Georgia conmemora los diez años de la última guerra con Rusia
Primera modificación:
El país caucasiano honró la memoria de las víctimas una década después de haberse enfrentado con la vecina Rusia. Tropas de ese país continúan ocupando parte del territorio nacional, escenario de una creciente tensión entre los occidentales y Moscú.
A pesar de su juventud, Georgia tiene una tumultuosa historia. Tras haber conocido una breve experiencia de Estado moderno, entre 1918 y 1921, se convirtió en una de las 15 repúblicas que conformaron la Unión Soviética hasta su disolución.
Tras este evento, en 1991, se independizó Georgia. Una nueva soberanía que no supuso tampoco una finalización de los conflictos. Las regiones de Abjasia y de Osetia del Sur expresaron rápidamente sus deseos de autonomía.
La disolución de la URSS generó conflictos estancandos en Osetia del Sur y Abjasia
En Osetia del Sur, las autoridades centrales y los separatistas, quienes crearon sus primeras milicias para responder a las autoridades centrales que niegan cualquier estatus de autonomía, entraron en un conflicto imediatamente.
En 1992, los independentistas de la región organizaron un primer referendo de autodeterminación, que abre la posibilidad de una eventual anexión a Osetia del Norte y, por ende, a Rusia, único país en reconocer la votación. La victoria del “Sí” fue aplastante y el conflicto se agudizó. Una primera grave crisis que dejó miles de muertos.
Mientras que las autoridades de Tiflis, la capital de Georgia, nunca lograron recuperar el control de este territorio por el peso de los grupos armados presentes, Osetia tampoco culminó su deseo de independencia.
El presidente Mijeíl Saakashvili lanzó ofensiva contra Rusia en agosto 2008
El giro sucedió con la llegada de Mijeíl Saakashvili al poder. Hostil hacia Rusia, el mandatario no podía concebir el statu quo que se había promovido para las zonas separatistas, con la presencia de tropas de varios países, incluyendo a rusos.
En agosto de 2008, el flamante presidente lanzó una ofensiva en Osetia, desencadenando la respuesta de Rusia, que mandó masivamente tropas al país. La crisis duró solo nueve días, pero dejó centenas de muertos y miles de civiles afectados.
Tras una intervención de Francia y otras potencias, se acordó un cese el fuego, pero las tropas rusas permanecieron en varios enclaves del conflicto y Moscú reconoció la soberanía de Osetia del Sur y de Abjasia.
Tras el pedido repetido de Tiflis de ingresar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), destinado principalmente desde su creación a contrarrestar la influencia de Rusia en el mundo, Moscú advirtió que este eventual ingreso podría “provocar un conflicto terrible”.
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