Protestas - Francia

Por qué los 'chalecos amarillos' están molestos a pesar del aumento del poder adquisitivo

Las reclamaciones por un mayor poder adquisitivo están en el corazón del movimiento de los chalecos amarillos.
Las reclamaciones por un mayor poder adquisitivo están en el corazón del movimiento de los chalecos amarillos. Zakaria Abdelkafi / AFP

Desde el primer ministro hasta los 'chalecos amarillos', todo el mundo quiere el aumento del poder adquisitivo. Sin embargo, la tendencia está al alza, según el Insee. ¿Por qué tanto descontento si la situación está mejorando?

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Hay revuelo gubernamental en medio de los 'chalecos amarillos'. Poco antes de que el primer ministro Édouard Philippe actuara, el martes 4 de diciembre, al anunciar medidas a favor del poder adquisitivo, para "devolver la serenidad al país", el ministro de la Educación nacional se preguntaba sobre la legitimidad del descontento. Jean-Michel Blanquer consideró que el movimiento es "paradójico" ya que "los primeros resultados (positivos para el poder adquisitivo) están llegando".

Según las estadísticas, el ministro tiene razón. "Las cifras del Insee muestran que el poder adquisitivo está progresando en Francia desde hace casi un año”, confirma Pascal de Lima, economista jefe del gabinete de consejo Harwell Management, contactado por France 24. A finales de 2018, el Instituto nacional de estadística indicaba que el salario bruto disponible por matrimonio había conocido un aumento de más del 1% en un año.

Aumento de los gastos irreducibles

Esto es olvidar que se trata de un promedio nacional. Para Pascal de Lima no refleja las fuertes desigualdades territoriales que conforman la base de la protesta actual. Esquemáticamente, "el poder adquisitivo aumenta considerablemente en los centros urbanos, mientras que se estanca o se reduce en otras partes de Francia", recuerda el economista.

El indicador del Insee tampoco tiene en cuenta la pérdida del poder adquisitivo que sufrieron los franceses. Lejos de ser un sentimiento difícilmente cuantificable, se trata de la parte cada vez más importante de las necesidades básicas dentro del presupuesto de un matrimonio.

“El poder adquisitivo puede seguir aumentando, los gastos irreducibles también están aumentando porque cada vez hay más elementos considerados como esenciales, como los celulares o el precio del seguro para el automóvil”, subraya Pascal de Lima.

Pero para Jean-Michel Blanquer, los manifestantes se equivocan de objetivo al irse en contra de la política del Gobierno. El origen del sentimiento de pérdida del poder adquisitivo, según él, viene de "la presión fiscal (que es) ampliamente anterior a la llegada de Emmanuel Macron al poder”, subrayó el ministro.

En eso, de nuevo, tiene razón… en teoría. Los impuestos de los franceses ya habían aumentado al principio del quinquenio de François Hollande, recuerda Pascal de Lima. El presidente socialista “había iniciado reformas en beneficio del poder adquisitivo al principio de su quinquenio, pero no las llevó a cabo”, resume este experto.

Algunos 'chalecos amarillos', un símbolo de la protesta de los conductores franceses contra los impuestos a los combustibles, se paran frente a un cañón de agua de la policía cerca del Arco de Triunfo en París, Francia, el 1 de diciembre de 2018.
Algunos 'chalecos amarillos', un símbolo de la protesta de los conductores franceses contra los impuestos a los combustibles, se paran frente a un cañón de agua de la policía cerca del Arco de Triunfo en París, Francia, el 1 de diciembre de 2018. Stephane Mahe / Reuters

 

Édouard Philippe vio necesario "Mantener el rumbo"

Pero Emmanuel Macron tampoco realizó acciones en beneficio del poder adquisitivo tras su llegada al Elíseo. “Llevó a cabo un viraje económico aplicando una política de la oferta, es decir, favoreciendo la inversión a través de ayudas a las empresas”, subraya Pascal de Lima. El resultado: las inversiones en el sector privado conocieron un "aumento récord", se enorgullece Jean-Michel Blanquer.

Una política que dio la impresión de que el Gobierno favorecía a los ricos sin preocuparse por las clases medias o populares. La esperanza del ejecutivo es que este flujo de dinero sea el origen de nuevos empleos, sinónimo de ganancia de poder adquisitivo. Esto es lo que Édouard Philippe dio a entender cuando afirmó, el martes 4 de diciembre, que era necesario "mantener el rumbo".

Sin embargo, los primeros índices económicos no van en esa dirección. Los regalos fiscales que se le han hecho a las empresas “primero, le han permitido a las empresas restaurar sus márgenes de beneficio”, constata Pascal de Lima. Estas inversiones tuvieron efectos favorables sobre el empleo “lo cual se produjo sobre todo en las grandes ciudades y en los centros de actividad importantes”, añade el economista.

Incluso si la política del Gobierno termina por producir los efectos esperados sobre el empleo, corre el riesgo de favorecer la grieta entre las grandes ciudades, que serán las primeras beneficiarias en términos de poder adquisitivo, y el resto de Francia, que recogería las migas. El Gobierno sabe que este sentimiento de desigualdad entre los territorios favorece la crisis actual.

Édouard Philippe probablemente tenía esta preocupación en mente cuando anunció que se congelarían las tarifas del gas y que se aplazaría el aumento de los impuestos a los carburantes, dos iniciativas que favorecen tanto a los franceses de las ciudades como a los franceses del campo. Pero estas medidas son temporales y simplemente arriesgan que se siga postergando el problema.

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