"Ser enfermera es servir más allá del miedo al Covid-19"
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En el Día Internacional de la Enfermería, hablamos con una de las profesionales que cumplen a diario su labor de asistencia en medio de la pandemia, pese al riesgo de contagiarse con coronavirus y a los ataques de los que han sido blanco por parte de quienes las ven como un posible foco de propagación del brote.
Para Doris González incluso el riesgo vale la pena. Desde hace ocho años, esta colombiana trabaja como jefe de enfermería en una clínica de Barranquilla, la misma ciudad del norte del país en la que nació, creció y estudió. Pero, desde el inicio de la pandemia, lo hace protegida de pies a cabeza con implementos de bioseguridad que, a los ojos de su hijo, Elías, de cinco años, son una especie de escudo contra aquel virus del que todos hablan.
Con apenas 29 años goza de una amplia experiencia a cargo de equipos en urgencias y unidades de cuidados intensivos y cuenta que eligió ser enfermera porque su vocación es servir, aunque, en este caso, eso la obligue a ignorar el miedo.
Se viste de blanco y en su cartera siempre lleva guantes de repuesto. Hace cerca de dos meses que cambia su ropa antes de llegar a casa y sabe que muchos ven en ella, como en cientos de enfermeras más, un posible foco de propagación en sus comunidades; lo que ha generado tanto temor, agresiones y señalamientos, pero, aún así, se muestra dispuesta a seguir.
"Me da mucho orgullo saber que somos un gremio admirado en medio de las dificultades que atraviesa el mundo, pero también me da tristeza saber que hay tanta ignorancia sobre este personal médico que hoy es el más vulnerable y que deja a sus familias en casa para dar lo mejor", asegura González, que este 12 de mayo conmemora el Día Internacional de la Enfermería.
La fecha celebrada por esta "dama de blanco", como la llaman algunos de sus amigos, fue fijada en el año 1965 por el Consejo Internacional de Enfermería (CIE) en homenaje a Florence Nightingale, la británica que es considerada como la precursora mundial de la enfermería profesional.
Este es el año número 55 en el que se recuerda a quienes, como Doris, han seguido el legado de Nightingale. Pero, curiosamente, es el que más despliegue ha generado por cuenta de la crisis sanitaria que convirtió a estos profesionales en figuras esenciales en la lucha contra el brote, por lo que en distintas naciones fueron organizados eventos representativos.
Uno de los homenajes tuvo lugar en India, donde un grupo de enfermeras decoró con flores una de las fotografías más populares de Nightingale en el Hospital Rajiv Gandhi, en Chennai, la capital del estado de Tamil Nadu.
Desde ataques con café caliente y cloro, como los registrados en los primeros días de abril contra enfermeras en México, hasta escupitajos y golpes como los presentados en Colombia, llevaron al 37% de los trabajadores médicos participantes en una encuesta citada por la agencia AFP a asegurar que han pensado en renunciar justamente por la carencia de las condiciones laborales y de protección requeridas para enfrentar la crisis.
Cifras de la Asociación Colegial de Enfermería de Colombia indican que, como González, la mayoría de los 326.000 auxiliares y profesionales de enfermería que hay en la nación son mujeres y que cerca del 87% son madres cabeza de familia.
En honor a este personal, el papa Francisco instó a los fieles a orar por quienes, como Doris, arriesgan su vida en cada turno en un oficio que, a juicio del pontífice, más que una profesión, representa una vocación marcada por el amor y la dedicación.
Hoy es la Jornada de las enfermeras y enfermeros. La suya es más que una profesión, es una vocación, una dedicación. En esta pandemia han dado ejemplo de heroicidad, y en muchos casos han dado la vida. #OremosJuntos por las enfermeras y los enfermeros. https://t.co/PYTMXcAKfZ
— Papa Francisco (@Pontifex_es) May 12, 2020
Para el máximo jerarca de la Iglesia católica, hoy más que nunca es necesario que los gobiernos inviertan en la protección del personal médico que, como González, deja a sus hijos en sus hogares, ante la incertidumbre de si podrán regresar sanos a casa.
El enorme corazón humano dibujado por un grupo de enfermeras en Wuhan, la ciudad china epicentro del brote, mientras pronunciaban su juramento de servicio, sorprendió al mundo como un mensaje de esperanza.
Desde China hasta Colombia, son miles las enfermeras que, con la valentía de Doris, cada mañana se despiden de sus pequeños y emprenden un viaje de riesgo hacia los hospitales en los que entregan, con su labor, una oportunidad de vida para los pacientes.
Con EFE y AFP
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