México enfrenta una disyuntiva por el regreso a la escuela en plena tercera ola de la pandemia

Archivo: un alumno limpia sus manos con gel antibacterial, durante el regreso a clases del preescolar Carrusel Mágico, en la ciudad de León, estado de Guanajuato (México), el 11 de mayo de 2021.
Archivo: un alumno limpia sus manos con gel antibacterial, durante el regreso a clases del preescolar Carrusel Mágico, en la ciudad de León, estado de Guanajuato (México), el 11 de mayo de 2021. © Luis Ramírez / EFE

Padres de familia y personal docente tienen opiniones divididas en torno a la vuelta a las aulas, una medida que, si bien es voluntaria, ha generado polémica, dado el alto número de contagios. El presidente AMLO se mantuvo firme en la decisión de abrir los colegios, argumentando el bien psicológico de los menores, pero no todos comparten su postura.

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"Nosotros decimos no, mientras no haya una vacuna para ellas, mis hijas no regresan a clases", asegura tajante Nora Nava, mamá de dos pequeñas, de 8 y 10 años.

Desde la sala de su departamento, que durante 17 meses ha servido como salón de cursos, la joven mamá reconoce que el aprendizaje desde casa "es más trabajo para los papás, por el hecho de estar aquí haciendo la función de maestros. Pero yo prefiero tener a mis hijas aquí que exponerlas a una enfermedad que no sé cómo a va resultar, si va a ser una simple gripita o las va a llevar al hospital". 

El temor de Nora tiene sustento en las altas cifras de contagio que no cesan en pleno pico de la tercera ola de la pandemia de Covid 19, que rompió récord en vísperas del retorno a las aulas.  

Sin embargo, la apertura de las escuelas este lunes 30 de agosto es un hecho irreversible y se ha visto envuelto en controversia.  

"Vamos a reiniciar las clases, va a iniciar el nuevo ciclo escolar a finales de agosto. Llueva, truene o relampaguee, no vamos a mantener cerradas las escuelas. Ya fue bastante", aseveró el presiente Andrés Manuel López Obrador el 25 de julio.

Ante la polémica, la medida será de carácter voluntario. "Nada por la fuerza, todo por la razón", acotó el mandatario. De modo que los padres de familia que no quieran llevar a sus hijos y deseen continuar con la educación a distancia, podrán hacerlo. 

El protocolo para el retorno a las clases en México

El regreso será universal, es decir, no habrá accesos escalonados ni habrá límite de aforo. La Secretaría de Educación Pública estableció un protocolo de nueve medidas de protección sanitaria que incluyen, por ejemplo, tres filtros: el primero en casa, en donde se pide a los padres que no envíen a los menores si presentan síntomas de alguna enfermedad; el segundo, a la entrada de las escuelas, donde se les tomará la temperatura y se les proporcionará gel antibacterial, y el tercero en el salón de clases, donde se vigilará que los estudiantes porten correctamente su cubrebocas. 

En la Ciudad de México, el Gobierno capitalino entregó 9.500 termómetros, 700.000 cubrebocas, más de millón y medio de botellas de gel antibacterial y kits de limpieza. 

¿Y si se presenta un contagio? Las autoridades están conscientes de que no pueden descartar que se den casos positivos entre los niños. Pero en ese caso, en la Ciudad de México –cada Gobierno estatal tiene facultades para tomar sus decisiones en materia educativa y de salud– determinaron que no se va a cerrar la escuela completa. 

"No es cerrar la escuela. Tenemos transmisión comunitaria, no es la lógica de cerrar la escuela, es la lógica de trabajar, como se trabaja en los albergues, los asilos, en todos los espacios que tienen personas que conviven estrechamente. Se hace una intervención selectiva a las áreas que fueron afectadas, puede ser un salón, dos salones… en esa lógica es que se estará trabajando", señaló en videoconferencia de prensa Oliva López, secretaria de Salud. 

En tanto, Delfina Gómez, secretaria de Educación Pública federal, informó que de las 265.000 escuelas que hay en el país, se identificaron 10.000 instituciones vandalizadas durante el tiempo que estuvieron cerradas, las cuales serían rehabilitadas para el regreso a clases presenciales. 

Los maestros, también divididos por el regreso a clases

Entre el personal docente hay posiciones encontradas en torno del regreso a los salones de clases. El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) –que representa a 1,2 millones de maestros– respaldó el plan gubernamental y aseguró que la mayoría de maestros están comprometidos a presentarse a clases presenciales. 

"El SNTE manifiesta su compromiso de adhesión y apoyo a las acciones emprendidas por el Gobierno de México, a través de las secretarías de Educación Pública y de Salud, quienes de manera conjunta y en el respectivo ámbito de sus competencias suscribirán un acuerdo para el regreso a las escuelas", indicó Alfonso Cepeda, líder sindical. 

En contraste, la disidencia magisterial agrupada en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que a nivel nacional cuenta con 600.000 integrantes, advirtió que al menos 181.000 docentes de más de 47.000 escuelas de cinco entidades donde tienen más presencia no se presentarán a clases el 30 de agosto. 

En conferencia de prensa virtual, líderes de la coordinadora señalaron que su decisión deriva de los resultados de una encuesta que aplicaron a 60.000 personas, en la cual 81% de los padres de familia se manifestaron por el rechazo a clases presenciales. 

"No solamente es una decisión de la coordinadora, a la vez es una decisión con padres y tutores… Nosotros manifestamos el inicio del ciclo escolar pero no de manera presencial. ¿Por qué? Por el cuidado de la salud y la vida de cada uno de nosotros", subrayó el 24 de agosto Eloy López, secretario general de la sección sindical de la CNTE en Oaxaca, una de las más combativas. 

El regreso a clases y los retos en salud mental de los niños

Paula Ortega es madre de dos niños, Mateo y Nicolás, de 9 y 8 años. Y está convencida de que sus pequeños deben regresar a su escuela. "Para mí como mamá es mucho más grave, yo personalmente le tengo más miedo, más respeto, a que uno de mis hijos sufra o pase por un cuadro depresivo, que al propio virus".  

Sus hijos van a una escuela particular en la que han instalado cámaras térmicas para medición de temperatura, aspersores de desinfectante y, además, exigirán cada semana una prueba PCR negativa para tratar de garantizar, en la medida de lo posible, que los niños estén "libres" de Covid-19.  

Pero más allá de las medidas, señala que lo más importante es la comunicación entre los padres de familia y la escuela. 

"Creo que es importante, con todas las medidas que ya tenemos, con toda esa comunicación que vamos a tener, llevarlos a la escuela para que logren tener lo que los niños necesitan en la escuela, a lo que van, a socializar, a tener dinámicas con otros niños, a aprender el respeto a la autoridad con el maestro", apuntó Ortega. 

En ese mismo sentido va el argumento del presidente López Obrador. Desde meses atrás ha ido defendiendo su postura de la vuelta a clases presenciales. "No es conveniente que se continúe con las clases a distancia (…) Necesitamos pensar en los niños, necesitamos pensar en los adolescentes. ¡Ya no es posible tener a los niños encerrados en las casas, no es posible eso, se les está causando un gran daño!", dijo un tanto exasperado en su conferencia de prensa del 22 de julio en el Palacio Nacional. 

El mandatario sostiene que en casa los menores están expuestos a "contenidos tóxicos" en Internet y que necesitan retomar la convivencia en la escuela para tener un desarrollo emocional sano. Además, él y su subsecretario de Salud y vocero para la pandemia, Hugo López-Gatell, indican que los niños corren menos riesgo y que las autoridades actuarán oportunamente cuando se presente algún contagio. 

México, sostiene, es de los países que más tiempo ha tenido cerradas las escuelas, y asegura que esa situación ya no puede continuar. Y ante los cuestionamientos de la prensa, se queja de que ha habido una "campaña perversa" de sus adversarios, que "se oponen a todo" lo que plantea su Gobierno. 

"Es toda una campaña de desprestigio, de infundir miedo, pero no es porque les importe la salud de los niños (...) como si les importaran los niños; no, están en contra de nosotros, esto es todo", destacó el presidente el pasado 18 de agosto. 

Un día después, para reforzar el argumento, el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, apuntó que "las condiciones de confinamiento, las restricciones a la movilidad, la suspensión y otros factores ha generado graves afectaciones en las niñas y niños de nuestro país". 

Y presentó un estudio denominado 'Impacto de la pandemia en niñas y niños', en el que se advierte que, de acuerdo con la encuesta que realizó el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEGI), 5,2 millones de estudiantes no se inscribieron en el ciclo escolar 2020-2021 por causas relacionadas por el virus o por falta de recursos; de estos, tres millones son niñas y niños. 

En México, en realidad, pocos cuestionan la necesidad de que los niños vuelvan a la escuela y convivan de nuevo con sus compañeros. El problema está en el cómo y en el cuándo. En junio pasado, la Ciudad de México tuvo un intento fallido de vuelta a las aulas, previo a las vacaciones de verano. En esta ocasión habrá que esperar a ver cómo se desarrolla el retorno a los colegios, sin duda el regreso más complicado de la historia del país. 

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