El desafío migratorio en Italia en cifras

Roma (AFP) –

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La cuestión migratoria, tras haber dominado la campaña electoral en Italia, vuelve al primer plano con el cierre a la misma de los puertos del país. Ésta es la situación en algunas cifras:

Cinco millones de extranjeros

Según el Instituto Italiano de Estadística (Istat), los extranjeros en situación legal representan 5 millones de personas de los 60,5 millones de habitantes que tiene Italia, o sea, el 8,3%, tanto como lo italianos que viven en el extranjero.

Son principalmente rumanos (23%), albaneses (9%), marroquíes (8%), chinos (5,5%), ucranianos (4,5%), filipinos (3,3%) e indios (3%), y trabajan sobre todo en pequeños comercios, el servicio doméstico o la agricultura.

Pero las que realmente preocupan son las más de 690.000 personas originarias en su mayoría del África subsahariana que desembarcaron desde 2013, una parte de los cuales sigue en el país, con o sin papeles.

Según varias estimaciones, los clandestinos son unos 500.000, ya sea porque les negaron el derecho de asilo o llegaron con una visa que expiró.

Su impacto económico

Según el centro de estudios sobre la inmigración Idos, los inmigrantes aportan entre 2.100 y 2.800 millones de euros más de lo que cuestan a la cuentas públicas: más jóvenes que la media de los italianos, cotizan más de lo que reciben en jubilación o gastos de seguridad social.

Sin embargo, las llegadas vía Libia costaron al Estado más de 4.200 millones de euros en 2017, según el gobierno: 18% por el rescate en alta mar, 13% por la asistencia médica y 65% por los centros de acogida.

En 2013, había 22.000 personas en estos centros. A finales de enero, la cifra subió hasta 182.000 gracias al desarrollo de estructuras privadas -presentes en 40% de las localidades- a las que el Estado paga 35 euros por persona y por día.

Los flujos migratorios

Matteo Salvini, ministro del Interior italiano y líder de la Liga (ultraderecha), prometió cesar el flujo de llegadas y expulsar a cientos de miles de "sin papeles".

Pero el futuro de los flujos vía Libia dependerá sobre todo de la estabilización del país y de la continuidad de los controvertidos acuerdos alcanzados por Roma con las autoridades y las milicias libias, que permitieron reducir considerablemente las llegadas desde mediados de 2017.

Unos 13.808 migrantes llegaron a las costas italianas entre el 1 de enero y el 8 de junio, es decir una reducción de más del 84% en un año.

Y la expulsión de las multitudes de migrantes sin papeles deberá estar precedida por una multiplicación de los acuerdos con los países de origen. Un esfuerzo en este sentido permitió un alza de 12% de las expulsiones en 2017. Según el ministro del Interior, pasaron de 5.817 en 2016 a 6.514 el año pasado.