Cuba: Miguel Díaz-Canel, el posible sucesor de la era Castro
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El actual vicepresidente podría ser escogido este 19 de abril como sustituto de Raúl Castro. Por primera vez en 60 años, un dirigente cubano no llevará uniforme ni el apellido Castro, pero sus acciones se regirán por el Partido Comunista.
Tras seis décadas en el poder, el gobierno de los hermanos Castro llegará a su fin este 19 de abril. Una página de la historia que se gira sin que el pueblo cubano se sienta sobrecogido, ya que seguirá rigiéndose por el sistema de partido único, el del Partido Comunista, y el nombre del posible sucesor lleva meses circulando en la isla. Está claro que el actual vicepresidente Miguel Díaz-Canel, próximo a Raúl Castro, podría ser el próximo presidente de Cuba.
“El camarada Díaz-Canel no es un principiante o un novato”, dijo en 2013 Raúl Castro, cuando lo escogió como su número dos. Algo que a Miguel Díaz-Canel, que cumple 58 años un día después de las elecciones, le valió más adelante estar en la foto de familia y entre los obsequios dados a Fidel Castro tras su muerte en noviembre de 2016.
Falta que “su llegada al poder marque un cambio”, afirma la investigadora del Instituto de Altos Estudios sobre América Latina (IHEAL), Janette Habel. “Miguel Díaz-Canel encarna a esa generación que no pertenece a la revolución de 1959”, por eso por primera vez en la historia postrevolución, el presidente no portará el apellido Castro, ni un uniforme. “Su perfil de intelectual y tecnócrata se distingue también de los combatientes autodidactas de la generación histórica”, explica Habel.
No obstante, eso no significa que no vaya a seguir la línea del Partido Comunista, que integró en 1997. Poco a poco fue escalando peldaños en ese entorno político, primero como dirigente de la sección provincial de Villa Clara, luego de Holguín, hasta que en 2013 se convirtió en vicepresidente del mismo Consejo de Ministros de Cuba.
Compartiría mando con Raúl Castro
En todo caso, al aspirante a ocupar la silla presidencial no le tocará caminar solo en el próximo mandato cubano. Su cargo será en la praxis compartido con Raúl Castro, ya que seguirá siendo el primer secretario del partido hasta 2021. “Hasta ahora las dos funciones permanecían en una sola persona, pero por primera vez el poder será compartido y limitado a dos mandatos de cinco años”, concreta Janette Habel.
¿Se limitará Miguel Díaz-Canel a ser un simple heredero de los Castro? Para la investigadora “nada indica que su objetivo sea desviar la línea política anterior”. En esa línea, los observadores afirman que no hará tambalear el sistema, pero sí tendrá que continuar con las reformas económicas iniciadas en los últimos años, como por ejemplo la de poner fin a la dualidad monetaria, entre el peso cubano oficial y el convertible que circula en paralelo. También deberá reducir las desigualdades salariales, siempre “bajo el control del partido, pero también de las fuerzas armadas, que juegan un rol muy importante en la economía”, asegura.
En jaque la apertura de la isla al mundo
En el ámbito internacional, como vicepresidente, Miguel Díaz-Canel ha tenido varios encuentros de relevancia. Los mandatarios Vladímir Putin y Kim Jong-un ya lo han recibido en el Kremlin en Corea del Norte respectivamente. En 2015, también visitó Francia para la conferencia de París sobre el cambio climático, donde se mostró sensible por la causa medioambiental.
Sin embargo, su objetivo será marcar la diferencia con la era Castro, actuando a favor de una mayor apertura de la isla hacia el resto del mundo. “En la época de Internet y de las redes sociales, prohibir algo es casi una quimera, no tiene sentido”, ha reconocido varias veces Miguel Díaz-Canel, con una tablet bajo el brazo y con una cuenta en Facebook, un gesto atípico entre la clase política cubana. Asimismo, en 2013 defendió la libertad de prensa apoyando el blog “La joven Cuba”, censurada un año antes por La Habana.
Pero es un discurso que se mueve en dos aguas. En agosto de 2017, mostró también un discurso rígido frente a los miembros del partido, donde ha criticado a los disidentes cubanos, a los medios independientes, señalando a EE. UU. “Es la prueba de que avanza con prudencia, teniendo en cuenta las distintas posiciones dentro del partido”, concluye Janette Habel, que entrevé un “juego de equilibrios” por parte de Miguel Díaz-Canel. Al menos hasta 2021, cuando Raúl Castro no figure como rostro del Partido Comunista.
Texto escrito por Ségolène Allemandou
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