#MeToo singapurense echa mano a la realidad virtual contra el acoso sexual

Singapur (AFP) –

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"¡Huy!, tu blusa es por completo transparente, ¿combina con tus bragas?", pregunta un hombre con tono lascivo. Es solamente una simulación en realidad virtual, pero estas imágenes son suficientes para 'shockear' a Elizabeth Lee, de 23 años, quien queda en silencio cubierta por su casco.

"Me gustaría poder responder de manera más firme", dice la joven. Pero, "tenía la impresión de que se encontraba realmente cerca mío (...) y me disgustó escuchar esas palabras tan vulgares".

Esta experiencia de realidad virtual se enmarca en el proyecto "Girl, Talk", cuyo objetivo es ayudar a las mujeres a prepararse mejor ante agresiones en Singapur.

El acoso sexual se ha convertido en tema candente en los campus de esta ciudad-Estado del sureste asiático, desde que una estudiante revelara que el año pasado fue filmada sin su conocimiento cuando se duchaba en su residencia universitaria.

La víctima, Monica Baey, decidió hacer público su caso, al considerar demasiado leve la pena impuesta a su acosador, dando lugar a un movimiento descrito como el #MeToo singapurense.

Entre 2015 y 2017 se detectaron 56 casos de acoso sexual contra estudiantes de seis universidades de Singapur, reveló recientemente el ministro de Educación, Ong Ye Kung. Pero muchas estudiantes, consultadas por AFP, estiman que los casos son más numerosos.

"Girl, Talk" fue fundado por cuatro estudiantes de la Universidad Tecnológica de Nanyang (NTU): Danelia Chim, Seow Yun Rong, Heather Seet y Dawn Kwan. Si #MeToo permitió una toma de conciencia sobre el tema, las jóvenes coincidieron en que se contaba con pocos medios disponibles para preparar a las víctimas a responder mejor a estas agresiones.

"Inclusive, si te encuentras en una posición físicamente vulnerable, hay que evaluar la situación y decidir cómo comportarte. Eso te permite realmente sentirte más fuerte", explican en su página web.

- Preparación emocional -

Las simulaciones en realidad virtual recrean cinco situaciones basadas en experiencias reales.

Este proyecto está en parte inspirado en el trabajo de psicólogos estadounidenses, quienes desarrollaron un programa en realidad virtual tras haber comprobado que las jóvenes tenían reacciones más fuertes en estas situaciones que en los juegos de rol clásicos.

"Creo que esto me prepara mejor ante diferentes situaciones. Sobre todo emocionalmente. Sabré mejor cómo reaccionar", asegura Lee.

"Sé que debo hablar de esto con un amigo, buscar el apoyo de mi entorno, e ir más lejos si fuera necesario", presentando una denuncia.

"Creo que, lamentablemente, el acoso es algo bastante común", añade.

El movimiento #MeToo nació en 2017 tras revelaciones sobre agresiones sexuales cometidas por el magnate del cine estadounidense Harvey Weinstein, y se extendió al resto del mundo.

Aunque, más limitado en Asia, de a poco se desarrolló en Japón, India y Corea del Sur.

- Romper el silencio -

En Singapur, más del 25% de las mujeres han sido víctimas de acoso sexual, según un sondeo de YouGov.

Pero no existe una ley específica que aborde este problema. Y la pena más dura para los acosadores son seis meses de prisión y una multa de 5.000 dólares.

A pesar de que Singapur es considerada una de las aglomeraciones urbanas más seguras del mundo, en la última década las agresiones sexuales aumentaron más del 15%, alcanzando a 1.632 en 2019.

El testimonio de Monica Baey contribuyó a romper el silencio respecto al acoso y la violencia sexual en una sociedad conservadora.

Esta estudiante de la universidad NUS, de 24 años, había manifestado su cólera en las redes sociales el año pasado, al considerar que la sentencia contra su colega que la filmó sin que ella lo supiera fue demasiado leve.

Fue condenado a 12 meses de prisión en suspenso, inhabilitado a estudiar durante un semestre y a escribirle a Monica una carta disculpándose, según medios locales.

Como consecuencia, las universidades singapurenses tomaron medidas más severas, tanto respecto a castigos como a prevención.

'Girl, Talk' "me hizo tomar consciencia de que yo también estoy confrontada a este problema", observa otra estudiante, Chin Hui Shan.