Tras años de búsqueda, numerosos sirios conocen el triste sino de sus familiares detenidos

Beirut (AFP) –

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"¿Está segura de que está muerto?" Hacía siete años que Salwa estaba sin noticias de su sobrino, y cuando las autoridades sirias le anunciaron la muerte de este pariente detenido en 2011, le causó una fuerte impresión.

La funcionaria del Registro del Estado Civil en la ciudad de Hama (centro), no obstante, fue categórica: "sí, hemos recibido los nombres de todos aquellos muertos en prisión", le lanzó a Salwa, un seudónimo para evitar represalias.

En un país devastado por siete años de guerra, decenas de miles de personas se encontrarían en las mazmorras del régimen, que en 2011 reprimió de manera sangrienta manifestaciones prodemocracia.

Durante años, sus familiares han vivido en la total incertidumbre, derivados de un servicio de seguridad a otro, gastando fortunas para encontrar a un pariente o al menos saber si está detenido y con vida.

Actualmente, defensores de los derechos humanos y familiares de detenidos desaparecidos de manera forzada se sorprenden porque, de golpe, las autoridades publican los decesos, incluso algunos que se remontan a 2013.

También, en los últimos meses, familiares y allegados de unos 400 presos de los que nada se sabía, fueron informados de su muerte por las autoridades, según la Red Siria para los Derechos Humanos (SNHR), oenegé que a comienzos de 2018 estimaba en 80.000 los presos en el país.

- "Esconder nuestro dolor" -

"Antes, el régimen no daba ningún detalle sobre los presos. Inclusive, no informaba sobre los decesos", confía a la AFP el director del SNHR, Fadel Abdel Ghani, quien deplora que actualmente se haga "de manera brutal".

"Habitualmente, cuando un pariente muere, es usted quien informa al (registro del) Estado Civil. Se hace en ese sentido, no al revés", ironiza.

Según su organización, los registros de Hama fueron los primeros en ser actualizados, seguidos de Homs, más al sur. Luego la capital Damasco, la ciudad mediterránea de Latakia y Hasaka (noreste).

Salwa nunca olvidará la mañana de junio en que se dirigió al registro de Hama. Se ubicó en una cola formada principalmente por "madres y hermanas de presos".

"Cada mujer enjugaba sus lágrimas y cubría el rostro con su velo", recuerda.

Y fue llorando que regresó a su casa, tras ser informada de la muerte de dos sobrinos: Saad, detenido en 2011 y dado por muerto en 2013, y su primo Saeed, preso desde 2012, quien habría muerto en 2017.

La familia no pudo recuperar sus cadáveres y se contentó con una simple y discreta ceremonia de duelo, puesto que la ciudad estaba controlada por el régimen. "Teníamos miedo y escondíamos nuestro dolor", dice Salwa.

La familia de Islam Dabbas lo vio vivo por última vez a fines de 2012 en Saydnaya, una cárcel cerca de Damasco. "Vestía un suéter con la inscripción 'Sólo la Libertad'. Poco después ya no tuvimos noticias", dice su hermano Abdel Rahman, instalado en Egipto.

En julio, un pariente en Siria se enteró de su suerte. "Había muerto el 15 de enero de 2013 en Saydnaya", indica Abdel Rahman, cuya familia no pudo ver el cuerpo.

- "¿Dónde están los cuerpos?" -

Amnistía Internacional calificó en 2017 la prisión de Saydnaya "de matadero", a causa de los ahorcamientos masivos allí practicados, según la oenegé.

Nura Ghazi, miembro de la oenegé "Familias para la Libertad", que trabaja en este caso, explica que algunos familiares siguen anclados en la duda y no pueden aceptar la muerte, sobre todo al no poder haber visto los cuerpos.

"Dicen que están muertos, pero queremos saber dónde están sus cuerpos. Realmente, queremos saber cómo murieron", dice esta abogada siria instalada en Líbano.

Su marido, Basel Jartabel, desapareció tras su arresto en octubre de 2015. Dos años más tarde, supo de su muerte en detención por contactos. "Entonces hice el duelo", añade.

En este julio, un pariente verificó oficialmente su muerte en los registros gubernamentales, lo que a ella le provocó un 'shock'.

"Es como si hubiera muerto nuevamente", dice en un suspiro. "Durante más de dos años luché por conocer su suerte. Ahora lo haré toda mi vida para recuperar su cuerpo", apostilla.