Política - Alemania

Sahra Wagenknecht, la cara antiinmigración de la izquierda alemana

ahra Wagenknecht junto con los Verdes alemanes y los socialdemócratas del SPD, ha lanzado el movimiento Aufstehen.
ahra Wagenknecht junto con los Verdes alemanes y los socialdemócratas del SPD, ha lanzado el movimiento Aufstehen. Tobias Schwarz / AFP

Con el movimiento de izquierda Aufstehen, Sahra Wagenknecht quiere reconquistar el electorado popular en Alemania. Para hacerlo, no duda en tomar prestada la retórica del partido de extrema derecha Alternative für Deutschland.

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Sahra Wagenknecht quiere hablarle a los alemanes “frustrados, que tienen la impresión de no ser entendidos o escuchados por los partidos tradicionales”. Esta figura del partido radical de izquierda Die Linke fundó, el martes 4 de septiembre, el movimiento “Aufstehen” (De pie), rápidamente catalogado en Francia como una versión germana de la Francia Rebelde de Jean-Luc Mélenchon.

La misma ambición por unir el pueblo de izquierda, la misma voluntad por reconquistar el voto popular, los mismos acentos populistas: el paralelo es, en efecto, seductor.

Pero Sahra Wagenknecht no duda en tomar prestada la retórica anti-inmigración de los populistas de extrema derecha de la Alternative für Deutschland (AfD), ahí donde Jean-Luc Mélenchon se presentó siempre como el primer opositor a la Agrupación Nacional (exFrente Nacional).

"Es a la vez un cálculo táctico y una posición ideológica asumida"

Esta mujer de 49 años, nacida en Jena en la antigua Alemania del Este, ha criticado varias veces la política migratoria de Angela Merkel, se ha opuesto a “la migración económica” y arremete con frecuencia contra la “buena conciencia de la izquierda sobre la acogida” de los refugiados. “Es a la vez un cálculo táctico y una posición ideológica asumida”, explica Eckhard Jesse, especialista en racismo político de la Universidad de Chemnitz, contactado por France 24.

Esta política, que se ve muy bien en los medios con sus prendas a la moda y su estilo de profesora estricta, busca, sin embargo, cazar en los terrenos de la AfD, cuyas tesis antiinmigración van viento en popa en una Alemania en la que la política migratoria del gobierno es cada vez más criticada. Pero Sahra Wagenknecht “nunca se ha interesado por el cosmopolitismo exhibido por una parte de la izquierda y defiende un nacionalismo que tiene como prioridad la defensa de los intereses de los alemanes”, resume Eckhard Jesse.

Para el experto, esta postura no tiene nada de sorprendente. “Siempre ha habido un movimiento en el seno del Die Linke cuyas ideas, en cuanto a temas como la inmigración, son cercanas a las de la AfD, sobre todo entre los que vienen de la ex RDS, como Sahra Wagenknecht”, recuerda. “Para ella, los Verdes son quienes representan el principal enemigo político”, añade Eckhard Jesse. Ella les reprocha, según él, una indulgencia social y política alejada de la preocupación de las clases obreras.

La nueva jefa de filas del movimiento Aufstehen sería entonces la alternativa populista de izquierda para los populistas de la Alternative für Deutschland. Salvo que Sahra Wagenknecht no tiene nada de populista, según la opinión general de los comentadores políticos alemanes. Huye de las masas, sonríe en contadas ocasiones ante las cámaras y se siente mucho más a gusto cuando debate con estudiantes universitarios sobre los límites del capitalismo.

“Es una intelectual reservada”, escribe el semanario 'Die Zeit', mientras que el diario 'Frankfurter Allgemeine Zeitung' anota que “sus amigos la califican de tímida mientras que sus adversarios afirman que es autista”.

Goethe, ese marxista

Desde siempre ha tenido una imagen de intelectual que le gusta cultivar. Sahra Wagenknecht cuenta así que su compromiso político se remonta a su adolescencia, cuando descubrió a Goethe, generalmente considerado como un autor romántico más que comprometido políticamente. Pero para ella, su libro preferido, “Fausto”, sería “una obra anticapitalista de principio a fin”. Continuó con los escritos de los filósofos Kant y Hegel antes de ocuparse del pensamiento de Karl Marx.  

Fue solo hasta 1989, poco antes de la caída del muro de Berlín, que pasó de la teoría a la práctica, enlistándose en el seno del partido socialista unificado de Alemania (SED), que dirige la República Democrática Alemana (RDA). Tiene 21 años al momento de la reunificación de 1990 y un anticapitalismo firmemente anclado en el cuerpo. Para perfeccionar su formación política, se embarca entonces en estudios de economía y escribe una tesis sobre la crítica de la obra de Hegel por Karl Marx, publicada en 1997.

A nivel político, se integra naturalmente al Partido del socialismo democrático (PDS), sucesor del SED. Cuando el PDS se vuelve Die Linke en 2007, bajo el impulso de Oskar Lafontaine, Sahra Wagenknecht sigue a este viejo caminante de la izquierda alemana, quien se volverá después su marido.

A pesar de su ambición declarada desde el comienzo del año 2010 de tomar las riendas del partido, nunca logra imponerse. Se le reprocha su radicalidad y su falta de carisma.

Para algunos, el movimiento “Aufstehen” sería para Sahra Wagenknecht una manera para emanciparse de un partido del que tiene la impresión de no tener nada más que esperar. Pero para Eckhard Jesse, “es una apuesta arriesgada”: en caso de fracasar, tras haber coqueteado tanto con las tesis tradicionales de la extrema derecha, se arriesga a perder “toda la influencia en el seno de Die Linke”.

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