El "Tricolor" y el arcoíris se unen celebrando el orgullo mexicano

México (AFP) –

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Banderas mexicanas flameando junto a estandartes multicolores de la comunidad LGBTI colmaron este sábado el emblemático Ángel de la Independencia de Ciudad de México, donde miles celebraron eufóricos pero en armonía el triunfal desempeño de su selección en Rusia 2018 y el orgullo de la diversidad sexual.

La victoria 2-1 del seleccionado conocido como "El Tricolor" sobre Corea del Sur lo dejó muy cerca de la fase de octavos de final, un resultado que hizo salir a las calles a miles de hinchas capitalinos que, como de costumbre en estas ocasiones se dirigieron al monumento.

Pero esta vez, el punto de encuentro ya se hallaba colmado por miles de mexicanos LGBTI reunidos para celebrar la marcha anual del orgullo, en un encuentro que aunque ya estaba previsto por asistentes y autoridades, generaba inquietud dado el ímpetu machista, en ocasiones con tintes homofóbicos, que caracteriza el ambiente futbolístico mexicano.

"Me parece perfecto, cada quien darnos nuestro tiempo y celebrar de dos maneras, tanto la marcha y el triunfo de México. Todos somos iguales, somos mexicanos y nos debemos de amar tal y como somos", dijo a la AFP Cinthya García, comerciante de 26 años.

Acompañada de otros cuatro miembros de su familia, todos visten camisetas de la selección, tocan vuvuzelas y matracas mientras dan saltos y gritan "¡México, México!".

"Estamos muy felices, ¡mira qué triunfazo nos dieron!", agrega García, sumando entusiasmo deportivo a la marcha del orgullo que, según autoridades locales, ha convocado a unas 120.00 personas.

Los hermanos Octavio y Alfonso Mociño, de 36 y 27 años, también visten la camiseta oficial mexicana, lucen inquietos y auscultan entre la multitud en busca de otros como ellos, para poder armar la celebración que hasta ese momento está contenida.

"Como ya estaba la marcha, los aficionados andan ahí todos dispersos. ¡Tenemos que celebrar!", dicen casi al unísono.

Unos 20 minutos más tarde, cuando varios carros alegóricos ya pasaron y la desenfadada muchedumbre de la marcha ha ido despejando los alrededores del monumento, los hermanos Mociño logran reunirse con una treintena de jóvenes uniformados de verde como ellos.

Cervezas en mano, algunos abrazados, saltan y gritan a coro: "¡En dónde están, en dónde están, esos coreanos que nos iban a ganar!", seguida por el "Ayayayai, canta y no llores", del tradicional Cielito Lindo, otra melodía que identifica a la hinchada mexicana en Rusia y en casa.

- "Todo se celebra hoy" -

Como de costumbre en esta fecha, la comunidad LGBTI afirma su identidad con desenfado. Algunos en minúsculos trajes de látex, otros con atuendos de plumas de colores y lentejuelas, con cabellos o barbas teñidas, caminan codo a codo con fervorosos aficionados del fútbol.

La situación es inesperada al considerar que la hinchada mexicana ha sido sancionada numerosas veces por la FIFA, la última tras su choque con Alemania el domingo pasado, debido al uso del grito "¡Eh, puto!", que se dirige a los arqueros rivales al momento de despejar un balón, y que es un término insultante para referirse a personas homosexuales.

"La comunidad debe ser incluyente no solo con personas de ambiente sino también con los aficionados. Eso está bastante bien. Es parte de celebrar la cultura mexicana y la diversidad", dice Rodrigo Villanueva, estudiante de doctorado de 27 años.

Representando al Rey Tritón de la película "La Sirenita", Villanueva marcha con el torso desnudo, vistiendo una corona y un collar dorados. Sus piernas van envueltas en un vestido estrecho de color azul metálico. "No me gusta el fútbol, pero es un logro para México", agrega.

A pocos metros, una señora, también vestida con la camiseta nacional, pide hacerse una foto con un grupo de jovencitos que llegan vestidos con playeras idénticas, blancas y salpicadas de vivos colores. La bandera LGBTI que lleva uno de los muchachos flanquea el encuadre.

"Resulta que la hija de la señora está en Moscú y es lesbiana, entonces quería mandársela a su hija en apoyo", explica Eduardo Segovia, diseñador de interiores de 28 años, segundos después de hacerse la fotografía.

Asegura que lo importante es que "se vea que se puede convivir" y que la capital mexicana es una ciudad incluyente. "Estamos contentos. Todo se celebra hoy", concluye.