Estados Unidos y el Talibán logran acuerdo de “reducción de la violencia” por siete días
Primera modificación:
No es el primer acuerdo en medio del conflicto que sufre Afganistán. Aun así, es visto como un avance hacia un posible retiro de las tropas de Estados Unidos en ese país y la consolidación de una salida política a la guerra que cumple 19 años.
Estados Unidos llegó a un acuerdo de desescalamiento de la violencia por siete días con el grupo yihadista Talibán, que controla cerca del 20% del territorio afgano y disputa una tercera parte a las fuerzas de gobierno respaldadas por la Casa Blanca.
Desde Múnich, un oficial confirmó a Reuters que esperaba que los insurgentes respetaran el acuerdo. “La violencia descarrilló el acuerdo en septiembre. Ahora tenemos uno nuevo para reducirla y esperamos que los talibanes cumplan con lo que se han comprometido”, dijo.
El pacto fue pensado en las negociaciones llevadas a cabo en Doha, capital de Qatar, y fue anunciado luego de un encuentro entre Mike Pompeo, secretario de Estado de Estados Unidos, y Ashraf Ghani, presidente afgano.
Washington tiene presencia militar en ese país desde 2001, poco después de los atentados del 11 de septiembre a las Torres Gemelas. En ese año, Estados Unidos lanzó un ataque militar al país gobernado por el grupo Talibán, acusado de ser un aliado de Osama Bin Landen y su organización Al-Qaeda.
En ese marco, el grupo yihadista ha pedido negociar directamente con Estados Unidos, tras considerar que Ghani es un títere de la Casa Blanca en el país asiático. El presidente Donald Trump, desde su llegada al poder, ha dicho que es hora de acabar la que denomina “la guerra sin fin”.
Lo que significa el acuerdo tras un pasado de compromisos fallidos
Estados Unidos -que tiene cerca de 13.000 efectivos en Afganistán- ha dicho que, si los talibanes cumplen con lo pactado, ellos podrían salir escalonadamente de ese país.
Este primer paso es un requisito fundamental para que Kabul avance en las negociaciones programadas en Oslo para el 10 de marzo.
En septiembre del año pasado, los esfuerzos en Doha casi logran su objetivo. Pero un atentado de los talibanes en Kabul donde además de decenas de víctimas fatales, murió un ciudadano estadounidense, terminó en la suspensión de los diálogos por parte de Washington.
Esta vez, los talibanes tienen un contexto especial a su favor: la carrera presidencial hacia la Casa Blanca. De lograrse la salida política, se pondría fin a un conflicto de casi 20 años, que ha dejado más de 2.000 estadounidenses muertos y el presidente Trump obtendría un premio que le daría importantes réditos políticos en su camino a la reelección.
Con Reuters y EFE
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