Segundo caso de Covid-19 en la Casa Blanca: la portavoz del vicepresidente de EE. UU. da positivo
La portavoz de prensa del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, confirmó su contagio por coronavirus, convirtiéndose en la segunda persona del entorno de Donald Trump que presenta esta enfermedad.
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Las medidas de precaución sanitaria se elevan en la Casa Blanca. Katie Miller, portavoz de la vicepresidencia, dio positivo por contagio de Covid-19. Aunque el presidente Donald Trump afirmó que no ha tenido contacto con la afectada, el vicepresidente Pence y su esposa sí que han tenido que hacerse la prueba del virus, dando un resultado negativo en los test.
Miller, además de la portavoz de Pence, es la esposa del responsable de la política migratoria de la Casa blanca, Stephen Miller, una de las personas más cercanas al presidente de Estados Unidos. Desde el pasado jueves, 7 de mayo, el Ejecutivo impuso una serie de test masivos en la Casa Blanca debido a que otro de los asesores del Gobierno también dio positivo. De esta última persona aún no se conoce la identidad.
La idea era mantener en secreto también la identidad de la segunda afectada, pero Trump habló sobre ella en rueda de prensa. "Ella es una joven maravillosa, Katie, la portavoz... Dio positivo de repente", explicó Trump durante un encuentro con congresistas republicanos en la Casa Blanca.
La portavoz "posiblemente había estado en contacto con seis personas que tenían programado volar" este viernes junto a Pence a Des Moines (Iowa), pero "fueron retirados del vuelo", explicó un alto funcionario a los periodistas.
La salida del avión de Pence desde la Base Andrews de la Fuerza Aérea sufrió un retraso de casi una hora y los reporteros que iban en el vuelo dijeron que varios miembros del equipo del vicepresidente desembarcaron justo antes de que despegaran.
La portavoz asiste a menudo a las reuniones de las que forma parte el vicepresidente, que son las mismas que preside Trump, y su esposo, Stephen Miller, escribe la mayoría de los discursos del mandatario y pasa mucho tiempo con él, además de con su hija y asesora Ivanka y su yerno Jared Kushner.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, buscó el viernes defender los esfuerzos de la administración para proteger a Trump y Pence, señalando las nuevas medidas adoptadas por la Casa Blanca, incluida la implementación de todas las pautas recomendadas para los trabajadores esenciales.
Trump continúa sin usar tapabocas y saltándose las normas sanitarias
Aunque se somete al test a diario, Trump no ha llevado nunca una mascarilla en público y en muchos actos ha ignorado las distancias de seguridad que recomiendan mantener los expertos respecto a otras personas, algo que la Casa Blanca justifica al afirmar que el personal de la residencia se hace la prueba regularmente.
Tras visitar este martes una fábrica de mascarillas en la ciudad de Phoenix sin cubrirse la cara, Trump tampoco lo hizo al participar este viernes en un acto junto a varios veteranos nonagenarios de la Segunda Guerra Mundial en el centro de Washington.
Preguntada al respecto, la portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, dijo durante una rueda de prensa que la decisión de llevar o no la mascarilla corresponde solo a Trump, y que los veteranos con los que se reunió "están protegidos" y "tomaron la decisión de venir a Washington porque han decidido poner a su país primero".
La portavoz dijo que no le preocupa que los casos confirmados en la Casa Blanca pueden asustar a los estadounidenses que deben volver al trabajo en los estados que están retirando las medidas de confinamiento.
Estados Unidos es el país más afectado por el Covid-19 en todo el mundo. Las cifras reportadas a día 8 de mayo de 2020 son de más de 77.000 fallecidos y, al menos, 1.028.000 contagiados, lo que supone un tercio del total global. Pero Donald Trump sigue mostrándose optimista, a pesar de todo.
El líder republicano es un fiel defensor de la reapertura económica del país para que el confinamiento no siga afectando a la economía ni a los datos de paro, que en abril llegaron a niveles que no se vislumbraban desde la Gran Depresión de los años 30 del siglo XX.
El presidente estadounidense también habló sobre la posibilidad de que el virus desaparezca sin la necesidad de que se desarrolle una vacuna. “Esto se irá sin una cuna. Se irá. No lo volveremos a ver en un tiempo. Tal vez tengamos algunos brotes (…) pero eventualmente desaparecerán. Hay algunos virus y gripes para los cuales han buscado vacunas, no las encontraron y han desaparecido. Nunca volvieron a aparecer. Ellos también mueren. Como todo lo demás, ellos también mueren”.
Con Reuters y EFE
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