Elecciones Colombia

Colombia: Iván Duque frente a una difícil implementación de la paz

Luego de su triunfo electoral, el derechista Iván Duque tendrá que lidiar con los Acuerdos de Paz. El heredero político del expresidente colombiano Álvaro Uribe prometió cambiar piezas claves de lo firmado en medio de una implementación incompleta.

Iván Duque saluda a sus seguidores tras ganar las elecciones presidenciales. Bogotá, Colombia. 17 de junio de 2018.
Iván Duque saluda a sus seguidores tras ganar las elecciones presidenciales. Bogotá, Colombia. 17 de junio de 2018. Nacho Doce / Reuters
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"No reconozco enemigos en Colombia, no voy a gobernar con odios", esas fueron unas de las primeras palabras del nuevo presidente de Colombia, Iván Duque después de las elecciones del 17 de junio. El candidato del partido de derecha Centro Democrático (CD), formación liderada por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, logró una amplia victoria frente a su contrincante de izquierda.

Tras una intensa campaña, Duque llega al poder con la bandera de la renovación y de la modernidad, una paradoja en vista de los apoyos que recogió durante este periodo electoral. Supo capitalizar el descontento acerca de los Acuerdos de Paz que se manifestó durante el plebiscito de 2016 y hacer crecer el electorado de su familia política más allá de su base.

Sus detractores temen una reactivación del conflicto armado en Colombia ya que el CD construyó su oposición a Juan Manuel Santos sobre la denuncia de la supuesta impunidad que rodea el texto firmado entre la exguerrilla de las FARC y el Gobierno. Sin embargo, el líder del antiguo grupo armado, Rodrigo Londoño 'Timochenko', llamó en varias ocasiones a respetar los acuerdos a pesar de su difícil implementación.

"Corregir" en lugar de "hacer trizas" los Acuerdos de Paz

"Volver trizas ese maldito papel que llaman el acuerdo final con las FARC", esas fueron las palabras pronunciadas el año pasado por el exministro uribista Fernando Londoño Hoyos, miembro de la campaña de Iván Duque. Unas afirmaciones que tuvo que corregir en repetidas ocasiones el candidato del CD que se empeñó con toda su fuerza en construir una imagen de político consensual, lejos del radicalismo de ciertas franjas de su bando político.

En su primer discurso tras confirmarse su victoria, él que lideró una amplia coalición de derecha reiteró que "el acuerdo de paz tendrá correcciones", agregando frente a sus seguidores que "esa paz que añoramos, que reclama reparaciones, tendrá correcciones para que las millones de víctimas puedan tener justicia, verdad y reparación".

La gestión del postacuerdo será sin lugar a dudas la tarea más compleja del Gobierno del nuevo presidente. La difícil implementación de los Acuerdos de Paz, que alcanzaba solo el 18,5% en febrero pasado según la Comisión Internacional de Verificación, contrasta con el éxito de la firma que promovió en el exterior el mandatario saliente, Juan Manuel Santos.

El documento firmado entre el ejecutivo y las FARC prevé una serie de reformas sustanciales que pretenden atacar las causas del conflicto armado en Colombia. Con la llamada Reforma Rural Integral, las zonas rurales históricamente afectadas por el conflicto deberían ser las principales protagonistas de las nuevas políticas impulsadas por el Estado. Sin embargo, las demoras marcaron este proceso hasta el punto de que la exguerrilla denunció en varias oportunidades el incumplimiento del Gobierno.

Las Naciones Unidas constataron, en noviembre pasado, que el 55% de los aproximadamente 8.000 exguerrilleros abandonaron los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (inicialmente llamadas “zonas veredales”) en los cuales se encontraban concentrados por, entre otras razones, la falta de avances en los programas de reincorporación.

Iván Duque tendrá que manejar una situación complicada en términos de seguridad en varias regiones de Colombia. El postacuerdo y la dejación por parte de las FARC de sus bastiones que generó la llegada de otros grupos rebeldes que pretenden controlar la economía ilegal, aprovechando la falta de presencia de la fuerza pública.

Inquietudes acerca de la reactivación de la ‘Seguridad Democrática’

Los defensores de derechos humanos son quienes más padecen este escenario de reorganización de las diferentes guerrillas y mafias. Se estima que fueron asesinados 106 líderes sociales en 2016, una tendencia que se estaría agravando para 2018.

Representante del uribismo, Duque suscita inquietud acerca de una posible reactivación de la llamada Seguridad Democrática, una política desarrollada por el expresidente Uribe entre 2002 y 2010, marcada por escándalos como los ‘falsos positivos’ y un fuerte incremento de los desplazamientos internos en Colombia.

Por otra parte, el nuevo inquilino de la Casa de Nariño hizo campaña basándose en una supuesta carencia de justicia de los acuerdos, en el marco de una "lucha en contra de la impunidad" que caracteriza al CD desde 2016. Fue bajo esta postura que, junto a su familia política, arremetió contra la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), la entidad encargada de liderar la justicia transicional en el marco de los acuerdos. El nuevo presidente denunció varias veces una Corte demasiado ‘permisiva’, que "no debe igualar a civiles con criminales de lesa humanidad".

Una vez juradas sus funciones como Presidente el 7 de agosto, cinco días después de su 42 cumpleaños, tendrá que lidiar con la realidad del conflicto armado y tratar de cumplir con sus promesas electorales sin reactivar la guerra.

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