Economía española se ralentizó ligeramente y creció un 0,6% en el 2º trimestre

Madrid (AFP) –

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La economía española se desaceleró ligeramente y creció un 0,6% interanual en el segundo trimestre, una décima menos que en el trimestre anterior, según el dato provisional publicado este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

En términos interanuales, el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) también se frenó, al 2,7% contra el 3% en el trimestre anterior.

Esta desaceleración estaba prevista por el gobierno después de tres años de crecimiento superior al 3% en la cuarta economía de la zona euro.

El INE destaca que de abril a junio se produjo una ralentización del crecimiento de las exportaciones, un componente fundamental de la economía española.

En comparación con el año pasado, las exportaciones crecieron un 1,2%, dos puntos menos que en el trimestre anterior.

Dentro de este apartado, las exportaciones de servicios, que incluyen el turismo, crecieron con mucha menos fuerza: +1,6%, frente a +6,2% en el segundo trimestre de 2017.

El año 2017 había estado marcado por un nuevo récord de visitantes en España, segundo destino mundial sólo por detrás de Francia. Pero la recuperación de destinos mediterráneos como Egipto y Turquía ha restado clientela al sector español en lo que va de 2018.

El consumo, en particular el de hogares, se mostró también menos robusto, con un crecimiento del 2,2% interanual, cuatro décimas menos que en el primer trimestre.

En cambio, las inversiones se incrementaron un 5,9% interanual, es decir 2,2 puntos más que en el trimestre anterior.

El sector de la construcción también aceleró su ritmo de crecimiento: +6,6% interanual, seis décimas más que en el primer trimestre.

Para el conjunto de 2018, el gobierno y el Banco de España esperan un crecimiento del 2,7%, mientras que el Fondo Monetario Internacional pronostica un 2,8%.

Pese al dinamismo de la economía española, la tasa de desempleo, que rondó el 27% en el peor momento de la crisis económica a fines de 2013, sigue siendo la segunda más elevada de la Unión Europea por detrás de Grecia, y afectaba al 15,3% de la población activa a fines de junio.