresidente Nelson Mandela, tendría el reto de cumplir con el resto del mandato hasta 2019.

Su misión es mejorar la imagen del partido en este plazo y acabar con el riesgo de que el Congreso Nacional Africano no consiga la reelección. Ya hace dos años, en los comicios locales el partido cosechó su peor resultado desde 1994.

Ramaphosa podría tomar posesión como nuevo mandatario el 16 de febrero.

Una moción de censura que marcará el rumbo del país

Este miércoles el CNA dejó claro que respaldará una moción de censura en contra de Zuma el 15 de febrero. Es una medida impulsada por la oposición que con este apoyo del oficialismo contaría con el respaldo suficiente para terminar los nueve años del presidente.

Es la última carta que le queda al partido, a la espera de una previa dimisión de Zuma. Y es que pese al pedido hecho para que renuncie, el mandatario no tiene obligación constitucional de acatar el llamado de su formación.

El país espera ahora una comparecencia de Zuma para arrojar luz sobre el destino de Sudáfrica.

Con AFP y Reuters

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