Los paquistaníes acuden a las urnas para unas legislativas bajo alta tensión

Islamabad (AFP) –

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Los centros de votación abrieron este miércoles para las tensas e impredecibles elecciones legislativas en Pakistán, que podrían llevar a la exestrella del críquet Imran Khan al poder, tras una campaña marcada por las acusaciones de interferencias militares y una serie de mortíferos ataques.

Unos 106 millones de electores están llamados a las urnas en un país de 207 millones de personas, para elegir a sus diputados para los próximos cinco años. La formación ganadora será llamada a formar el nuevo gobierno federal.

Además de Imran Khan, jefe del Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI), el otro principal aspirante al puesto de primer ministro es Shahbaz Sharif, hermano del ex primer ministro Nawaz Sharif, encabezando la Liga Musulmana de Pakistán-Nawaz (PML-N).

Esta votación apenas es la segunda transición democrática de un gobierno civil a otro en este joven país dotado del arma nuclear, cuya historia está marcada por los golpes de Estado militares y los asesinatos de políticos.

Pero también se la considera la "elección más sucia", debido a las acusaciones de arreglos por parte de las fuerzas armadas, que podrían haber beneficiado a Khan.

Los más de 85.000 colegios electorales abrieron sus puestas a las 3H00 GMT y las cerrarán a las 13H00 GMT. Los primeros resultados se esperan la noche del miércoles.

El primera persona que entró en uno de los centros de votación en la ciudad de Lahore (este) fue una mujer negocios, Maryum Arif, quien dijo a la AFP que planeaba votar por el PML-N, que había "servido a Pakistán".

Poco después llegó Shahbaz Sharif, quien llamó a los paquistaníes a "salir de sus casas [...] y cambiar el sino de Pakistán", antes de depositar su propio voto.

Hasta 80.000 policías y fuerzas militares estaban estacionados ante los centros de votación de todo el país ante las preocupaciones por la situación securitaria, después de que una serie de ataques en las últimas semanas de la campaña dejaran más de 180 muertos, incluidos tres candidatos.

Las amenazas sobre la seguridad parecían no disuadir a Arif, el primer votante en otro colegio electoral de Lahore, quien dijo a la AFP que "la situación de la ley y el orden es buena aquí".

En Bani Gala, en la periferia de la capital, Islamabad, la prensa estaba congregada ante el centro de votación en el que se esperaba a Khan

- "Nebuloso"' -

Khan hizo campaña con la promesa de construir un "Nuevo Pakistán" y se comprometió a erradicar la corrupción, limpiar el medioambiente y construir Estado "islámico del bienestar".

Pero su campaña se ha visto empañada por las acusaciones generalizadas de que se beneficia del apoyo de las poderosas instituciones de seguridad del país, mientras los medios, activistas y centros de reflexión denunciaban un "golpe silencioso" por parte de los generales.

Los militares rechazaron las acusaciones, asegurando no tener un "papel directo" en el proceso electoral.

Las autoridades electorales concedieron amplios poderes a los oficiales militares dentro de los colegios electorales, lo que aumentó los temores sobre una posible manipulación.

La exestrella del críquet Khan también generó sorpresa en las últimas semanas al acercarse a grupos religiosos de línea dura, generando temores de que una victoria del PTI pueda alentar a los extremistas islamistas.

Por su parte, Sharif acusa a las fuerzas armadas y la justicia de haber hecho todo lo posible por perjudicar a su partido, incluso forzando a sus candidatos a cambiar su lealtad.

El caso llegó a su punto culminante a principios de julio, cuando fue condenado a 10 años de prisión cuando se encontraba en Londres, y su regreso a Pakistán una semana después para entregarse a la justicia, que rápidamente lo puso tras los barrotes.

"Nuestros pronósticos son todavía muy nebulosos", dijo a la AFP el martes Bilal Gilani, director ejecutivo de la encuestadora Gallup Pakistan, para quien muchos electores seguían indecisos.

Más de 19 millones de nuevos votantes, entre ellos jóvenes y mujeres, podrían ser decisivos en esta ajustada carrera electoral.

Durante la campaña también se vio una expansión de los partidos religiosos de extrema derecha.