Retórica de Trump sobre Venezuela revive el fantasma de las intervenciones militares en América Latina

Jim Watson / AFP

Cuando se le pregunta por Venezuela, Trump suele responder que "todas las opciones están sobre la mesa". Basta recordar un puñado de intervenciones militares de Estados Unidos en la región para tomar con seriedad ese discurso.

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Aunque ya lo había dicho en 2017, la ocasión más reciente fue el 18 de febrero de 2019 en la Universidad Internacional de la Florida. Allí, Trump acotó que su Gobierno busca en Venezuela "una transición de poder pacífica" pero que "todas las opciones están abiertas".

En su discurso calificó a Nicolás Maduro de títere, y agregó que "los días del socialismo y el comunismo están contados no solo en Venezuela, sino en Nicaragua y en Cuba también".

Este tipo de argumentos, que apuntan a 'restablecer el orden democrático de una nación' son los recurrentes por Estados Unidos para justificar sus intervenciones militares por más de dos siglos. Hay varios ejemplos en la región.

Una de las ocupaciones más duraderas en América Latina ocurrió en Nicaragua, en el contexto de las guerras de las bananeras.

Nicaragua: ocupación militar de 1912 a 1933

Las relaciones entre Washington y Managua no comenzaron bien en el siglo XX. El presidente liberal José Santos Zelaya irritó a sus homólogos de la Casa Blanca por su política nacionalista.

Afectado porque Panamá fuera elegido para la construcción del canal interoceánico entre el Pacífico y el Atlántico, Zelaya lanzó un plan reformista contra los intereses estadounidenses. Subió los impuestos y eliminó las concesiones que amenazaban los intereses de empresas como la United Fruit Company.

Marines de los Estados Unidos portando una bandera sandinista en 1932.
Marines de los Estados Unidos portando una bandera sandinista en 1932. Defenseimagery.mil/ CC

Luego de una revuelta popular contra Zelaya en 1909, sectores conservadores pidieron la intervención estadounidense para resguardar la seguridad de país centroamericano y la protección de sus inversiones.

Durante el período de ocupación de más de dos décadas tuvo lugar un desembarco de 5.000 marines en playas nicaragüenses, lo que derivó en una enorme violencia que se zanjó en una guerra civil interna.

De acuerdo con José Antonio Sánchez Román, profesor de historia global en la Universidad Complutense de Madrid, "la magnitud de esta intervención generó internacionalmente un rechazo muy grande y una especie de fortalecimiento de las corrientes antiimperialistas en la región".

Guatemala: golpe de Estado orquestado por la CIA en 1954

A diferencia del desembarco de miles de marines en Nicaragua, esta intervención fue más una operación de inteligencia que una militar. La CIA trabajó bajo la sombra para orquestar un golpe de Estado contra el presidente guatemalteco Jacobo Árbenz, elegido democráticamente en 1950.

Sus políticas reformistas que promulgaban una reforma agraria y un nuevo plan de diversificación económica, amenazaron la influencia regional de la estadounidense United Fruit Company.

No obstante, para Sánchez Román, la gran amenaza que impulsó a Estados Unidos a ejecutar el golpe de Estado fue la alianza del gobierno de Árbenz con el pequeño Partido Comunista guatemalteco.

Presidente Eisenhower y el secretario de Estado John Foster Dulles reunidos en la Casa Blanca el 14 de agosto de 1956. Foster fue el defensor del golpe de estado guatemalto de 1954.
Presidente Eisenhower y el secretario de Estado John Foster Dulles reunidos en la Casa Blanca el 14 de agosto de 1956. Foster fue el defensor del golpe de estado guatemalto de 1954. Creative Commons

Bajo el contexto de la Guerra Fría, esta alianza generaba toda suerte de suspicacias de que Guatemala se convirtiera en un foco soviético que desestabilizara la región.

De manera que cerca de 500 soldados rebeldes, financiados y entrenados por la CIA, se levantaron en armas el 18 de junio de 1954.

Tras múltiples fracasos de los invasores, la estrategia de hostigamiento psicológico jugó un papel importante. Jacobo Árbenz temió que la contención militar contra los rebeldes fuera la excusa de Estados Unidos para una intervención militar en Guatemala.

La presión lo agobió a tal punto que presentó su renuncia el 27 de junio.  

Cuba: invasión a Bahía Cochinos en 1961

La isla de Cuba fue uno de los primeros territorios que Estados Unidos ocupó militarmente (1898 – 1906) tras la guerra hispano-estadounidense. Pero con el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, el territorio dejó de estar influido política y económicamente por su vecino del norte.

La Guerra Fría y la lucha contra el comunismo fue de nuevo el pretexto que abrigó esta intervención estadounidense. El miedo de que Fidel Castro se hubiese aliado de lleno con la Unión Soviética prendió las alarmas de Einsenhower. De allí que hubiese ordenado a la CIA repetir la historia de Guatemala.

Sin embargo, la de Bahía Cochinos fue una invasión fallida.

Rebeldes exiliados cubanos apoyados por la CIA, se enfrentan contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR)de Fifel Castro, el 19 de abril de 1961.
Rebeldes exiliados cubanos apoyados por la CIA, se enfrentan contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR)de Fifel Castro, el 19 de abril de 1961. Rumlin/CC

Las tropas de exiliados cubanos, que buscaron imponer una cabeza de playa en la costa sur de Cuba, fracasaron estrepitosamente en su intento de derrocar a Fidel Castro del poder.

En menos de 65 horas fueron aplastados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Más de cien soldados murieron y otros 1.200 fueron capturados.  
Dos de las razones de este fracaso que defiende Sánchez Román fueron la falta de apoyo aéreo de Estados Unidos y la eficacia del ejército cubano, robustecido por material bélico soviético.

La esperanza fallida de la CIA de que este desembarco provocara una revuelta interna, tan solo demostró el alto grado de consenso que Fidel Castro tenía en Cuba.

Panamá, invasión en 1989 para capturar al general Noriega

Entre el 20 de diciembre de 1989 y el 31 de enero de 1990, un grupo de 26.000  soldados estadounidenses acecharon el suelo panameño. El objetivo: capturar al general Manuel Noriega, dictador militar desde 1983.

A pesar de que Noriega había colaborado con la CIA y que había financiado la guerrilla antisandinista en Nicaragua, Estados Unidos le retiraron el apoyo y lo persiguieron por narcotráfico y corrupción.

Las llamas envuelven un edificio tras el estallido de hostilidades entre la Fuerza de Defensa Panameña y las fuerzas de los Estados Unidos durante la Operación Causa Justa, el 21 de diciembre de 1989.
Las llamas envuelven un edificio tras el estallido de hostilidades entre la Fuerza de Defensa Panameña y las fuerzas de los Estados Unidos durante la Operación Causa Justa, el 21 de diciembre de 1989. Spec. Morland / CC

Según José Antonio Sánchez Román esta fue "la primera intervención post-guerra fría" porque ocurrió justo un mes después de la caída del muro de Berlín.

En su argumento, la intervención ya no respondía a la lógica del comunismo, sino a la de Estados Unidos buscando domesticar la política de sus vecinos: "una especie de policía internacional en un mundo que parece unipolar".

Esta invasión, que contó con bombardeos de última generación, logró su cometido. Noriega fue capturado y enviado a Estados Unidos donde fue enjuiciado por narcotráfico y enviado a prisión por 40 años.

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