Elecciones Alemania 2021

¿Por qué ninguno de los candidatos a suceder a Merkel convence a los alemanes?

La canciller alemana, Angela Merkel, llega a la casa de la Conferencia de Prensa Federal (Bundespressekonferenz) el 22 de julio de 2021 en Berlín, para dirigir una reunión con periodistas sobre temas nacionales e internacionales.
La canciller alemana, Angela Merkel, llega a la casa de la Conferencia de Prensa Federal (Bundespressekonferenz) el 22 de julio de 2021 en Berlín, para dirigir una reunión con periodistas sobre temas nacionales e internacionales. © AFP

Una cosa está clara a dos meses de las elecciones que marcarán el final de la era de Angela Merkel como canciller en Alemania: los votantes están indecisos sobre quién es el mejor candidato para sucederla. 

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Dice mucho sobre la confianza política en un país cuando en una encuesta de preferencias la opción que gana de lejos es “ninguno de los candidatos”.

Eso precisamente ocurre en Alemania. En la contienda para suceder a la canciller Angela Merkel, el 45 por ciento de los alemanes asegura que no prefiere a ninguno de los tres políticos que aspira a la jefatura de gobierno: el conservador Armin Laschet, Annalena Baerbock de los Verdes y el socialdemócrata Olaf Scholz. 

 

Si bien los alemanes no eligen directamente a su canciller (ver recuadro), el hecho de que los tres candidatos tengan una imagen tan pobre es preocupante cuando faltan apenas dos meses para las elecciones federales.

Y también en momentos en que Alemania enfrenta desafíos políticos significativos, entre ellos la cuarta ola de la pandemia del coronavirus y los daños causados por las graves inundaciones en el occidente del país.

El indiscutible peso de Merkel 

Una de las razones que explica ese descontento tiene que ver con el peso político de Angela Merkel. Para bien o para mal, los alemanes están más que acostumbrados a su estilo de gobierno y muchos aprecian la estabilidad que le ha traído al país desde que asumió la cancillería hace ya casi 16 años.

Es evidente que después de tanto tiempo hay cierto deseo de cambio, pero al mismo tiempo no hay duda de que a diferencia de sus potenciales sucesores, Merkel sigue siendo ampliamente popular en Alemania.

Una encuesta de principios de julio reveló que es la política con los más altos niveles de favorabilidad del país: un 69 por ciento está satisfecho con su desempeño. Quien le sigue, el ministro de exteriores Heiko Maas, con 22 puntos porcentuales menos. 

Así, Merkel está efectivamente opacando a Laschet, Baerbock y Scholz, quienes no solo están tratando de posicionarse temáticamente de cara a las elecciones sino que, en últimas, también están compitiendo por la atención de los alemanes con la canciller saliente.

La canciller alemana, Angela Merkel, asiste a una conferencia de prensa después de la cumbre informal de la UE y la cumbre UE-China en Berlín, el 8 de mayo de 2021.
La canciller alemana, Angela Merkel, asiste a una conferencia de prensa después de la cumbre informal de la UE y la cumbre UE-China en Berlín, el 8 de mayo de 2021. John MACDOUGALL POOL/AFP

Además, las elecciones de este año tienen un componente inusual. En Alemania no hay un límite a las veces que un canciller puede ser reelegido, por lo que el poder tiende a ser revalidado en las urnas.

Pero como Merkel anunció en 2018 que no se presentaría a los comicios de este año, los alemanes se enfrentan al escenario de tener una lista de candidatos completamente nueva. Y esto puede estar generando incertidumbre entre los 60 millones de llamados a votar el 26 de septiembre.

Deslices en campaña podrían beneficiar a Scholz

Pero la falta de popularidad de los tres candidatos no solo se debe al contraste evidente con Merkel, sino también a su propio desempeño o al de sus partidos. 

Por ejemplo, la popularidad de Laschet, el candidato del bloque conservador CDU/CSU, se vio seriamente afectada luego de que fuera captado por las cámaras riéndose profusamente en una visita a la zona de las inundaciones. Laschet fue criticado por su comportamiento “poco profesional”.

Y Baerbock, del Partido Verde, también ha sufrido por deslices innecesarios de campaña. No sólo tuvo que corregir su hoja de vida luego de que fuera acusada de exagerar sus relaciones con organizaciones internacionales, sino que también admitió haber cometido un error al no declarar ingresos adicionales y tuvo que defenderse de acusaciones de plagio en su más reciente libro.

Quien podría salir beneficiado de estos deslices es precisamente el socialdemócrata Scholz, cuya poca popularidad se debe, por un lado, a una falta de protagonismo que llevó a algunos medios alemanes a describirlo como un “candidato sin esperanzas” o un político “invisible”.

La televisión pública alemana incluso explicó que Scholz parecía “derrotado” en la batalla por la atención de la opinión pública.

Pero, por el otro lado, también se debe al mal momento general que vive su partido. Los socialdemócratas (SPD) son uno de los dos partidos más importantes de Alemania, el hogar político de tres de los ocho cancilleres que ha tenido el país desde la posguerra: Willy Brandt (1969-1974), Helmut Schmidt (1974-1982) y Gerhard Schroeder (1998-2005). Los otros cinco han sido miembros de la CDU.

Olaf Scholz se ha comprometido a poner los problemas ecológicos en el centro del escenario.
Olaf Scholz se ha comprometido a poner los problemas ecológicos en el centro del escenario. AXEL SCHMIDT POOL/AFP

El SPD, sin embargo, lleva años en una profunda crisis, por lo que hasta ahora ni los expertos más optimistas consideraban que podría marcar la pauta en las elecciones de septiembre. 

Pero Scholz tiene a su favor el hecho de ser el político más experimentado de los tres candidatos. Esto es algo que reconocen los alemanes, que en encuestas han señalado que tiene más aptitudes para ser canciller que Laschet o Baerbock.

Y esto es una característica que él ha tratado de explotar. Scholz actualmente es el vicecanciller del país y el ministro de Finanzas, una posición clave en la que debe organizar la ayuda económica tanto para las víctimas de las inundaciones como para quienes se han visto afectados por la pandemia.

Este alto perfil gubernamental podría ayudarle a mejorar su perfil como candidato, sobre todo si Laschet y Baerbock no logran recuperarse de sus respectivos bajones. 

La respuesta se sabrá en los próximos dos meses. Por el momento, lo claro es que ninguno de los tres candidatos genera mucha confianza, un problema para los alemanes a medida que toman la difícil decisión sobre quién será el próximo líder del país. Un líder que dará comienzo a una nueva era política tras 16 años de Angela Merkel. 

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