Ellos son los periodistas ecuatorianos que murieron en la frontera con Colombia
Primera modificación:
Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra fueron secuestrados el pasado 26 de marzo por una disidencia de la extinta guerrilla de las Farc. El 13 de abril, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, confirmó su muerte a manos de ese grupo.
La frontera que comparten Colombia y Ecuador no era desconocida para el periodista Javier Ortega y el fotógrafo Paúl Rivas, del diario El Comercio de Ecuador.
Según le contaron a France 24 dos de sus colegas, ambos habían visitado anteriormente la zona donde fueron secuestrados el 26 de marzo. Junto con el chofer Efraín Segarra, realizaban una cobertura periodística para el periódico ecuatoriano cuando fueron capturados por el frente Oliver Sinisterra, una disidencia del desmovilizado grupo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, confirmó la muerte de los tres comunicadores el viernes 13 de abril.
Marieta Campaña, colega y amiga de Ortega, afirma que el periodista de apenas 31 años “era uno de los mayores conocedores de la frontera”. Recuerda que su colega comenzó a interesarse por el tema de orden público en la zona fronteriza desde hace unos tres años. Había estado en Teteyé, un corregimiento muy afectado por el conflicto armado en Colombia, ubicado en el departamento de Putumayo, en el suroeste colombiano, y había entrevistado a disidentes de las Farc.
Mucho antes de eso, Campaña y Ortega pasaban horas y días “clavados” en audiencias judiciales que duraban varias semanas. Así se conocieron. “Era bajito, soñador y súper cariñoso”, afirma la periodista que hoy en día sigue cubriendo la fuente policial y judicial. Ortega también era conocido por su afición al fútbol, al Fútbol Club Barcelona, y, sobre todo, al jugador argentino Lionel Messi.
Patricio Carrera, periodista de El Telégrafo, también trabó amistad con Javier Ortega en medio del trabajo, en una rueda de prensa de la policía. “A pesar de la edad, él entonces tenía 27 años y yo 43, consolidamos un buen grupo con los demás amigos de los otros medios (…) incluso ayer marqué su número telefónico, no sé, pero se me hizo que me iba a contestar (…).
Según información de Fundamedios, Javier Ortega pasó su adolescencia en Valencia, España. Volvió a Ecuador para estudiar Comunicación Social en la Universidad Politécnica Salesiana de Quito y llegó a El Comercio como pasante. Allí trabajaba desde hace ocho años, cubriendo temas de seguridad y justicia.
Paúl Rivas, un bromista que amaba “dibujar con la luz”
Aunque en épocas diferentes, tanto Javier Ortega como Paúl Rivas trabajaron el tema de los desaparecidos. Ortega en septiembre del 2015, cuando escribió una historia acerca de la sobrecarga laboral de los fiscales que trabajan en desapariciones en Ecuador, y Rivas, en el 2013 con el fotorreportaje ‘Desaparecidos y tatuados en la piel’.
Con este trabajo, Rivas ganó el Premio Nacional de Periodismo Eugenio Espejo, que entrega la Unión Nacional de Periodistas (UNP). De acuerdo con Fundamedios, también recibió en dos ocasiones la Pluma de Oro, otorgada por el premio Jorge Mantilla Ortega.
Patricio Carrera conocía a Paúl Rivas desde que eran niños. Vivían en el mismo barrio y fueron juntos al colegio San Gabriel, de sacerdotes jesuitas. Siempre que se veían, bromeaban, y su último encuentro no fue la excepción. Fue el 23 de marzo, en un puesto de comida típica de Semana Santa, cerca de la sede de El Telégrafo, donde Paúl estaba tomando fotos.
“Yo no lo había visto, pero el Paúl alzó la voz, ‘como siempre atrasado, no aprendes’ me dijo con una sonrisa que ocupaba todo su rostro”, recuerda Carrera. Se despidieron “con el abrazo de panas de siempre” y el lunes se enteró de que se había ido a Mataje (Ecuador).
Según datos de Fundamedios, Paúl Rivas cumpliría 46 años el próximo 25 de abril. De esos 46 años, 20 transcurrieron en El Comercio, donde se desempeñó siempre como fotógrafo. Aunque estudió publicidad, nunca ejerció esta profesión, pues su pasión era “dibujar con la luz”.
Efraín Segarra y su amor por la aventura y los animales
Efraín Segarra, a quien llamaban Segarrita, optó por una vida en movimiento en vez de un trabajo de oficina. Por eso, apenas se graduó como chofer profesional dejó su empleo como asistente de oficina en el Ministerio de Agricultura de Ecuador y se convirtió en conductor en ese mismo organismo.
Pasó por varios trabajos, pero hace 16 años llegó a El Comercio y allí se quedó. “La curiosidad innata de Efraín ha hecho de él un reportero, un fotógrafo, un asistente de locación”, destaca Fundamedios. Con 60 años, estaba dispuesto siempre a llevar a periodistas y fotógrafos a donde tuvieran que llegar. Su amor por el periodismo lo heredó uno de sus dos hijos, Chris Segarra, quien también trabaja en El Comercio.
Además de su espíritu aventurero, a Segarrita lo conocían por su amor a los animales, a los que rescataba y adoptaba, y su afición por el Deportivo Quito, el equipo de fútbol de la capital ecuatoriana.
Boletín de noticiasSuscríbase para recibir los boletines de France 24
Suscribo