Armamento: el avión hipersónico, el gran salto de China
Primera modificación:
Pekín anunció un vuelo de prueba exitoso para un prototipo de avión hipersónico que sería capaz de derrotar todos los sistemas actuales de defensa. China no es el único país en apostarle a las armas hipersónicas.
Es una proeza que viaja a 7.334 km/h. El avión chino Starry Sky-2 logró alcanzar el Mach-6 (que viaja a seis veces la velocidad del sonido) tras un vuelo de prueba realizado a finales de la semana pasada, afirmó la prensa china el lunes 6 de agosto. Es la segunda vez que Pekín logra propulsar un avión a una velocidad hipersónica (al menos cinco veces la velocidad del sonido) tras un primer éxito obtenido en enero de 2014.
Pero esta vez, Starry Sky-2 cuenta con una tecnología de propulsión particular llamada “waverider”: el avión aprovecha sus propias ondas de choque para alcanzar su máxima velocidad, volviéndolo mucho más maniobrable. Por lo tanto, podría evadir cualquier sistema actual de defensa, afirma el South China morning post.
En efecto, el objetivo de Pekín es transformar este prototipo en un avión operacional capaz -entre los próximos tres a cinco años- de transportar misiles balísticos. Cualquier adversario potencial de China en la escena internacional, empezando por Estados Unidos, podría sufrir un ataque en un tiempo aproximado de dos horas, si no cuenta con los medios de defensa adecuados.
"Con la velocidad hipersónica, incluso si a uno lo ven, no hay mucho que se pueda hacer"
Los sistemas antimisiles actuales están concebidos para enfrentar las amenazas balísticas “tradicionales”: misiles ultra-rápidos pero con una trayectoria previsible. Efectivamente, un misil intercontinental viaja a una velocidad casi 20 veces superior a la del sonido, pero sigue un itinerario predeterminado que permite anticipar su punto de intercepción.
Esto es imposible de hacer con las armas hipersónicas, transportadas por aviones con una trayectoria mucho más imprevisible. “En este momento, no podemos hacer nada contra esta amenaza”, declaró a finales de marzo el senador norteamericano James Inhofe, delante del comité de Fuerzas Armadas del Senado.
De ahí que en estos últimos años haya comenzado una carrera por el arma hipersónica entre las principales potencias mundiales. Cada uno quiere ser el primero en dominar esta tecnología, capaz de redefinir los enfrentamientos militares, según Mark Lewis, uno de los directores del Instituto de Análisis de la Defensa.
“Es la evolución tecnológica más importante desde el avión furtivo. Con la furtividad, la promesa era ser invisible para los radares, con la velocidad hipersónica, incluso si a uno lo ven, no hay mucho que se pueda hacer”, afirma en la publicación de un blog.
#China has successfully tested its new aircraft, the Starry Sky-2, which can even be used to carry nuclear missiles at a speed never seen before. Recently China & #Russia showed the world their new toys. For whom they display it? What intention is behind that? #defense #Military pic.twitter.com/XqA2AsleZn
Cristina Font 柯伊娜 (@cfontharo) 7 de agosto de 2018
China no es el único país en vanagloriarse por semejante hazaña tecnológica: Rusia también afirma haber realizado con éxito un vuelo de prueba de un avión hipersónico en marzo de 2018. En esa ocasión, el presidente ruso Vladímir Putin, incluso convirtió el desarrollo de esta tecnología en una de sus prioridades militares.
“Los indios y los franceses no están muy lejos de hacer un avance en este dominio”, afirma Richard H. Speier, autor de un informe sobre la amenaza de las armas hipersónicas para el Rand, un centro norteamericano de investigación, publicado en junio de 2018.
Estados Unidos se quedó atrás en la carrera hipersónica
¿Y Estados Unidos? Ahí está el problema: la primera potencia militar del mundo se quedó atrás. Su último vuelo de prueba de un avión hipersónico se remonta a agosto de 2012 y acabó en un fracaso. “Los programas chinos y rusos claramente están delante de nosotros”, se exasperó Michael D. Griffin, el sub-secretario norteamericano de Investigación y antiguo administrador de la NASA, ante los senadores norteamericanos en junio de 2018.
Para remontarse de este atraso, el ejército aéreo cerró en abril de 2018 un contrato de mil millones de dólares con Lockheed Martin para el desarrollo de un misil hipersónico, mientras que Boeing trabaja en un sistema de propulsión innovador para este tipo de arma.
Pero no todo el mundo en Estados Unidos aprueba este esfuerzo de mejora. Más que tratar de igualar por todos los medios a China y a Rusia, John Hyten, comandante del Stratcom (el comando estratégico de los Estados Unidos), hizo un llamado en marzo de 2018 para “mejorar primero los sistemas de los radares y de los satélites” con el fin de estar preparados para defenderse contra la amenaza hipersónica. Estados Unidos debe entonces escoger. Si lo hace mal, el orden militar mundial podría transformarse, perjudicando al país.
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