Perú: cinco hitos que marcaron el primer mes de gobierno de Pedro Castillo
Ha pasado un mes desde que Pedro Castillo juró como presidente de Perú. Sin embargo, su nueva administración aún no da señales de estabilidad y rumbo. El voto de confianza que recibió su Gabinete de ministros no neutraliza nuevos choques con un Congreso de alta oposición, que ya prepara investigaciones al Gobierno. El contexto político impacta sobre la resentida economía, mientras que la población expresa en sondeos el más bajo respaldo a un gobernante en varias décadas de República.
Primera modificación:
En Perú, el Gobierno de Castillo no ha tenido la llamada “luna de miel”, que describe la calma y aclimatación entre los poderes elegidos del Estado dentro de los primeros días en funciones. Por el contrario, su mandato arrancó con decisiones políticas arriesgadas, gestos de improvisación y su ya conocido hermetismo de tiempos de campaña.
La fuerza opositora del Parlamento ya ha dado varias muestras de su poderío frente a la improvisación oficialista. En medio de esta potencial escalada de tensiones políticas, otros problemas se suman para el debilitado Gobierno; la mayoría, a consecuencia de sus propios errores.
Aquí repasamos los puntos más resaltantes de estas cuatro semanas de mandato:
1. Un Gabinete cuestionado
Si bien este último viernes el Parlamento le dio la confianza al equipo del primer ministro Guido Bellido con 73 votos a favor y 50 en contra, esto no se traduce en un respaldo. Desde su nombramiento el 29 de julio, el Gabinete arrastra críticas sobre su idoneidad: de los 19 ministros, al menos seis tienen denuncias graves. El propio Bellido es investigado por la Fiscalía por presuntos delitos de apología al terrorismo y lavado de activos, mientras que el titular de Trabajo, Iber Maraví, también ha sido vinculado a movimientos terroristas.
El ministro de Transportes, Juan Silva, registra agresiones contra su expareja, además de infracciones de tránsito serias. Rubén Ramírez, de Ambiente, también fue denunciado por hostigamiento a su expareja; y Geiner Alvarado, titular de Vivienda, fue intervenido hace unos años por conducir en estado de ebriedad, además de reportado por su entonces pareja por abandono de hogar. Por su parte, el actual ministro del Interior, Juan Carrasco, no cumplió con renunciar formalmente a su puesto de fiscal para cuando estaba jurando al cargo político; incompatibilidad que pone en duda la legalidad de su designación.
“En gobiernos pasados, un conjunto así de ministros habría significado una negativa de la investidura sin mayor vacilación. Pero hay que tomar en cuenta que el Congreso no ha querido gastar esa ‘bala de plata’ que implica no dar la confianza y que, en una segunda ocasión, eso conlleve a activar la facultad del presidente de disolver el Parlamento”, destacó la politóloga Kathy Zegarra en entrevista con France 24.
Como ocurrió en 2019 con Martín Vizcarra, dos negativas de este tipo permiten, por establecimiento constitucional, que los presidentes decidan la disolución del Congreso. De hecho, la prevalencia de personas cuestionadas en el Gabinete del presidente Castillo fue analizada por algunos legisladores como una provocación para conseguir ese escenario.
Zegarra recuerda que existen otras herramientas de control político, como las interpelaciones y las censuras, que el Parlamento iría aplicando con cada ministro. No obstante, señala que mantener las nominaciones implica un costo alto para un gobierno débil.
De hecho, Castillo ya había perdido a un ministro por presión política. Héctor Béjar, nombrado para liderar el despacho de Relaciones Exteriores, tuvo que renunciar luego de que el Congreso presentara una moción para interpelarlo por declaraciones que distorsionaban el origen del terrorismo en el país. Solo estuvo 19 días en el cargo.
2. La incertidumbre económica y el precio del dólar en alza récord
Desde hace varias semanas, el tipo de cambio en Perú alcanzó un nivel crítico histórico. En marzo de este año, el dólar costaba 3 soles 76 centavos, pero en el presente mes superó la barrera de los 4 soles con 10. Previamente, ya se habían disparado los precios de los productos comestibles básicos, como el pollo, y del gas de cocina; lo que afecta la economía familiar.
En diálogo con France 24, el gerente del Instituto Peruano de Economía (IPE), Diego Macera, advirtió que -en términos de inflación en el país- es importante diferenciar la tendencia global de incremento de precio en los commodities frente a la afectación directa del clima político local.
“Efectivamente, hay un alza en los commodities a nivel mundial, y eso ha encarecido hasta en un 50% u 80% algunos alimentos. Los fletes también se han quintuplicado desde el periodo pre-pandemia. En energía, el gas, el petróleo, también han subido considerablemente. Sin embargo, otra parte que no es menor es el tipo de cambio. La moneda peruana es de las que más se ha depreciado en los últimos meses a nivel de la región y esto, principalmente, por el contexto político. Es como si lloviera sobre mojado: tenemos precios globales más altos que se transan en dólares y hay necesidad de comprarlos con una moneda nacional que ha perdido valor”, explica el economista.
El Gobierno de Pedro Castillo ha anunciado la repartición de nuevos bonos de ayuda para familias en pobreza y pobreza extrema, además de subsidios a la planilla como política de emergencia. Macera señala que estas medidas son positivas siempre que se focalicen correctamente, pero estima que la reactivación económica requiere de otros esfuerzos.
“Lo más importante, es dar mensajes de estabilidad y de respeto a las reglas de juego. Las medidas contrarias a eso [se refiere al nombramiento de ministros cuestionados y a la posible insistencia de instalar una Asamblea Constituyente] son las que generan incertidumbre, y esa incertidumbre complica la reactivación de la inversión privada. La inversión probablemente siga resentida este semestre e incluso la mitad del próximo año. Lo que realmente ayudaría a revertir el escenario es que, a nivel político, exista predictibilidad”, expresó.
3. Mal comienzo en los sondeos
El último 15 de agosto, Ipsos publicó una encuesta nacional que apenas daba 38% de aprobación para el Gobierno de Castillo. El rechazo era de 45%. Ninguno de los últimos ocho presidentes peruanos había obtenido un respaldo tan pobre en sus primeros días de gestión.
Cabe recordar que Castillo llegó al poder por una diferencia de 44.000 votos frente a la candidata derechista Keiko Fujimori, en medio de las elecciones que más han dividido al país. Pese a la victoria de Castillo, la polarización aún se vive en las calles, con protestas ocasionales a sus anuncios de izquierda. Sin embargo, la medición de baja popularidad no solo se explica por ese arrastre de detractores.
La politólogaPaula Távara indicó a France 24 que el comportamiento del propio Gobierno también abona a su impopularidad e incluso la profundiza. “Con el nombramiento de algunos ministros, por ejemplo, se habría ahorrado cuestionamientos con un filtro sencillo, pero no lo aplicó. Creo que no ha meditado en que no basta con que haya ganado la legalidad de la elección, sino que también necesita construir la legitimidad de su investidura”, enfatiza.
En estas cuatro semanas de mandato, el presidente no ha dado una sola entrevista. Así como en campaña, la relación con la prensa ha sido distante. El 18 de agosto, se registró un incidente, cuando una reportera del canal del Estado fue apartada a la fuerza por un agente de seguridad mientras el mandatario caminaba hacia el municipio de Lima para reunirse con el alcalde. La Presidencia emitiría un comunicado de disculpas poco después.
Para la politóloga Kathy Zegarra, la apertura hacia los periodistas es clave en un gobierno que pretende mantener a flote su aceptación. “La relación entre Castillo y la prensa no ha sido la mejor y eso se ha visto de manera recurrente. Él no busca hablar con la prensa y eso genera espacios para que otros hablen por él y para que la población desconfíe. En cualquier país, el hermetismo con los medios no da buenas señales democráticas”, estima.
4. Investigaciones a sus primeros días y el regreso de la teoría del “fraude”
El Congreso ha aprobado por mayoría la creación de dos comisiones investigadoras que fortalecen el mensaje de oposición contra Castillo. La primera se centrará en las presuntas irregularidades “o posibles ilícitos” por los actos que Castillo no registró entre el 28 de julio y el 1 de agosto, cuando se negaba a despachar desde Palacio de Gobierno.
El otro grupo parlamentario revisará los supuestos vicios en el último proceso electoral, al que las principales bancadas opositoras (Fuerza Popular, Renovación Popular y Avanza País) han calificado de fraudulento.
Sobre la poca transparencia en la primera semana de gestión, la politóloga Paula Távara destaca que el Gobierno se autoperjudicó y no pronosticó las consecuencias políticas. “Lamentablemente, este Gobierno abre flancos con mucha facilidad y no contempla los riesgos de determinadas acciones. La relación con el Congreso estaba destinada a ser tensa y realmente no sorprende que este active todos los mecanismos de fiscalización posibles, incluso cuando no son razonables, como en el caso de investigar el proceso electoral, del que ya se sabe que fue legítimo”, señala Távara.
5. El factor Vladimir Cerrón y la debilitación del partido oficialista
Perú Libre, el partido con el que Pedro Castillo ganó las elecciones, obtuvo la bancada mayoritaria en el Congreso, con 37 legisladores de un total de 130. No obstante, la oposición, que al compactarse suma 79 representantes de diferentes grupos, ya neutralizó todos los intentos de liderazgo oficialista en el hemiciclo.
Los congresistas ‘del lápiz’ —el logo de Perú Libre— no obtuvieron ningún lugar en la Mesa Directiva del Parlamento ni tampoco en las presidencias de las principales comisiones de trabajo sectorizado. Compuesta por un alto número de profesores, la bancada apuntaba a liderar la Comisión de Educación, pero el puesto fue tomado por el partido de derecha ultraconservadora Renovación Popular.
En estos días, se ha fortalecido la impresión de que el grupo oficialista en el Congreso carece de habilidades negociadoras y que, además, está dividido en la práctica, con hasta tres facciones distintas. La que más resalta es la facción “cerronista”, denominada así por los analistas políticos para aludir a Vladimir Cerrón, el líder y fundador del partido.
Cerrón es conocido por su intensa actividad en Twitter, desde donde contesta a adversarios políticos y también reacciona a cada decisión del gobierno. Contrario al presidente Castillo, Cerrón es muy comunicativo; inclusive para revelar desacuerdos a la interna. Por ejemplo, tras el retiro del canciller Héctor Béjar, Cerrón criticó al reemplazante designado por el presidente.
“El nuevo canciller Óscar Maúrtua De Romaña, no representa el sentir de Perú Libre. Nuestro Partido es un ente integrador y soberano, apuesta por una Latinoamérica unida independiente, rechazando cualquier política injerencista o servil”, escribió el líder partidario.
A Cerrón se lo percibe como un actor político que presiona al Gobierno para que no ceda al choque con el Congreso ni renuncie a sus principios de izquierda. En la encuesta nacional de Ipsos, un 40% de personas entrevistadas dijo creer que las decisiones más importantes de la presidencia realmente recaen en Vladimir Cerrón y no tanto en Pedro Castillo. Además, un 57% refirió que el ministro Guido Bellido escucharía más al primero.
“Si bien hay personas que creen que Cerrón es una especie de ‘titiritero’ del presidente Castillo, yo diría que en estas semanas se han notado coincidencias entre Cerrón y Castillo, que no son forzadas. Pero también se le ha visto a Castillo retroceder por su cuenta y para el disgusto de Cerrón. En general, considero que Castillo es pragmático, mientras que Cerrón es inflexible ideológicamente”, comentó la politóloga Kathy Zegarra a este medio.
La nueva duda sobre Castillo es si su pragmatismo le permitirá mantenerse en los cuatro años y once meses que le quedan en Palacio de Gobierno.
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