Día Mundial de los Refugiados: el eterno drama migrante
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Mientras el mundo conmemora el Día Mundial de los Refugiados, buena parte de los 68,5 millones que viven el drama de tener que huir, claman por ayuda y piedad.
Para los refugiados siempre es de noche. Con sol o sin él, sienten que el suyo es un camino oscuro y peligroso en el que no tienen certeza de nada y la nada se les convierte en todo. No tener comida les garantiza el hambre. No encontrar salida, los conduce a la muerte.
Vengan de donde vengan y vayan a donde vayan, a los 68,5 millones de refugiados que hay en el mundo, según las cifras de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), los une la resistencia y el profundo deseo de no querer huir.
De los más de sesenta millones que huyen, 40 millones son víctimas del desplazamiento interno. Para la mayoría, el éxodo implica agua, viento y sal. A pesar de que muchos no saben nadar, se lanzan a las corrientes abordo de embarcaciones de tablas en las que, en buen número de casos, el sueño de asilarse en un país nuevo naugrafa en medio del mar.
Lejos de tierra, a millas tanto del viejo como del nuevo hogar, los refugiados pierden el norte. Van a la deriva en una travesía en la que se les desdibujan las fronteras y solo recuerdan las implicaciones de migrar ilegalmente a la luz de las linternas de los guardacostas.
La huella del éxodo sirio, afgano y surdanés
La mitad de los refugiados son de Siria y Aganistán. Cada día son más, la guerra los obliga a salir, los lanza al viento como granos de arena. Con sus túnicas y niños a cuestas, 6,3 millones de sirios se sumergen en un viaje de lamentos y sin esperanza de regreso.
A 2,6 millones de afganos más también les pesa el título de refugiados, al igual que a 2,4 natales de Sudán del Sur a los que les tocó migrar a fuerza. De la sumatoria de sirios, afganos y sursudaneses solo el 102.800 han sido reasentados.
Cinco países recogen el mayor número de refugiados a nivel mundial. Turquía va a la cabeza con 3,5 millones, país al que le siguen Uganda y Pakistán con 1,4 millones cada uno y el Líbano y la República Islámica de Irán con un millón y 979.400, respectivamente.
El drama de Venezuela y su marea de migrantes
Aunque un quinteto de naciones sea el que más refugiados agrupe, la huella de este flagelo social, que es descrito por Acnur como la "mayor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial", se extiende por 128 países y uno de los más golpeados es Venezuela.
Pese a que los venezolanos que huyen por la crisis no son reconocidos técnicamente como refugiado, por no haber salido a causa de un conflicto, el alto comisionado de la ONU para los refugiados, Filippo Grandi, reconoce el "deterioro" de las condiciones como un detonante que ha obligado a migrar a 1,5 millones de ciudadanos.
Las estadísticas aumentan minuto a minuto. Mientras que en 2015 cerca de 10.000 venezolanos solicitaron asilo, en 2016 la cifra se triplicó con la petición de 34.200 y, en 2017, se elevó aún más con 111.600.
A diferencia de los sirios, la de los venezolanos es una odisea por tierra, una en la que los largos recorridos en autobús, en el mejor de los casos, o a pie por trochas ilegales son el pan de cada día de un país que huye de la eterna noche que lo obligó a partir.
Con EFE
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