Elecciones en Australia: reñida contienda entre los laboristas y el gobierno conservador
Este sábado 18 de mayo, Australia celebra elecciones para elegir al próximo primer ministro del país. Las encuestas pronostican una competencia muy reñida entre los conservadores del Partido Liberal y los opositores del Partido Laborista.
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La jornada electoral ya empezó en Australia, donde este sábado 18 de mayo se celebran las elecciones para determinar quién ocupará el cargo de primer ministro. Cerca de 16,5 millones de ciudadanos están llamados a acudir a los 8.000 puntos de votación habilitados.
Se prevé que los comicios sean reñidos, ya que las encuestas dan una ligera ventaja al candidato del Partido Laborista, Bill Shorten, con el 51% de los apoyos. Por su parte, el conservador Scott Morrison, el actual primer ministro, lograría un 49% de los votos.
La migración y la lucha contra el cambio climático son algunos de los principales ejes sobre los que giró la campaña electoral. Además, la economía volvió a ser uno de los temas principales en un país que ha tenido un crecimiento económico sostenido a lo largo de los últimos años.
Quien resulte ganador en los comicios se convertirá en el octavo primer ministro del país en doce años, después de varias rencillas internas en los dos partidos mayoritarios que llevaron a varios relevos en sus liderazgos.
Estas elecciones reconfigurarán la Cámara Baja, que cuenta con 151 escaños en total, y la Cámara Alta, que reparte 40 senadores. Las mayorías que se conformen en la Cámara Baja darán al futuro primer ministro.
El conservador Scott Morrison busca la reelección
El actual primer ministro australiano, Scott Morrison, opta a la reelección después de casi un año en el cargo. El candidato conservador prometió mejorar la economía del país: “La elección está entre una economía más fuerte bajo mi gobierno que garantice financiación para los hospitales, las escuelas y las carreteras, y entre los laboristas que siempre se quedan sin dinero y van a por el suyo”, afirmó en uno de sus últimos mítines.
Morrison, del partido conservador Liberal, se dio a conocer al público general como ministro de Inmigración a partir de 2013. Desde el ministerio, dirigió la Operación Fronteras Soberanas, un conjunto de políticas contra la inmigración ilegal y la llegada de refugiados al país. Las medidas, tan restrictivas como polémicas, le valieron el apoyo de los sectores más conservadores del país.
Posteriormente, ocupó el cargo de Tesorero, el paralelo al ministro de Finanzas. Durante ese periodo, se labró una reputación de buen gestor que lo ha acompañado a lo largo de la campaña electoral.
Morrison se convirtió en mandatario de Australia tras la renuncia de su predecesor Malcolm Turnbull en agosto de 2018. Desde entonces, gobernó en coalición con el derechista partido Nacional. La alianza entre ambas formaciones ha mantenido a las fuerzas conservadoras en el poder desde 2013.
Bill Shorten quiere devolver el gobierno a los laboristas
El principal opositor de Morrison es Bill Shorten, el líder del partido laborista. Las encuestas lo sitúan en primera posición, a pesar de que el margen es muy estrecho. Shorten se ha declarado partidario de aumentar el salario mínimo y reducir las emisiones de CO2. En su último acto electoral, Shorten hizo el siguiente llamado: "Voten por el verdadero cambio. Pongan fin al caos, voten por la reelección del clima, por extender la cobertura del cuidado dental de los pensionistas y pacientes de cáncer. Por medidas sobre el coste de vida de las familias y el aumento de sueldo".
El pasado sindicalista de Shorten avala las políticas sociales que propone. El candidato laborista dio sus primeros pasos en la política como portavoz del Sindicato de Trabajadores de Australia, la principal organización de este tipo del país.
Tras ocupar varios cargos ministeriales durante los gobiernos laboristas previos al 2013, fue elegido como líder del partido después de que la formación perdiera las elecciones de ese año con los peores resultados en décadas. La labor de Shorten ha sido reconstruir la confianza y la unidad entre los laboristas y su electorado.
En las elecciones de 2015, a las que también se presentó, logró mejorar ampliamente los resultados de su partido. Si las encuestas se cumplen, podría culminar esta labor en los comicios actuales.
Los Verdes y grupos ultraderechistas, claves para formar gobierno
Otra de las agrupaciones principales este sábado son los Verdes, quien podrían representar un apoyo para los laboristas. Para formar gobierno, los partidos necesitarán una alianza que sume al menos 76 escaños de los 151 de la cámara.
Por otra parte, también concurre el partido xenófobo Una Nación, encabezado por la senadora Pauline Hanson, y la plataforma de extrema derecha del multimillonario Clive Palmer, del Partido de la Australia Unida.
En el país, no votar comporta una multa de 20 dólares australianos, que equivalen a 13,7 dólares estadounidenses o 12.3 euros.
Con EFE y Reuters
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