Estados Unidos y su deuda con los cronómetros: ¿se hunde el gigante de la velocidad?
De las cinco doradas con las que EE. UU. domina el medallero del atletismo en los Juegos Olímpicos, solo una proviene de las pruebas cortas, que suelen ser coto de caza de los atletas norteamericanos. Voces tan autorizadas como las de Carl Lewis y Michael Johnson han puesto en evidencia el fenómeno que podría terminar de sepultar las posibilidades de repunte en la tabla global.
Primera modificación:
Varias de las rachas más largas de Estados Unidos, como el dominio en los 100 metros espalda de varones en natación o el equipo femenino de gimnasia, se interrumpieron en estos Juegos Olímpicos. En compensación, Caleb Dressel y las figuras emergentes de la gimnasia como Sunisa Lee o Jade Carey produjeron entre los tres casi un cuarto de las doradas con las que el país se mantiene segundo en el medallero.
Esa compensación no ha existido en la velocidad del atletismo, un área donde el protagonismo de las barras y estrellas se daba por descontado, y esa deuda ha sido señalada por Lewis y Johnson en recientes publicaciones en Twitter.
Hasta el momento, solo Sydney McLaughlin en los 400 m con vallas ha podido subir a lo más alto del podio en pruebas cortas. De resto, todos los demás velocistas de su selección han tenido que ver la espalda de sus competidores cruzando la meta delante de ellos.
Una colección de derrotas
Grant Holloway había sido el hombre más rápido del año en 110 m con vallas. Llegó a correr a una centésima del récord mundial de Aries Merritt (12,80) en los Trials estadounidenses en junio y marcó tres de los cuatro tiempos más rápidos de la temporada. El único hombre que le hacía sombra, el campeón defensor Omar McLeod, quedó sorpresivamente eliminado en los Trials de Jamaica. En Tokio otro jamaiquino, Hansle Parchment, acabó con el favoritismo de Holloway.
Trayvon Bromell había sido el dominador de los 100 m planos en pruebas de la American Track League y del World Athletics Continental Tour todo el año. No llegó a medirse con atletas foráneos, pero nadie se acercaba antes de Tokio a su 9,77, la séptima mejor marca de la historia, por lo que no se extrañaba a Christian Coleman, suspendido por incumplir tres veces la localización indicada para controles antidopaje fuera de competencia.
En tierras niponas Bromell ni siquiera clasificó a la final, y quienes sí lo hicieron, Fred Kerley y Ronnie Baker, nada pudieron hacer para impedir la victoria de Lamont Marcell Jacobs, irónicamente nacido en El Paso, Texas, de padre estadounidense, pero que sumó para Italia.
En los 100 metros planos femeninos, las jamaiquinas no habían dejado lugar a dudas de las revoluciones de sus zancadas, y la única que podía poner en riesgo su dominio, Sha-Carri Richardson, fue dejada fuera de la selección por una sanción disciplinaria de un mes dictada por la Federación Estadounidense, tras dar positivo por cannabis en un control antidopaje.
En 200 m ni los más osados se atrevían a cuestionar las posibilidades de Noah Lyles, campeón defensor. Sin embargo, él y su compañero Kenneth Bednarek terminaron escoltando en la llegada al canadiense Andre De Grasse.
En 400 m planos, solo un hombre, Randolph Ross, había bajado de 44 segundos este año, pero en Tokio no pasó de la primera ronda, y quienes sí lograron un lugar en la final, el que era hasta estos Juegos segundo del ranking Michael Norman y el tercero Michael Cherry, no pudieron entrar a un podio caribeño del que se adueñaron el bahameño Steven Gardiner, el colombiano Anthony Zambrano y Kirani James de Grenada.
Pero el episodio más doloroso de este inventario de infortunios en la velocidad fue la eliminación en primera ronda del relevo 4x100 masculino, una cuarteta que desde Sidney 2000 no visita lo más alto del podio. En Atenas 2004 se conformó con plata, en Beijing 2008 no terminó la prueba y en Londres 2012 y Río 2016 fue descalificado. En Tokio ni siquiera logró un puesto en la final.
En otras pruebas, como los 100 m con vallas donde dominó a sus anchas todo el año la puertorriqueña Jasmine Camacho-Quinn o los 400 m con vallas propiedad del noruego Karsten Warholm, era difícil asignar perspectivas doradas a Estados Unidos.
Adicionalmente, el 4x100 femenino cedió su título ante la imbatible Jamaica que acaparó el podio de los 100 m planos, ello en un escenario en el que, excluyendo las vallas, se habían repetido todos los oros de Río 2016, con el doblete de Elaine Thompson-Herah y el triunfo de la bahameña Shaunae Miller-Uibo en los 400 m planos.
Voces de peso critican la actuación estadounidense
Una actuación tan debajo de las expectativas levantó las críticas a través de Twitter de dos de las voces más autorizadas para evaluar el área corta, el ganador de siete oros olímpicos Carl Lewis y el hombre que poseyó por 12 años el récord mundial de los 200 m y por 17 el de 400 m planos Michael Johnson.
“El equipo de Estados Unidos hizo todo mal en el relevo masculino. El sistema de pases está mal, los atletas corren en los tramos equivocados y estaba claro que no había liderazgo. Fue una vergüenza total y completamente inaceptable que un equipo de EEUU luciera peor que los chicos de la AAU (Unión de Atletismo Amateuir, por sus siglas en inglés) que vi“, trinó Lewis.
The USA team did everything wrong in the men's relay. The passing system is wrong, athletes running the wrong legs, and it was clear that there was no leadership. It was a total embarrassment, and completely unacceptable for a USA team to look worse than the AAU kids I saw .
— Carl Lewis (@Carl_Lewis) August 5, 2021
“En este punto del Campeonato Mundial de 2019 (en Doha), los estadounidenses habían ganado siete de nueve posibles medallas de oro. Hasta ahora, solo un oro en Tokio con ocho medallas en juego mientras escribo esto. Estados Unidos es el favorito para el oro en sólo uno de ellos. 15 medallas en total en 2019. Solo 7 hasta ahora“, evaluó Johnson, también a través de Twitter, refiriéndose a la cosecha de la velocidad el miércoles.
At this point in the 2019 World Championships, US men had won 7 of an eventual 9 gold medals. So far only 1 gold in Tokyo with 8 medals remaining up for grabs as I write this. US is favored for gold in only 1 of those. 15 total medals in 2019. Only 7 so far in #Tokyo2020
— Michael Johnson (@MJGold) August 5, 2021
¿Ha cambiado el atletismo lo suficiente como para que se diluya una de las hegemonías más fuertes de la historia? ¿O se ha desplazado la supremacía estadounidense a áreas como los lanzamientos o el medio fondo? La necesaria evaluación post-Tokio debe dar respuestas a estas preguntas, que hasta hace dos semanas nadie pensó que tendrían que plantearse.
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