Putin arrasa en referendo que le permitirá presentarse a dos mandatos más

El mandatario ruso ha obtenido más del 77% de síes a su propuesta para poder presentarse a las elecciones presidenciales por dos mandatos más (de seis años cada uno). Es decir, si se presenta y gana, podrá estar dirigiendo el país hasta el año 2036.

Archivo: El presidente ruso, Vladimir Putin, asiste a un foro juvenil en el norte del Cáucaso en Pyatigorsk, el 15 de agosto de 2018.
Archivo: El presidente ruso, Vladimir Putin, asiste a un foro juvenil en el norte del Cáucaso en Pyatigorsk, el 15 de agosto de 2018. © AFP
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Una victoria aplastante para Vladimir Putin, pero no exenta de polémica. Con una cantidad considerable de los votos escrutada, el mandatario ruso aseguró poder presentarse a las carreras electorales previstas para el año 2024 y 2030. Al llevar más de 20 años en el poder, la Constitución rusa no le permitía volver a presentarse, pero tras su victoria en el referendo, podrá dirigir el Kremlin hasta el 2036.

La controvertida consulta ha contado con el 65% de la participación de los rusos y da a Putin una holgada victoria. Para ser válida necesitaba tener una participación mínima del 50%, algo que se logró gracias a que las urnas abrieron una semana antes del cierre, es decir el 25 de junio.

El Ejecutivo ruso se escudó en que esta decisión es simplemente una medida para permitir votar a la población sin tener que temer grandes concentraciones que resulten un peligro por la pandemia del nuevo coronavirus. Sin embargo, varios miembros opositores aseguran que es un caldo de cultivo idóneo para cometer fraude en las votaciones. Según los datos, más de 50 millones de rusos participaron.

Este referendo se ha tomado como una prueba para fortalecer al mandatario ruso. En la consulta no solo se votaba si podía volver a presentarse, sino un paquete de hasta 300 medidas adicionales que servían para ganar apoyo entre la población rusa.

Varias personas voltean una urna llena de votos para iniciar su recuento. En San Petersburgo, Rusia, el 1 de julio de 2020.
Varias personas voltean una urna llena de votos para iniciar su recuento. En San Petersburgo, Rusia, el 1 de julio de 2020. © Anton Vaganov / Reuters

Entre esos cambios constitucionales se incluían algunos como el rechazo explícito del matrimonio homosexual, la definición de Rusia como heredera de la Unión Soviética, ayudas y protección en el sistema de pensiones, la existencia de Dios o la prevalencia del derecho ruso sobre el sistema internacional.

Ninguna de las medidas se podía votar por separado, se tenía que decir 'Sí' o 'No' al bloque en conjunto. Al incluir medidas tan dispares, se buscaba atraer a personas que estuviesen de acuerdo con algunas de ellas para tener garantizado el voto afirmativo.

Putin, que votó en su lugar habitual, la sede de la Academia de Ciencias en la Avenida Lenin, afirmó recientemente que aún no ha decidido si presentará su candidatura dentro de cuatro años, si bien afirmó que "hay que trabajar y no buscar sucesores".

Una aplastante derrota para la oposición

Los partidos opositores denunciaron que el Gobierno ruso ha pretendido por todos los medios alzar la participación registrada para así justificar los cambios constitucionales. Estos grupos políticos y asociaciones independientes han denunciado algunas de las artimañas oficialistas.

Estas entidades aseguran que en algunas de las regiones ha habido irregularidades en cuanto a la participación de votantes se refiere.

Además, se considera que algunos colectivos como los militares, funcionarios o trabajadores de metro, han sido obligados a votar, ya que en muchos de estos sectores el porcentaje de votación roza el 100%.

La oposición ha cosechado una aplastante derrota luego de no poder hacer campaña contra la renovación del mandato para Putin. Las medidas tomadas para frenar al coronavirus han hecho que la acción opositora sea prácticamente nula frente al aparato propagandístico desplegado por el oficialismo.

Una manifestante toma un cartel durante una serie de protestas, organizadas por la oposición, en contra del referendo organizado. En Moscú, Rusia, el 1 de julio de 2020.
Una manifestante toma un cartel durante una serie de protestas, organizadas por la oposición, en contra del referendo organizado. En Moscú, Rusia, el 1 de julio de 2020. © Maxim Shemetov / Reuters

Además de esto, la oposición estuvo dividida en todo momento entre quienes abogaban por votar masivamente por el 'No', y quienes pensaban que el sistema no es justo y defendían no votar en el referendo.

La brecha generacional en el voto

La votación escenificó claramente la escisión generacional existente en Rusia, ya que los mayores apoyaron masivamente la reforma constitucional, es decir, la permanencia de Putin en el poder, mientras los jóvenes la rechazaron abiertamente.

Esto fue evidente en las grandes ciudades, en la que las nuevas generaciones ven a Putin como el representante del estancamiento, tanto económico como ideológico.

Esto se notó en la votación electrónica, opción que solo estuvo al alcance de los votantes de Moscú y Nizhni Nóvgorod, ya que en torno al 40 % votó en contra. En cambio, para los pensionados, Putin representa la estabilidad, es decir, la ausencia de cataclismos políticos, la seguridad ciudadana y el pago a tiempo de las pensiones.

Vladimir Putin es el presidente que más tiempo lleva al mando de Rusia desde el dictador Iósif Stalin. Si consigue revalidar el cargo en las dos próximas elecciones logrará superar en años al conocido líder comunista.

Con Reuters, AP y EFE

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