Los talibanes se toman la capital de una provincia y matan a un vocero del Gobierno afgano
Los insurgentes talibanes se tomaron este viernes la ciudad de Zaranj, capital de la provincia de Nimroz, en el sur de Afganistán, según confirmó un portavoz de la Policía. Los extremistas, además, asesinaron a un vocero del Gobierno. El avance de los yihadistas se produce en medio de la retirada de las tropas estadounidenses y de la OTAN, lo que ha deteriorado la situación de seguridad en el país.
Primera modificación:
Resurge el dominio talibán en Afganistán. Aunque las autoridades locales ya habían señalado el avance de los insurgentes en los últimos meses, este viernes los extremistas tomaron el control de Zaranj, capital de la sureña provincia de Nimroz.
Se trata de la primera ciudad capital que cae en las manos de los islamistas radicales desde que el grupo llegó a un acuerdo de paz con Estados Unidos, en febrero de 2020. Todo esto es en medio de la gran ofensiva que comenzó el pasado mayo en todo el país, según confirmó un vocero de la Policía, que subrayó la falta de refuerzos del Gobierno respaldado por Occidente.
El Gobierno, sin embargo, afirmó que todavía había intensos combates en torno a la infraestructura clave de la ciudad y que Zaranj no había caído.
No obstante, los insurgentes ya han tomado decenas de distritos y cruces fronterizos y amenazan con tomar varias capitales de las provincias del país, incluidas Herat, en el oeste, y Kandahar, en el sur, a medida que las fuerzas militares extranjeras se retiran.
#UPDATE The United Nations' envoy to Afghanistan has called on the Taliban to cease its attacks on major cities immediately as she warned the conflict-torn country was heading for "catastrophe"https://t.co/aXfabt3koB
— AFP News Agency (@AFP) August 6, 2021
Un comandante talibán, que habló con la agencia Reuters bajo condición de anonimato, aseguró que Zaranj tiene una importancia estratégica, ya que se encuentra en la frontera con Irán. Una fuente local afirmó que los talibanes se apoderaron de la oficina del gobernador, el cuartel general de la Policía y un campamento cerca de la frontera iraní.
Asimismo, los talibanes publicaron imágenes en las redes sociales que los mostraban en el interior del aeropuerto local y posaban para fotografías en la entrada de la ciudad. Nimroz está escasamente poblada en una región que es principalmente desértica y Zaranj, la capital provincial, tiene alrededor de 50.000 habitantes.
El gobernador de la provincia, Abdul Karim Barahawi, huyó de Zaranj en busca de refugio en el pacífico distrito de Chahar Burjak, donde la población local de etnia baluch le ha brindado protección.
Los extremistas intensifican así su campaña por derrotar al Gobierno y retomar un régimen islámico radical, 20 años después de que las fuerzas militares extranjeras lideradas por Estados Unidos los expulsaran del poder. Ahora, la retirada de los estadounidenses les ha despejado el camino.
Los talibanes asesinan a un portavoz del Gobierno afgano
Como parte de su ofensiva, también este 6 de agosto y durante las oraciones de los viernes, en Kabul, capital del país, los radicales asesinaron a Dawa Khan Menapal, director del Centro de Información y Medios del Gobierno.
#IEWorld | Taliban kill Afghan media chief in Kabul; take southern city
— The Indian Express (@IndianExpress) August 6, 2021
Read: https://t.co/OWQb2hZ1ix pic.twitter.com/fGKSUzIcrF
Menapal fue atacado a disparos mientras viajaba en su vehículo y tras el tiroteo, las fuerzas afganas se desplegaron por la zona, según declaró el portavoz adjunto del Ministerio del Interior, Said Hamid Rushan.
Es el más reciente crimen de una serie de asesinatos destinados a debilitar al Gobierno democráticamente elegido y encabezado por el presidente Ashraf Ghani.
Este hecho también se produjo pocos días después del intento de acabar con la vida del ministro de Defensa en funciones.
Los talibanes a menudo apuntan a los funcionarios del Gobierno y a aquellos que perciben que trabajan para el Estado o las fuerzas extranjeras.
El autodenominado Estado Islámico también se ha adjudicado varios ataques recientes, pero el Gobierno suele responsabilizar a los talibanes.
Preocupación diplomática, mientras el retiro de las tropas de EE. UU. no tiene vuelta atrás
En Nueva York, la enviada especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU), para Afganistán, Deborah Lyons, cuestionó el compromiso de los talibanes con un acuerdo político. Ante el Consejo de Seguridad del organismo, sostuvo que la guerra había entrado en una fase más mortífera y destructiva "que recuerda a Siria, recientemente, o Sarajevo, un pasado no tan lejano".
Por su parte, el diplomático estadounidense Jeffrey DeLaurentis instó a los talibanes a detener su ofensiva, buscar un acuerdo político y proteger la infraestructura y la población de Afganistán.
El embajador de Rusia ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), Vassily Nebenzia, señaló que las previsiones de que Afganistán se dirija a una guerra civil prolongada y a gran escala "es una cruda realidad".
El resurgimiento de la fuerza del talibán en Afganistán ha coincidió con el inicio oficial de la retirada de las tropas extranjeras, desde el pasado 1 de mayo. Las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN completan la última fase de su repliegue, que según Washington concluiría el 11 de septiembre, fecha que coincide con el aniversario número 20 de los históricos atentados en Estados Unidos.
Aunque la decisión de abandonar el país fue recriminada por las propias fuerzas afganas y el Gobierno que alertaron sobre un retroceso en la seguridad del territorio afgano, el Pentágono no dio marcha atrás. La disposición fue tomada durante la Administración del entonces presidente, Donald Trump, y respaldada por el actual mandatario, Joe Biden.
Washington argumentó que el Ejército afgano estaba preparado para enfrentar los desafíos. Solo unos 1.000 soldados de EE. UU. permanecerán en terreno afgano para proteger las operaciones diplomáticas y el aeropuerto de Kabul
Con Reuters y AP
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