Disminuyen embotellamientos en Damasco tras levantar barreras de seguridad

Damasco (AFP) –

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En su taxi amarillo, Abu Ayman recorre la capital siria desde hace 40 años. Pero hoy canturrea detrás de su volante, congratulándose por ver desparecer las barreras de seguridad que hacía infernal la circulación en Damasco.

Estas últimas semanas, las autoridades sirias suprimieron progresivamente unos quince retenes instalados en las grandes arterias, que provocaban embotellamientos de varios kilómetros causando molestias a los conductores.

La iniciativa ocurre luego de que el ejército sirio y sus aliados pudieran garantizar la seguridad de Damasco y sus alrededores por primera vez desde hace años, al sacar a los yihadistas y rebeldes de sus últimos bastiones.

No lejos de la Explanada de los Abasidas, llegando desde la autopista, sólo quedan los vestigios de un retén militar: muros pintados con los colores de la bandera siria, bloques de cemento a los bordes de la carretera, paneles de chapa ondulada en lo alto de barras de hierro.

A sólo unos metros se ve el retrato del presidente Bashar al Asad colocado en un panel.

"Cuando levantan un nuevo retén, estoy contento. Mis clientes respiran y están contentos, y es mejor para el vehículo", se entusiasma Ayman, de 62 años, al volante de su coche de origen coreano.

"Es más fácil desplazarse. Hay menos embotellamientos, menos controles y revisaciones", dice a la AFP.

- Tráfico y furia -

Desde 2012, Damasco fue escenario en varias oportunidades de sangrientos atentados, algunos reivindicados por yihadistas.

Las autoridades establecieron entonces decenas de retenes en las principales arterias y entradas de la capital, donde se registraban meticulosamente a los vehículos y se escrutaban los papeles de identidad de conductores y pasajeros.

La vigilancia era aplicada en los barrios del lado oeste, que podían ser atacados por cohetes y obuses lanzados por los rebeldes desde la Guta oriental. O en los sectores sur, cerca de los últimos bastiones del grupo yihadista Estado islámico (EI).

Pero los yihadistas fueron expulsados en mayo, un mes después de la reconquista de la Guta. El gobierno de Damasco y su comité de seguridad se pusieron manos a la obra.

En la plaza Tahrir, en el centro de la ciudad, residentes y comerciantes no ocultan la nueva tranquilidad que les proporcionan los cambios.

- Alza de las ventas -

En un barrio, dos retenes fueron desmantelados y varias calles volvieron a abrirse, luego de que fueran cerradas desde un atentado en 2013 contra locales de seguridad.

Situada en el sector, la estación de gasolina Aljed, una de las principales de la capital, sólo vendía galones de gasolina: los vehículos no podían acceder al sitio a causa de la situación de seguridad y de los obuses que caían con frecuencia.

"Desde 2013, nuestras ventas habían bajado de más de 100.000 litros diarios a apenas 4.000", recuerda el contador de la estación, Abdel Rahim Awad.

Pero "desde la reapertura de las carreteras que llevan a la estación" de gasolina, los clientes acuden, se congratula el sexagenario, instalado en su modesta oficina.

A la entrada del mercado de Damasco ("Suk al Hal"), el sonido de los kláxones de los camiones se mezcla con el ajetreo de los cargadores de mercancías. Frente a las tiendas, abundan los galones de aceite y los productos de limpieza

"Hasta hace muy poco debíamos descargar los camiones para que se revisaran las mercancías, (...) Pero hoy en los retenes, se nos facilitan las cosas. Los registros se hacen con detectores, dice el camionero Abu Nur.