Trama rusa

Paul Manafort: de asesor de Trump en la Casa Blanca a enfrentar un juicio por fraude bancario y fiscal

Son 18 los cargos que enfrenta el exjefe de la campaña presidencial de Donald Trump en 2016. Manafort es acusado de cometer fraude bancario y fiscal y podría pasar el resto de su vida en prisión.

El exgerente de campaña de Trump, Paul Manafort, se retira del Tribunal de Distrito de los EE. UU. en Washington, DC, EE. UU., el 28 de febrero de 2018.
El exgerente de campaña de Trump, Paul Manafort, se retira del Tribunal de Distrito de los EE. UU. en Washington, DC, EE. UU., el 28 de febrero de 2018. Yuri Gripas / Reuters
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El consultor político republicano Paul Manafort inició este 31 de julio su defensa en un tribunal federal de Alexandria, en el estado de Virginia, en el primer juicio del fiscal Robert Mueller relacionado con la supuesta injerencia rusa en las elecciones presidenciales estadounideneses de 2016.

Este también es el primer juicio que enfrenta un exasesor del presidente Trump ante la justicia de ese país. El mediático proceso judicial se adelanta en medio del impacto que tendría una condena contra Manafort, pues Mueller ya ha asegurado las declaraciones de culpabilidad de 32 personas y tres compañías desde que comenzó la investigación del llamado 'Russiagate' hace 14 meses.

El entonces aspirante a la Presidencia y hombre de negocios, Donald Trump, contrató de junio a agosto de 2016 al experimentado consultor político para lograr que el partido republicano apoyara su candidatura y lo consiguió, pero luego vinieron los señalamientos, lo que obligó a Manafort a renunciar para hacerse cargo de su defensa.

Manafort: el poder detrás del poder

Paul Manafort es de esos hombres que representan el poder detrás del poder. Nació en New Britain, Connecticut, el 1 de abril de 1949 pero sus ambiciones políticas lo llevaron directo a Washington. Allí asistió a la Universidad de Georgetown y después al Centro de Derecho de la Universidad de Georgetown.

En 1970 comenzó su carrera como asesor participando en la campaña de Gerald Ford. Desde ese momento, su cabeza y corazón no dejaron de estar a la derecha. Diez años después, fue estratega de Ronald Regan y más tarde de George H.W. Bush padre en la Casa Blanca, pero sus aspiraciones no eran meramente políticas.

Quería conocer el mundo y asumir retos más grandes, dijo Charles R. Black uno de los socios de la firma Black, Manafort & Stone que cofundó Manafort en los ochenta. Entonces pasó a defender a cuestionados líderes extranjeros que necesitaban consolidarse en sus países o querían estrechar lazos con Washington.

Así fue como conoció al entonces dictador filipino Ferdinand Marcos, al somalí Mohamed Siad Barré, al ultraderechista guerrillero angoleño Jonas Savimbi y finalmente a uno de sus clientes más cercanos, el expresidente ucraniano y proruso Viktor Yanukovich.

El exdirector de la campaña de Trump, Paul Manafort, llega a la presentación de cargos en una tercera acusación formal contra él por el Fiscal Mueller bajo cargos de manipulación de testigos, en el Tribunal de Distrito de EE. UU. En Washington, el 15 de junio de 2018.
El exdirector de la campaña de Trump, Paul Manafort, llega a la presentación de cargos en una tercera acusación formal contra él por el Fiscal Mueller bajo cargos de manipulación de testigos, en el Tribunal de Distrito de EE. UU. En Washington, el 15 de junio de 2018. Jonathan Ernst / Reuters

¿Alguna vez llegó a cruzar las líneas de lo ético, como se cuestionó su exsocio Black en una entrevista? Nadie lo sabe. Lo cierto es que sus intereses en Europa del Este lo pusieron en el ojo de la investigación de la trama rusa en Estados Unidos.

Por su cercanía con Yanukovich, que luego terminó exiliado en Rusia tras las fuertes protestas que lo expulsaron de 2014, pagó un precio muy caro. Las autoridades lo investigan por ocultar gran parte de los $ 60 millones que ganó en Ucrania en cuentas bancarias no reveladas en el extranjero.

Manafort se declara inocente de todos los cargos.

De vuelta a la Casa Blanca de la mano de Trump

Tras la salida de Yanukovich de Ucrania, con un cliente menos en la lista y una cuenta menos que alimentara su lujosa vida y sus trajes de alta costura, Manafort decidió regresar a manejar los hilos de la política interna estadounidense.

En ese momento Trump estaba dejando atrás a sus contendores del Partido Republicano pero necesitaba a una figura reconocida en el mundo político y con influencias para consolidar el apoyo de los conservadores, por eso contrató al asesor para dirigir su campaña.

En junio 2016, Manafort asistió a una reunión en la Torre Trump con representantes rusos en la que ofreció información perjudicial sobre la entonces candidata demócrata Hillary Clinton, un punto central de la investigación del fiscal especial Robert Mueller.

Tras los señalamientos por sus nexos en Ucrania y los pagos multimillonarios, el estratega dejó el cargo el 19 de agosto. En ese momento Trump salió en su defensa.

"Manafort es un verdadero profesional": Trump

Esas fueron las palabras que utilizó el presidente para despedir a su más cercano consultor político en ese momento, pero a medida que se fueron conociendo los cargos que comprometían al abogado, la postura de la Casa Blanca cambió.

A través de su vocero del momento, Sean Spicer aseguró que Manafort “jugó un papel muy limitado en un tiempo muy limitado”.

Este 31 de julio la Casa Blanca destacó que el juicio que enfrenta Manafort no tiene nada que ver con la campaña presidencial.

Sobre el cuestionado abogado recaen graves acusaciones sobre sus actuaciones como asesor de Trump. Si la justicia lo encuentra culpable, podría desencadenarse un remesón político en la Casa Blanca que desestabilizaría aún más la volatil administración de Donald Trump.

Manafort enfrentará un segundo juicio en septiembre, esta vez por subordinación de testigos en conexión con su trabajo en Ucrania.

Con Reuters y AFP

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