Más de 200.000 desplazados habrían huído de la violencia en el este de RD del Congo

Soldados de Monusco patrullando la región de Ituri (República Democrática del Congo) en marzo de 2020.
Soldados de Monusco patrullando la región de Ituri (República Democrática del Congo) en marzo de 2020. © Samir Tounsi, AFP

La población de la provincia de Ituri, ubicada en el noreste del país, ha sido blanco de cerca de 50 ataques diarios por parte de grupos armados en los últimos dos meses, engrosando las precarias filas de desplazamiento en medio de la pandemia. 

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En Ituri confluyen el hambre, el horror y la violencia; que se ha disparado en los últimos dos meses y que ni el Covid-19 ha logrado detener. 

Las versiones del recrudecimiento son diversas, pero coinciden en las fechas. Las agencias de noticias dicen que todo habría empeorado desde el pasado diciembre con el lanzamiento de una operación militar dirigida por el Gobierno de la República Democrática del Congo contra varios grupos armados en la región.

'The New Humanitarian', portal fundado por la ONU, asegura que la violencia comenzó a repuntar luego de que cientos de rebeles "de un grupo conocido como la Cooperativa para el Desarrollo del Congo, o CODECO" abandonaran un campamento de desmovilizados en Ituri semanas después de haber llegado a principios de enero, alegando que el hambre, las malas condiciones y las "promesas incumplidas por las autoridades locales" los llevaron a huir, disipando con eso las esperanzas de poner fin a un conflicto étnico de más de dos años. 

Desde marzo empezaron a brotar los signos de horror: la Agencia de la ONU para los Refugiados, Acnur, comenzó a registrar más de 3.000 violaciones graves de derechos humanos vinculados a un promedio de 50 ataques diarios solo en Djugu, uno de los pueblos más afectados por el conflicto en la provincia de Ituri, donde desde 2017 más de 700 civiles han muerto, según informó la ONU en enero. 

Desplazarse para sobrevivir, morir en medio del desplazamiento

Esto ha provocado que más de 200.000 personas hayan huido de sus hogares en los últimos 60 días, según estimaciones de la ONU, pero los datos no han podido ser corroborados con precisión por el personal humanitario dada la falta de acceso a estas zonas tras el recrudecimiento del conflicto y la pandemia.

Lo que se ha podido conocer es que "la gran mayoría de los desplazados son mujeres y niños, muchos de los cuales ahora viven en circunstancias de hacinamiento con familias de acogida", dijo Charlie Yaxley, portavoz de Acnur.

Limitando con Uganda y Burundi, la provincia de Ituri es la fortaleza de muchos grupos armados que aterrorizan a los civiles y provocan su desplazamiento.
Limitando con Uganda y Burundi, la provincia de Ituri es la fortaleza de muchos grupos armados que aterrorizan a los civiles y provocan su desplazamiento. © Olivia Aclan, Reuters

Otros, con menos suerte, están durmiendo al aire libre o acampando en edificios públicos como escuelas, que actualmente están deshabitados debido a la pandemia. Pero igualmente están expuestos a contraer el virus, sin tener las posibilidades de combatirlo o adquirir elementos de protección. 

"Acnur y sus socios están trabajando para ayudar con los suministros de socorro y la construcción de más refugios para los recién desplazados", señaló Yaxley y agregó que tales sitios se estaban hacinando rápidamente.

Registrar el horror, una tarea atravesada por la violencia y la pandemia 

Los relatos que han escapado a la muerte describen el terror que se vive en esta provincia: "las personas desplazadas han denunciado actos de violencia extrema con al menos 274 civiles muertos con armas como machetes", sostuvo Yaxley y agregó que más de 140 mujeres denunciaron haber sido violadas y unas 8.000 casas habían sido incendiadas.

Regresar a sus hogares significa encontrar la muerte. Según informes de la Acnur, el 24 de abril cuatro retornados fueron asesinados en el pueblo de Nyangaray.

Una víctima congoleña de violencia étnica descansa dentro de una sala en el Hospital General de Bunia, provincia de Ituri, en el este de la República Democrática del Congo, el 25 de junio de 2019.y
Una víctima congoleña de violencia étnica descansa dentro de una sala en el Hospital General de Bunia, provincia de Ituri, en el este de la República Democrática del Congo, el 25 de junio de 2019.y © Olivia Acland, REUTERS

Otras 20 familias fueron secuestradas por un grupo armado, mientras que dos personas más que regresaron al territorio de Mahagi fueron enterrados vivos por un grupo de hombres armados, quienes los acusaron de robar el equivalente a seis dólares.

"No solo nos quieren muertos", dijo a 'The Humanitarian' Ephraim Liripa, quien huyó de la violencia el pasado diciembre. "Quieren algunos muertos y otros temerosos", agregó.

Hasta el momento, República Democrática del Congo cuenta con unas cinco millones de personas desplazadas, incluidas 1,2 millones en Ituri.

Con EFE y AFP

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