Francia superó la barrera de las 20.000 muertes por Covid-19

Un miembro del personal médico toma un descanso en una unidad de cuidados intensivos para pacientes con coronavirus, en el hospital privado Clinique de l'Orangerie en Estrasburgo, Francia, el 17 de abril de 2020.
Un miembro del personal médico toma un descanso en una unidad de cuidados intensivos para pacientes con coronavirus, en el hospital privado Clinique de l'Orangerie en Estrasburgo, Francia, el 17 de abril de 2020. © Christian Hartmann / Reuters

Con 547 nuevos fallecimientos en las últimas horas, Francia alcanzó los 20.265 decesos, convirtiéndose en el cuarto país del mundo en tener estas cifras. Pese a todo, en su territorio se está dando un "ligero" rayo de esperanza tras una disminución de las personas hospitalizadas y de las ingresadas en cuidados intensivos.

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En 13 días, más de 10.000 personas han muerto en Francia por el nuevo coronavirus. Solo que la cifra, de por sí grave, no se lee sola. Significa que desde este lunes el país ha sobrepasado la barrera simbólica de los 20.000 fallecimientos, siendo la cuarta nación en hacerlo, por detrás de Italia, España y Estados Unidos.

En las últimas 24 horas, y tras sumar 547 nuevos fallecidos, Francia alcanzó las 20.265 muertes, contando desde el inicio de la pandemia en marzo, de las cuales 12.513 ocurrieron en hospitales (444 en un día) y 7.752 se produjeron en centros médicos-sociales, de dependencia, residencias de ancianos y EHPAD (los Centros de Acogida para Personas Mayores Dependientes).

No obstante, las 103 muertes correspondientes a estos últimos establecimientos no tuvieron lugar, o no necesariamente, en el período de un día, ya que el Ejecutivo francés suele recibir de manera gradual los balances de estos centros. 

"Esta noche, nuestro país ha alcanzado un tope simbólico y particularmente doloroso", expresó el director general de Sanidad para el Covid-19, Jérôme Salomon, quien concretó que el Covid-19 ha matado "de lejos mucho más que todas las epidemias de gripe juntas, incluso las más mortíferas, y mucho más que la canícula del verano de 2003 (la ola de calor extremo)" que causó la muerte de 19.000 personas, según datos del Gobierno.

Pese al gran número de muertes, hay dos indicios esperanzadores

El pasado 7 de abril, el dato de los 10.000 fallecimientos sentó como un jarro de agua fría, aún cuando el Elíseo mantuvo la calma y concretó que el pico de la enfermedad no se había superado. Hoy la cifra de más de 20.000 muertes sienta peor, pero se alcanza con dos indicios que dan algo de esperanza.

El primero es que la tasa de propagación ha pasado de tres, del inicio de la pandemia, a menos de uno, gracias a las medidas de cuarentena, confinamiento y distancia social. "Esto quiere decir —en palabras de Salomon— que cada persona portadora, que podía o no saberlo, contaminaba cada semana a tres personas. Hoy ese número ha pasado a uno, es decir, que la epidemia ya no llega a generar a tantos enfermos como antes".

A la vez, la segunda luz en este camino es que por sexto día consecutivo el número de personas hospitalizadas en Francia ha decrecido ligeramente. Este 20 de abril, 26 pacientes pudieron volver a casa. Los enfermos hospitalizados son 30.584 (1.465 en el último día), sin embargo el balance entre ingresos y altas se ha mantenido negativo en el país.

Del mismo modo, en los últimos 12 días han disminuido los ingresados en unidades de cuidados intensivos (UCI), restando 61 pacientes a los actuales 5.683, de acuerdo con los datos del director general de Sanidad: "Se confirma una bajada de las necesidades en reanimación, pero aún es muy ligera (…) La tensión está bajando de manera desigual y debemos persistir en nuestros esfuerzos".

Al comienzo de la pandemia, Francia no tenía siquiera más de 5.000 camas de UCI. Hoy se acerca, de forma "ligera", a no necesitar más que esas, mientras que más de 37.000 personas han podido salir de los hospitales y se han recuperado.

Aunque el país no debe bajar la guardia, como dice Jérôme Salomon, es una esperanza para sus actuales 114.567 casos confirmados y para quienes aguardan en sus casas, a sabiendas de que el primer ministro Édouard Philippe ha dejado claro que la normalidad "no se hará probablemente en mucho tiempo". Por ahora, el confinamiento proseguirá en Francia hasta el 11 de mayo.

Con EFE y AFP

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