Crisis política en Israel

Para Benjamin Netanyahu, un adelanto electoral en Israel sería "innecesario e irresponsable"

El primer ministro israelí se enfrenta a una crisis política que, tras la renuncia de su ministro de Defensa, podría derivar en el fin de su coalición de Gobierno. Por ahora, intenta contener a sus socios y mantener los comicios de noviembre de 2019.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, hace una declaración ante miembros de los medios de comunicación en Tel Aviv, Israel, el 18 de noviembre de 2018.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, hace una declaración ante miembros de los medios de comunicación en Tel Aviv, Israel, el 18 de noviembre de 2018. Corinna Kern / Reuters
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El cerco político sobre el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, cada vez es más reducido, y ante una posible caída de su coalición de Gobierno ha advertido que un adelanto electoral en el país es “innecesario, incorrecto e irresponsable”.

"Nos encontramos en una situación de seguridad compleja, y en una época así no se derriba un Gobierno, no se va a elecciones, tenemos un año entero hasta los comicios (…) La seguridad del país está por encima de la política y de los intereses personales", sentenció Netanyahu desde la base central del Ejército en Tel Aviv.

“En este delicado periodo de seguridad, no es necesario acudir a elecciones. Recordemos lo que ocurrió cuando un funcionario de la coalición abandonó los gobiernos del Likud (partido de Netanyahu) en 1992 y 1999, y recibió el desastre de Oslo y la tragedia de la Intifada. Tenemos que hacer todo lo posible para evitar repetir estos errores”.

Todo empezó el martes 13 de noviembre con la dimisión del ministro de Defensa, Avigdor Lieberman. Muy en desacuerdo de un alto el fuego en Gaza, después de los peores bombardeos vividos desde 2014 y una incursión israelí que salió mal, Lieberman presentó su renuncia como medida de protesta.

Una oposición que se agravó el viernes 16 de noviembre al reunirse Netanyahu con su titular de Educación, Naftalí Benet, del partido ultranacionalista Hogar Judío, quien quería la cartera de Lieberman, pero no la obtuvo a valoración del ministro de Finanzas, Moshe Kahlon, del grupo centrista Kulanu, que no quiere un Gobierno de mayoría simple.

Con Kahlon en escena, el primer ministro calificó de “decisivo” su encuentro con él para “no dejar caer un Gobierno de derechas”: "Si (el partido) Kulanu no abandona el Gobierno, hay Gobierno".

Benjamin Netanyahu: “En medio de una batalla no jugamos a la política”

No se debería jugar en política, pero ahora el mandatario israelí no tiene otra opción que ser estratega. La salida del partido de Lieberman, la formación Israel Nuestro Hogar, ha dejado a su Ejecutivo con 61 escaños en el Parlamento (conocido como el Knéset y que tiene 120 miembros) frente a los 59 de la oposición.

Ahora su desafío es mantener lo que queda de su coalición gubernamental, cuando socios como sus propios ministros de Educación (aporta 8 diputados) y Finanzas (aporta 10 diputados) optan por adelantar los comicios de noviembre de 2019 a marzo. Pero Benjamin Netanyahu insiste: “Hay que evitar que el Gobierno sea derrocado”.

Por ahora, mientras las negociaciones se quedan en amenazas, el mandatario de Israel ha decidido asumir el Ministerio de Defensa y, según el Canal 10, nombrar a un ministro de Exteriores para liberarse de esa cartera que también es suya.

En definitiva, esta crisis se produce en un momento en el que Netanyahu está perdiendo popularidad. No por sus escándalos de corrupción, sino por sus treguas con las milicias palestinas, lideradas por Hamás, cuando su entorno pide una operación militar mayor, no “una sumisión al terror”.

Con AFP, Reuters y EFE

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