Elecciones Brasil

Elecciones Brasil: cuando el miedo se traduce en violencia

Mujeres se manifiestan contra el candidato presidencial Jair Bolsonaro en Río de Janeiro, Brasil, el 29 de septiembre de 2018.
Mujeres se manifiestan contra el candidato presidencial Jair Bolsonaro en Río de Janeiro, Brasil, el 29 de septiembre de 2018. Ana Carolina Fernandes / Reuters

Cuanto más se acerca la segunda vuelta presidencial, más crece la espiral de violencia en el gigante latinoamericano. En los diez primeros días de octubre se registró un asesinato y 70 agresiones por motivaciones políticas. ¿Cuál es el detonante?

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Las divergencias políticas han acentuado la violencia en Brasil. La semana pasada, en un bar de la ciudad de Salvador, el reconocido maestro de capoeira Moa do Katendê de 63 años, fue asesinado por Paulo Sérgio Ferreira de Santana, un seguidor de Jair Bolsonaro. Él le propinó 12 puñaladas a Katende por, según denunciaron sus compañeros, declarar su voto por el izquierdista Fernando Haddad.

Por esos días también fue agredido un joven universitario de 27 años, que recibió una paliza de supuestos partidarios de Bolsonaro en la región central de Curitiba. Tan solo en los diez primeros días de octubre, el equipo periodístico de la ‘Agencia Pública de Brasil’, registró 70 agresiones por motivaciones políticas, de las cuales 50 fueron perpetradas por simpatizantes del candidato ultraderechista y en 6 casos las víctimas fueron partidarios suyos.

El propio Bolsonaro, que fue víctima de una agresión con cuchillo el pasado 6 de septiembre, señaló que el asesinato de Katende y las demás agresiones son “excesos”. Y aunque ha lamentado estos episodios, los considera hechos aislados, de los que no es responsable: “Yo fui el que me llevé la cuchillada, si un tipo que lleva una camisa mía comete un exceso, ¿qué tengo que ver yo?”, justificó el candidato.

Haddad, su contendor, ha criticado su fuerte discurso, pero en los últimos días también ha redoblado los ataques contra él, atizando más las tensiones ya existentes. El próximo 28 de octubre los brasileños eligen entre dos extremos: la ultraderecha y la izquierda. Las proyecciones apuntan a que Bolsonaro podría convertirse en el próximo presidente, pero para quienes han sido blanco de ataques en sus discursos, esto supone un “gran retroceso para Brasil”.

“Los seguidores de Bolsonaro han actuado con truculencia y mucha violencia”

En Brasil, el miedo se ha extendido a gran parte de la población durante esta campaña presidencial. No importa la raza, el sexo, el género o la religión. El temor ha calado en lo más hondo de una sociedad, que ha visto a través del extremismo de estas elecciones, como se ha avivado un odio pasional que se traduce en violencia, sobre todo entre quienes apoyan el discurso de Bolsonaro.

“Él nos asusta porque desconsidera los Derechos Humanos en el nombre de Dios y de la familia tradicional y así desvaloriza a mujeres, negros, y personas LGBTI pues exalta la dictadura militar y sobre todo ataca la democracia y la libertad”, indicó a France 24 Marcelle Esteves, vicepresidenta del Grupo Arco iris de ciudadanía LGBT, de Río de Janeiro.

Actualmente Bolsonaro es investigado por incitación a la violación luego de que le dijo a una diputada en el Congreso que no la violaría porque “no se lo merece”. También afirmó que preferiría que su hijo muriera en un accidente a que anduviera con otro “bigotón por ahí”, enalteciendo un discurso homófobo y también racista, al afirmar que los afrodescendientes “ni para el creador sirven”.

Él nos asusta porque desconsidera los Derechos Humanos en el nombre de Dios y de la familia tradicional y así desvaloriza a mujeres, negros, y personas LGBTI, pues exalta la dictadura militar.

Marcelle Esteves

“No es que Bolsonaro incite al odio directamente”, afirmó con más prudencia Fernanda Cristina Nanci Izidro, profesora del pregrado de Relaciones Internacionales de Unilasalle-RJ pero “su discurso es conservador”.

Pero, para Esteves, su oratoria va mucho más lejos: “los casos de violencia en los últimos meses han crecido bastante con toda la polarización de ideas. El miedo por una posible dictadura, caza a esas poblaciones y las declaraciones de odio nos han dejado muy aprehensibles, pues los seguidores de Bolsonaro han actuado con truculencia y mucha violencia”.

El extremismo pavimenta su camino, en medio de un nuevo brote de violencia en Brasil

En un momento en el que Brasil bate récords con cerca de 60.000 homicidios por año y es el país en el que más se matan homosexuales, la situación es clara. Cuando quien se puede convertir en la mayor autoridad del país “legitima la violencia, no hay otra tendencia que no sea su aumento”, dijo a France 24 Juliano Cortinhas, internacionalista y docente de la Universidad de Brasilia.

Por eso, el discurso de Bolsonaro cala en los ciudadanos, porque él pretende restaurar la supuesta integridad perdida en Brasil enalteciendo “los valores” asociados a Dios y a la familia tradicional. Así, “los cambios morales que pueden venir de las nuevas políticas de género, a las personas les da miedo. Entonces viene el odio mutuo entre la izquierda y la derecha”, aseguró el sociólogo brasileño Rodrigo Suassana.

Pero el miedo va en todos los sentidos. Los ultraconservadores temen que Brasil se convierta en una nueva Venezuela con Haddad y los más progresistas que con Bolsonaro se regrese a los tiempos oscuros de la dictadura militar. Si ocurre lo último, Esteves lo tiene claro: “si por ventura ese innominable gana, a nosotros nos quedará la lucha por nuestros derechos”.

"Bolsonaro no es el único responsable de la violencia en Brasil"

La violencia política no surgió con la campaña presidencial pero sí se ha alimentado de ella. "Históricamente las elecciones en el país han sido muy violentas y Bolsonaro no es el único responsable de la violencia en Brasil. Una parte de la sociedad ve a la otra como enemigo mortal y creo que él es un producto de una situación de muchísimo desgaste”, aseguró a France 24 Creomar de Souza, internacionalista de la Universidad de Brasilia.

En el gigante suramericano la crisis ya existía. En 2016 la nación entró en su peor recesión económica desde 1981 y todavía no se recupera. Ese mismo año también se produjo una crisis política con el impeachment que sacó a Dilma Roussef del poder y con el escándalo de corrupción que sacudió a su movimiento, el Partido de los Trabajadores (PT).

Por eso "no diría que el discurso de ambos candidatos es la única razón de esa violencia, sino también la falta de confianza de las personas en las instituciones representativas del país, por la corrupción policial que las instituciones políticas también han promovido”, explicó Suassana.

La ausencia de un orden político, la crisis económica existente y la pérdida de valores democráticos producto de la corrupción, atiza el discurso extremista de la derecha frente al desprestigio de la izquierda en Brasil. "Los nuevos conservadores no son violentos en sí mismos pero abren las puertas para oportunistas como Bolsonaro, que apoyó al Gobierno de Lula y elogió a Hugo Chávez en su momento”, sentenció Suassana.

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