EEUU y China suavizan sus asperezas sobre el comercio
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Washington (AFP) –
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, agradeció este martes a su par chino, Xi Jinping, su compromiso de reducir los aranceles a las importaciones estadounidenses, en un fresco intercambio de señales conciliadoras entre Washington y Pekín, inmersos en un conflicto comercial.
"Muchas gracias por las amables palabras del presidente Xi sobre los aranceles y las barreras automovilísticas (...) también, su iluminación sobre la propiedad intelectual y la transferencia de tecnología", escribió Trump al prometer "¡grandes progresos juntos!".
Trump aprobó aranceles a 50.000 millones de importaciones chinas a tener efecto a finales de año, y amenazó con sancionar otros 100.000 millones de dólares en bienes chinos, luego de que Pekín dijo que gravaría productos agrícolas estadounidenses.
Xi Jinping pareció dispuesto a calmar la ira estadounidense.
"China entrará en una nueva fase de apertura", declaró el presidente chino en un discurso pronunciado ante los altos responsables internacionales que asistieron al Foro de Boao para Asia, una conferencia conocida como el "Davos chino", que se reúne al sur del país.
"China no está tratando de lograr un excedente comercial", aseguró Xi, en un momento en que el inmenso déficit de Estados Unidos con respecto al país asiático, que sumó 375.000 millones de dólares en 2017, es uno de los principales motivos de queja del presidente estadounidense.
A pesar de los elogios de Trump a las palabras del líder chino, la Casa Blanca subrayó el martes que se necesitaban medidas concretas antes de que Washington considere eliminar los aranceles contra Pekín.
"Nos animan las palabras, pero queremos ver pasos concretos y acciones concretas", dijo la secretaria de prensa, Sarah Sanders, poco después del tuit del presidente. "Queremos ver algo más que la retórica", agregó, dejando en claro que, hasta que eso ocurra, los aranceles seguirán vigentes.
- Globalización, "tendencia irreversible" -
En su discurso solemne, Xi Jinping se había comprometido a reducir "considerablemente" este año los aranceles chinos sobre las importaciones de automóviles y "otros productos".
Ese tono conciliador y la promesa de una "nueva fase" de apertura de la economía china surgen luego de críticas de Trump sobre la política comercial "proteccionista" de Pekín. Los vehículos importados en China, por ejemplo, son objeto actualmente de un arancel elevado de 25%.
El presidente chino igualmente reiteró las promesas de un mayor acceso al gigantesco sector financiero chino: en noviembre, Pekín había ya develado su intención de autorizar a las empresas extranjeras a controlar bancos, firmas de corretaje o de manejo de activos. Esas medidas "serán materializadas", dijo este martes Xi Jinping.
"La globalización económica es una tendencia irreversible del momento", dijo Xi en el foro.
Sobre el contencioso tema de la propiedad intelectual, el líder chino prometió el martes "una protección reforzada" a través de una reorganización a partir de este año del organismo nacional a cargo del tema y un endurecimiento de las sanciones como "efecto disuasivo".
En el mismo foro, la jefa del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, también aplaudió las "medidas muy específicas" que "eliminarán las barreras" comerciales.
En Wall Street, las declaraciones chinas impulsaron el mercado, que ya iba en alza poco antes del cierre.
En medio de las señales de concordia, una arruga: este mismo martes, China publicó su denuncia a Estados Unidos ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por la decisión en marzo de la administración Trump de imponer aranceles al acero y al aluminio chinos.
En su denuncia presentada el 5 de abril, las autoridades de Pekín piden en concreto "la apertura de consultas con el gobierno de Estados Unidos" sobre "algunas medidas contra los productos de acero y aluminio".
Las consultas son la primera etapa en el proceso de resolución que establece la OMC y que puede durar años.
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