Siria: HRW levanta el velo sobre el "abismo del horror", una fosa común al norte de Raqqa

Human Rights Watch investigó sobre una fosa común descubierta al fondo del desfiladero de Al-Hota, en Siria. La ONG la atribuye al grupo Estado Islámico. Entrevistado por France 24, el autor del informe, publicado a principios de mayo, hace un llamado para continuar la investigación sobre los “desaparecidos de ISIS”, una etapa indispensable para “pasar esta página de la Historia”.

Imagen de Al-Houta, a 85 kilómetros al norte de Raqqa, Siria, donde se descubrió una fosa común utilizada por el Estado Islámico.
Imagen de Al-Houta, a 85 kilómetros al norte de Raqqa, Siria, donde se descubrió una fosa común utilizada por el Estado Islámico. © Human Rights Watch
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Los investigadores lo llaman “el abismo del horror”. El desfiladero de Al-Hota, ubicado 85 kilómetros al norte de Raqqa, antigua capital Siria de la Organización Estado Islámico (EI), fue utilizada como fosa común por el grupo yihadista que reinó en la región entre 2013 y 2015, según revela un informe de Human Rights Watch (HRW) publicado el 4 de mayo.

La ONG de defensa de los derechos humanos llevó a cabo la investigación entre 2013 y 2019, utilizando principalmente tecnologías de punta para acceder a este lugar geológico. Fue posible filmar los cuerpos de seis personas, aun actualmente sin identificar, flotando en el agua, al fondo de un abismo de 50 metros de profundidad. Pero todo indica que hay muchos más cadáveres.

Entrevistado por France 24, Nadim Houry, antiguo director del programa de Terrorismo/Lucha antiterrorista de Human Rights Watch y coautor del informe, actualmente director ejecutivo del think tank Arab Reform Initiative, hace un repaso de las condiciones de esta particular investigación y de las preguntas que ha despertado.

France 24: ¿Cómo se enfocaron en la fosa de Al-Hota al principio de su investigación?

Nadim Houry: Todo empezó con un video del Estado Islámico que se filtró y que fue difundido por un medio sirio en junio de 2014. En él, se ve a siete terroristas enmascarados lanzar los cuerpos de dos hombres al fondo del desfiladero. En esa época, ISIS dominaba la región, no podíamos investigar nada, había otras masacres… Pero yo conocía bien ese lugar, había ido en 2013 y en esa época ya había escuchado rumores que hablaban sobre cuerpos lanzados al abismo. Solo pudimos volver en el verano de 2017, durante la batalla de Raqqa.

France 24: ¿Qué dificultades tuvieron para investigar?

N.H.: En primer lugar, es difícil acceder a la fosa. Es una especie de cañón, lejos del camino, bastante desértico. Los senderos que llevaban hasta él estaban llenos de minas y de explosivos. Además, la fosa es muy escarpada y tiene 50 metros de profundidad.

Por otro lado, la investigación humana fue complicada. En la población de Soulouk, que se encuentra a cinco minutos en auto, los habitantes tenían miedo de contestar a nuestras preguntas. Incluso aunque ISIS perdiera terreno, seguía habiendo células ocultas del EI y las personas se negaban a colaborar.

France 24: ¿Cómo les ayudó la tecnología en su investigación?

N.H.: Nuestro objetivo era filmar el fondo del abismo y los drones eran el mejor medio para lograrlo. Pero tuvimos muchas dificultades para importarlos. El Estado Islámico también los utilizaba, entonces las autoridades del Kurdistán iraquí —por donde transitábamos— se demoraron casi un año en darnos un permiso, por temor a que nuestros drones fueran desviados para ser usados con fines terroristas.

En septiembre de 2018, finalmente logramos ingresar dos aparatos de tecnología francesa que podían funcionar sin GPS —las compañías comerciales estaban obligadas a interrumpir sus señales en el marco de la lucha contra el EI— y hundirse a 50 metros por debajo de nosotros. El reto era inmenso. Estuvimos a punto de perder un dron que fue impactado por unos pájaros en el abismo pero finalmente el segundo nos permitió visualizar las imágenes.

France 24: ¿Qué descubrieron?

N.H.: En las imágenes, es posible ver seis cuerpos que flotan en la superficie de un agua viscosa, probablemente de pozos de petróleo. Pero no pudimos identificar los cuerpos que estaban en el agua, ni sumergirnos más abajo, donde seguramente hay otros cadáveres.

France 24: Actualmente estamos en 2018 y el grupo Estado Islámico ya no domina la región. ¿Por qué acusarlo en su informe?

N.H.: Probablemente grupos rebeldes antes que EI utilizaron esta fosa como cementerio y luego lo hizo el EI. En 2018, alertamos a las FDS (coalición militar de las Fuerzas Democráticas Sirias) que retomaron el control de la región y ellas nos hablaron de un ajuste de cuentas entre los locales. Pero nunca pudimos corroborar estas declaraciones. Sin embargo, tenemos pruebas contra el EI.

En primer lugar, está el video de 2014, luego los testimonios de los locales y las investigaciones periodísticas locales. Finalmente, sabemos que el EI utilizó los mismos métodos en una fosa común en Irak. Puede tratarse tal vez de un castigo reservado para las personas “impuras” que, según los yihadistas, no merecen ser enterradas. Pero entender esta práctica supondría llevar a cabo una investigación antropológica más exhaustiva.

France 24: ¿Por qué publicar este informe ahora?

N.H.: Llevamos al límite nuestra tecnología en cuanto a lo que podíamos hacer. Ahora, es necesario continuar con la investigación porque este documento deja más preguntas que respuestas. Le solicitamos a la coalición internacional y a las FDS y ahora a las tropas turcas que el lugar se acordone como una escena de crimen. Las respuestas existen y son necesarias para escribir la historia del EI y asegurarnos de que estos crímenes no se repitan.

Este informe hace parte de una investigación más amplia llevada a cabo por HRW sobre los desaparecidos de ISIS. Esta fosa es impresionante, intrigante. A nivel local, ejercía fascinación: un mito local contaba que albergaba una criatura que desaparecía a la gente. Pero esta fosa es uno de muchos cementerios. Hay por lo menos una veintena en toda la región y miles de personas desaparecieron durante el régimen del EI. Iraquíes, occidentales y sirios.

Los sirios fueron los primeros en haber padecido las atrocidades de ISIS: perdieron familiares, vieron su economía derrumbarse y la coalición se comporta como si esta guerra no hubiese ocurrido en un territorio concreto. Dar respuestas sobre el paradero de los desaparecidos es devolver de cierta manera el orden y ayudar al país a reconstruirse. Es también permitir que las familias hagan su duelo y que el país pase la página de ISIS.

 

Este artículo fue adaptado de su original en francés. 

 

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