Francia: la doble pena de los más vulnerables y los efectos de la pandemia
Primera modificación:
El 11 de julio se cumplieron cuatro meses desde que la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia en todo el mundo por el brote de Covid-19. La enfermedad sigue matando a miles de personas todos los días. Francia no ha escapado de esta situación y aplicó un estricto proceso de confinamiento que dejó secuelas en las llamadas "víctimas indirectas", es decir, personas que no se vieron afectadas por la enfermedad pero que igual padecen las consecuencias. Este grupo, considerado vulnerable, se ha visto empujado a la pobreza.
Francia estableció un confinamiento entre el 17 de marzo y el 11 de mayo de 2020 con la finalidad de frenar el avance de la enfermedad, una situación que llevó a casi una paralización total de la economía.
Como consecuencia, muchas personas fueron contratadas para trabajar por cortos períodos de tiempo, lo que redujo su ingreso en un 16 % aproximadamente. Otro grupo, menos afortunado, perdió su empleo durante dicho período, con lo cual perdieron su posibilidad de obtener ingresos.
En el país, muchas mujeres y hombres que ya eran vulnerables fueron empujados a la pobreza con la aparición del Covid-19. Adicionalmente, el cierre de escuelas y sus comedores se combinaron con la falta o disminución de ingresos, generando un cuadro donde las familias vieron disminuidas sus posibilidades de alimentar a la familia. Ello generó que se elevaran las solicitudes de ayuda en los comedores populares o la asistencia de personas en mercados, donde la adquisición de alimentos es más asequible.
Los planes de apertura económica han generado nuevos aires de esperanza para muchos. No obstante, la amenaza de una segunda ola epidémica y los planes de despido masivo en algunas industrias plantean una profundización de la crisis social por la que atraviesan.
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