Ciclón Idai - África

Consecuencias del ciclón Idai: Mozambique, Zimbabue y Malaui necesitarán ayuda durante meses

Una mujer es llevada fuera de un centro de salud en la ciudad de Beira, Mozambique, el 26 de marzo de 2019.
Una mujer es llevada fuera de un centro de salud en la ciudad de Beira, Mozambique, el 26 de marzo de 2019. Mike Hutchings / Reuters

Naciones Unidas pidió 282 millones de dólares en donaciones solo para Mozambique, pero estos tres países necesitarán una mayor respuesta humanitaria para enfrentar los destrozos y garantizar agua, higiene y alimentos a medio plazo.

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Ya han pasado dos semanas desde que el ciclón Idai tocara tierra en Mozambique y afectara al sureste de África, pero sus consecuencias prometen ser mucho más largas. Una situación que para Naciones Unidas solo tiene una traducción posible: ayuda.

Este lunes 25 de marzo, la organización pidió 282 millones de dólares en donaciones para financiar la ayuda a Mozambique de los próximos tres meses. En esa línea, solicitará otros fondos humanitarios para socorrer también a las vecinas Zimbabue y Malaui. Y es que, entre las tres naciones, el continente africano ha perdido a al menos 686 personas, debido a la tormenta y al posterior desastre ambiental.

Por lo que ahora las prioridades pasan por garantizar a la población agua potable, saneamiento, higiene, seguridad alimentaria y un techo a medio plazo, de acuerdo con el jefe humanitario de la ONU, Mark Lowcock. Sin embargo, eso requiere de la respuesta de varios Gobiernos africanos e internacionales que, pese a su ayuda, se quedan cortos en las contribuciones.

El foco puesto en 1,85 millones de personas afectadas

Es la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) la que está midiendo la magnitud del desastre y la que calcula que, solo en Mozambique, alrededor de 1,85 millones de personas están sufriendo y sufrirán los efectos de Idai: "Algunos se encontrarán en situaciones críticas, que ponen en peligro la vida. Algunos, lamentablemente, habrán perdido sus medios de subsistencia, lo que, si bien es una tragedia terrible, no es inmediatamente una amenaza para la vida".

Sin embargo, es tal el panorama, con pueblos, casas y escuelas arrasadas por el viento, las inundaciones y las fuertes lluvias, que el ciclón Idai ha elevado la emergencia hasta el nivel 3, la misma valoración que tienen hoy las crisis humanitarias en Siria y Yemen.

"Es devastador, el nivel de destrucción es masivo", afirmó al diario 'El País' Saviano Abreu, portavoz de OCHA situado en Beira, ciudad portuaria epicentro de la catástrofe y cuna del mayor escritor del país, Mia Couto, quien aseguró "estar tan destruido como mi ciudad".

Duele la comparación, pero ahora el foco está puesto en la asistencia y en paliar los siguientes datos: más de 33.000 casas dañadas o destruidas, y 500.000 hectáreas de cultivos arrasados en Mozambique; revitalizar los distritos de Chimanimani y Chipinge, y cubrir a 16.000 desplazados en Zimbabue; mientras en Malaui son más de 19.000 los hogares que han tenido que migrar por esta emergencia medioambiental.

Alimentos frente al brote de epidemias

Como es habitual, tras el descenso del agua en algunas zonas y ríos, otra preocupación son los inevitables brotes de enfermedades como el cólera y la malaria, que pueden transformarse en epidemias.

Mientras que solo en las poblaciones zimbabuenses de Chimanimani y Chipinge el 77% y el 37% de la población, respectivamente, necesitan comida de urgencia. Una necesidad básica que falta o se ha encarecido en la capital mozambiqueña de Maputo. "Ahora que el agua ha descendido estamos tratando de volver a empezar nuestra vida, pero seguimos sin energía, ni los bancos ni Mpesa (pago de dinero electrónico) funcionan y los precios han aumentado mucho", relataba a EFE un superviviente de Búzi, ciudad que Idai dejó sumergida.

A ojos de la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) lo que hay que evitar ahora es que "la gente se quede por un largo tiempo –que pueden ser años– en centros de tránsito o en campamentos (…) Cuando el agua haya remitido, que se entregue a aquellas familias que lo han perdido todo material para que pueden levantar sus viviendas tan cerca como sea posible de donde vivían, con un sentido de seguridad y dignidad", valora el responsable de FICR, Elhadj As Sy.

Con EFE y Reuters

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