Aranceles sobre acero y aluminio podrían afectar industria en EE. UU.
Primera modificación:
Además de la potencial guerra comercial que desatarían las medidas de Trump, analistas prevén que los sectores industriales estadounidenses que utilizan acero y aluminio como insumo serán los más afectados.
El mundo ha reaccionado ante el anuncio de Donald Trump de imponer fuertes aranceles al acero y aluminio importados. Algunas de las respuestas más aireadas vienen de aliados naturales de Estados Unidos como Canadá, Australia y Japón. En Canadá, el primer ministro Justin Trudeau se pronunció al respecto:
“Los estadounidenses tienen un superávit comercial significativo con nosotros en acero. Lo que significa que compramos acero de ellos y ellos compran el nuestro. La naturaleza integrada de nuestras cadenas de suministros significa que habría gran distorsión en Canadá, claro, pero también en Estados Unidos”.
El ministro de Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, coincidió con Trudeau en que la imposición de estos aranceles solo traerá distorsión en el mercado y efectos negativos para todos:
“Una guerra comercial entre Europa y Estados Unidos solo dejaría perdedores. Estados Unidos debe saber que, si se confirman estas decisiones unilaterales, la respuesta de la Unión Europea será fuerte, coordinada y unida. Todas las opciones están sobre la mesa: un reclamo ante la Organización Mundial de Comercio o la limitación de importaciones estadounidenses en Europa”.
En cuanto a China, que es el gran objetivo al que apunta Estados Unidos con esta medida, los analistas consideran que Beijín tiene un amplio margen de maniobra para responder, por ejemplo, restringiendo las compras de soya y sorgo estadounidense, que representan casi el doble del valor del aluminio que exporta china a Estados Unidos. De hecho, el comercio de estos materiales solo representa el 3,3% de las exportaciones chinas al mercado estadounidense.
Además, analistas, empresarios y políticos (incluyendo republicanos), han advertido que estos aranceles pueden terminar afectando el crecimiento del empleo local, que es lo que intenta proteger el presidente Trump. La cantidad de empleos que generan las empresas que se dedican a producir los materiales crudos de acero y aluminio es mucho más baja que la que generan los fabricantes que usan estos materiales como insumo.
Según cálculos de la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos, los empleos de los molinos de acero y aluminio son de alrededor de 100 mil, en contraste, por ejemplo, con el sector de fabricantes de vehículos que emplean a casi un millón de personas.
Con Reuters
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