Covid-19: Cuba exporta médicos y enfermeras sin dejar las tensiones políticas

El modelo de brigadas clínicas por el mundo no es nuevo para la isla e incluso ha sido acusado de ser un alfil político del Gobierno comunista. Aun así, muchos países han solicitado ayuda de estos profesionales ante la pandemia que afecta a más de 185 países y que ha puesto a tambalear a los sistemas sanitarios más fuertes.

Médicos y enfermeros del Contingente de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias 'Henry Reeve' de Cuba hace un acto en La Habana antes de viajar a para la región italiana de Piomonte para ayudar en la pandemia del Covid-19.
Médicos y enfermeros del Contingente de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias 'Henry Reeve' de Cuba hace un acto en La Habana antes de viajar a para la región italiana de Piomonte para ayudar en la pandemia del Covid-19. © Ernesto Mastrascusa / EFE
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Cada vez más médicos y enfermeras cubanos viajan a diferentes países del mundo para enfrentar la pandemia. El más reciente equipo en ir a una nación extranjera fue el que llegó al norte Honduras el 19 de abril para ayudar a enfrentar el Covid-19 en la ciudad que más casos ha registrado en todo el país, San Pedro Sula. 

“Tenemos una necesidad de estos especialistas en cuidados intensivos y, por lo tanto, es el momento de ponerlos a trabajar”, dijo el viceministro hondureño de Salud, Roberto Cosenza, y añadió que no le pagarán a los especialistas. 

Este no es el único país que ha pedido la ayuda de los profesionales sanitarios de Cuba. Argentina anunció este lunes 20 de abril que también recibirá una brigada médica por parte del país caribeño y, en medio del nuevo coronavirus, los profesionales cubanos han ido en misiones desde México hasta Angola. Incluso, en dos oportunidades misiones cubanas fueron a trabajar en Italia, específicamente en la región de Lombardía, donde comenzaron los contagios en ese país. 

La razón por la que este personal es tan apetecido en el mundo es que Cuba es uno de los países que más le ha apostado a la formación en salud pública, enfocándose en la prevención y en el trabajo con comunidades; que son justamente pilares fundamentales para enfrentar la actual crisis sanitaria ocasionada por el nuevo coronavirus. Además, es el país que tiene mayor cantidad de médicos por habitante en el todo el mundo, según la Organización Panamericana de la Salud. 

El 'ejército de las batas' blancas nació con la Revolución cubana

Si bien la isla ha sido fuerte para atender brotes desde tiempos de la colonia, cuando se construyó el primer hospital de salud pública de la región y mejoró su sistema de salud tras la aparición del cólera en el siglo XIX, su fama se expandió a partir de la Revolución cubana en 1959. 

Una vez en el poder, Fidel Castro planteó la idea del “ejército de las batas blancas” para distribuir salud en el mundo y llevar a sus médicos y enfermeras a aquellos lugares donde el capitalismo llevaba militares. “Un día dije que nosotros no podíamos ni realizaríamos nunca ataques preventivos y sorpresivos contra ningún oscuro rincón del mundo; pero que, en cambio, nuestro país era capaz de enviar los médicos que se necesiten a los más oscuros rincones del mundo. Médicos y no bombas, médicos y no armas inteligentes”, dijo Castro en una rueda de prensa en Argentina en 2003. 

Bajo la idea de priorizar la atención en salud, dos años después del triunfo de la Revolución, las empresas privadas dedicadas a atender pacientes se volvieron parte del sistema público y todo quedó bajo el mando del Ministerio de Salud. La decisión política aceleró la exportación de estos servicios. 

El primer país al que llegó el personal clínico de Cuba fue Argelia, en 1963, justo después de las luchas independentistas de esta nación africana. La isla latina también envió equipos médicos a Chile, Perú y Nicaragua después de terremotos devastadores en esos territorios. Esto lo hizo cuando los gobiernos sudamericanos no tenían relaciones diplomáticas con la administración de Castro, como él mismo lo aseguró. 

Uno de los puntos de quiebre para aumentar la presencia internacional de las brigadas cubanas fue el huracán Mitch que en 1998 afectó a Haití, entre otros países. Ese año, Castro y sus copartidarios idearon el Programa Integral de Salud para enviar personal clínico e insumos hospitalarios al país, uno de los más afectados por el desastre natural. Esto dio pie a que el gobierno terminara de perfilar sus servicios clínicos con la creación de la Escuela Latinoamericana de Medicina, que desde 1999 comenzó a formar profesionales que hubiesen nacido en la isla y otorgar becas a extranjeros. 

Médicos cubanos sostienen el retrato de Fidel Castro antes de partir al norte de Italia el 21 de marzo de 2020 para tratar pacientes diagnosticados con Covid-19.
Médicos cubanos sostienen el retrato de Fidel Castro antes de partir al norte de Italia el 21 de marzo de 2020 para tratar pacientes diagnosticados con Covid-19. © Alexandre Meneghini / Reuters

En 2005 Cuba fortaleció todavía más su experiencia y la enfocó hacia el tratamiento de brotes. Ese año, el gobierno de Castro le ofreció a Estados Unidos médicos y enfermeras para que dispusiera de ellos en medio del huracán Katrina que azotó a Nueva Orleans. Los estadounidenses, que ya habían impuesto un embargo contra Cuba, rechazaron la propuesta.

Pero los profesionales ya estaban organizados en lo que llamaron el Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias. Además, le agregaron el nombre de Henry Reeve, que fue un norteamericano que combatió a favor de la revolución cubana. A pesar de que nunca tocaron suelo estadounidense, este equipo se convirtió en el eje central de la atención sanitaria de Cuba en el mundo y hoy es precisamente el que coordina la colaboración con otros países para atender la pandemia. 

El Ministerio cubano de Salud calcula que desde la revolución, más de 400.000 profesionales formados en la isla han atendido casi dos billones de consultas en más de 164 países. Pero a lo largo de la historia, el manejo clínico no ha estado exento de debates políticos y el Covid-19 no es la excepción. 

Espionaje y esclavitud: las acusaciones contra las brigadas clínicas

Castro sostuvo siempre que ningún profesional sanitario sería alfil político de su gobierno por el mundo y que solo pretendía expandir la ayuda cubana. “Nuestros médicos no se mezclarán lo más mínimo en asuntos de política interna. Serán absolutamente respetuosos de las leyes, tradiciones y costumbres de los países donde laboren. No tienen por misión propagar ideologías”, dijo el entonces mandatario en 1998 al hablar de la necesidad de promover los servicios sanitarios.

Aunque la versión oficial siempre ha priorizado la atención en salud en el extranjero como un servicio humanitario a los países que más lo necesitan, el otro lado de la moneda muestra que Cuba también se ha beneficiado económicamente de esas brigadas. De hecho, los servicios sanitarios son el segundo ingreso más alto del producto interno bruto del país, con casi 100.000 millones de dólares, según el Anuario Estadístico de Cuba de 2018. Este monto incluso está por encima de la industria azucarera, que es una de las finanzas más conocidas y fuertes de la isla. 

Con Venezuela, por ejemplo, Cuba pactó el envío de más de 30.000 profesionales a cambio de barriles de petróleo. Otro de los estandartes de las brigadas fue la que acordaron con el gobierno brasileño de Dilma Rousseff en 2013. Con el programa ‘Más Médicos’, llegaron a Brasil cerca de 8.500 profesionales. Pero tras la llegada del ultraderechista Jair Bolsonaro a la Presidencia, el proyecto fue cancelado y 7.000 profesionales cubanos volvieron a su país. 

El mandatario brasileño aseguró que esos profesionales eran esclavos de una dictadura y los acusó de ser agentes de inteligencia del gobierno cubano. Algo similar ocurrió en El Salvador, Ecuador y Bolivia, que en 2019 expulsaron a los médicos cubanos tras asegurar que eran fichas del sistema que entablaron los hermanos Castro e intervenían en la política interna de las naciones donde trabajaban.

Uno de los países que ha sido más crítico de las misiones médicas que Cuba envía a diferentes partes del mundo ha sido Estados Unidos. Las diferentes administraciones norteamericanas han tildado al programa sanitario cubano como un sistema de esclavitud, en el que naciones extranjeras pagan directamente al gobierno de Cuba por la prestación de los servicios clínicos, mientras que los profesionales ganan salarios muy bajos. 

Esto coincide con la demanda contra la OPS que presentaron en Miami cuatro galenos cubanos del programa ‘Más Médicos’. Además, en una conferencia realizada ante la Organización de Estados Americanos en diciembre de 2019, congresistas estadounidenses y organizaciones de cubanos se quejaron de que los profesionales clínicos no recibían la totalidad de su salario.

Flexibilidad política en tiempos de coronavirus

A pesar de las denuncias sobre posibles irregularidades en las brigadas clínicas que tiene Cuba por todo el mundo, la pandemia del Covid-19 hizo retroceder a algunos países en sus decisiones anteriores. 

La falta de personal médico en Brasil, por ejemplo, llevó a que Bolsonaro reabriera el programa que él mismo cerró aunque con otro nombre.

Si bien ‘Médicos por Brasil’ prioriza la selección de los profesionales nacionales, dentro de las 5.800 plazas que abrió el gobierno también llamaron a los médicos cubanos a hacer parte de ese trabajo. Incluso, flexibilizó los estándares laborales pues ahora los profesionales sanitarios de otros países no necesitan homologar sus títulos para poder ejercer en Brasil durante la pandemia. 

Aunque otros países han rechazado las brigadas cubanas, como Bolivia, otras naciones siguen recibiendo médicos y enfermeras procedentes de la isla, incluso más allá de las barreras ideológicas.

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