La estrategia de Suecia para combatir el Covid-19, bajo la mira

Asistentes a un centro comercial respetan el distanciamiento social en Estocolmo, Suecia, el 13 de mayo de 2020.
Asistentes a un centro comercial respetan el distanciamiento social en Estocolmo, Suecia, el 13 de mayo de 2020. © Henrik Montgomery / Reuters

Suecia ya no es ejemplo de la lucha contra el Covid-19, diez millones de habitantes y más de 3.000 muertos, una alta tasa de mortalidad, así lo demuestran. Su estrategia de "no cuarentena" genera inquietud.

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Suecia decidió no emplear medidas de cuarentena ni pruebas de diagnóstico masivas. Argumentando sus altas cifras de depresión, permitió actividades al aire libre. Pero hoy su modelo para atajar la pandemia está bajo la lupa porque tiene una  de las tasas de letalidad por Covid-19, con un promedio de 6,08 muertes por cada millón de habitantes, más alta de los últimos siete días en Europa.

Las cifras oficiales indican que tiene 32.172 casos confirmados y 3.871 muertes por la enfermedad. Unas cifras más bajas que las de otros países, pero mucho más altas que naciones con un número similar de población.

El Gobierno sueco ahora estudia qué medidas tomar: prohibición de congregaciones de más de 50 personas y regulaciones en el servicio de restaurantes y lugares públicos de comida, pero los centros comerciales seguirán abiertos, así como el transporte público.

Y es que el 70% de los consultados en una encuesta publicada por 'The Guardian' respalda la decisión del Gobierno de no cerrar el país. Hoy día, la mayoría de las medidas son de carácter voluntario.

Afuera de un pub en Estocolmo, Suecia, el 26 de marzo de 2020.
Afuera de un pub en Estocolmo, Suecia, el 26 de marzo de 2020. © Colm Fulton / Reuters

La mayoría de las muertes por el virus se han centrado especialmente en los sectores de la población más vulnerables: los adultos mayores en los centros de cuidado, la clase trabajadora y los migrantes.

Y la economía ha sido la gran beneficiada. En comparación con otros países nórdicos de la región, el crecimiento se redujo mucho menos en el primer trimestre.

¿Por qué es así de particular la estrategia del gobierno sueco?

El Gobierno sueco, como en la mayoría de sus políticas públicas, argumenta que no es función del Estado ejercer la coerción, sino que confía en la capacidad de decisión de ciudadanos. Así ha sido su larga tradición democrática, un ejemplo de eso, que a veces es duramente criticado, es que las vacunas no son obligatorias, pero aún así el 90% de las personas se las aplica.

Otros países de la región, que tienen un enfoque de gobierno parecido, han ordenado medidas más duras para contener el virus. Noruega, Dinamarca y Finlandia han impuesto cuarentenas nacionales o declarado emergencias sanitarias.

Para Suecia, sin embargo, la lucha contra el Covid-19, no es una guerra contra un enemigo invisible, sino un problema de salud pública. Y desde ese enfoque han decidió manejarlo.

Como también lo hacen a la hora de enfrentar el alto número de enfermos con depresión, una de las razones que usan para no cerrar el país al comienzo del verano.

Pero las cifras ponen en duda, cada día más, la eficacia de esta estrategia.

Con Reuters  

 

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