Los conductores de chatarra estadounidense en Guatemala
Los problemas en la economía de Guatemala abren diversas oportunidades para los negocios. Un sector que está en auge en la nación centroamericana tiene que ver con la compra de vehículos usados procedentes de Estados Unidos.
Primera modificación:
Esta industria mueve cerca de 140.000 autos al año, que la convierte en una importante alternativa pero a un alto costo para quienes lo llevan a cabo.
Con un ambiente en el que se destacan algunos volcanes, la ciudad de Quetzaltenango, en Guatemala, es la segunda de mayor importancia en el país. En ella se desarrollan una gran cantidad de actividades relacionadas con el comercio artesanal, industrial y de servicios.
Sin embargo, más de un 60% de la población se encuentra por debajo del umbral de la miseria y su sistema de transporte no suele satisfacer las necesidades de los usuarios.
Ante esta situación, muchos en Guatemala han optado por disponer de su propio vehículo, pero pocos son los que pueden acceder a un carro nuevo. Por ello, durante los últimos años se ha puesto en auge la comercialización de vehículos usados procedentes de Estados Unidos.
Pero estos vehículos no son usados cualquiera, sino aquellos que se encuentran deshabilitados porque no deben o no pueden circular en el país. Varios de estos automóviles sufrieron algún accidente, pero, aun así, son un tesoro para los guatemaltecos.
Rodando de Estados Unidos hasta Guatemala
Los que se dedican a estas actividades no son grandes empresarios. Varios son profesionales y con trabajos estables, pero que ingresan en la actividad solo por darle una mejor calidad de vida a sus familias. Ellos toman el riesgo de ir por los vehículos y trasladarlos vía terrestre a su punto final.
Julio Pisquiy Nimaty es uno de ellos. Desde hace tres años se dedica a este negocio a pesar de que cuenta con una clínica oftalmológica en Quetzaltenango.
"Yo lo tengo muy claro, si necesito vender un carro para pagar un equipo de la clínica, lo hago. También al revés, si necesito dinero de la clínica para pagar el impuesto de un carro también lo hago", dijo Pisquiy.
Julio vuela desde Guatemala al estado de California en Estados Unidos, allí se traslada hasta los depósitos de vehículos viejos y busca aquellos que luego de revisarlos y repararlos le permiten iniciar el viaje de vuelta a Guatemala.
No obstante, antes de partir, Julio recibe algunos productos que guatemaltecos residentes en Estados Unidos desean enviar a sus familiares. De esta manera, el profesional contribuye a un mercado que supera los 500.000 dólares al año en intercambios.
Pero no es un viaje sencillo, aunado a la cantidad de kilómetros que deben recorrer quienes que se dedican a la actividad deben sortear los riesgos de la inseguridad en las principales vías de los países que atraviesan.
Cuando logran llegar a Guatemala, el vehículo es reparado completamente y así transforman una chatarra de pocos dólares a un vehículo de miles, pero con un elevado riesgo.
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