La desazón de Reino Unido tras el meteórico ascenso del Talibán

Mientras crecen las críticas al Ejecutivo británico por su respuesta a la crisis humanitaria que vive Afganistán tras la toma relámpago del poder por parte de los talibanes, el primer ministro Boris Johnson reiteró que sus tropas no volverán al país asiático y se comprometió a recibir a 20.000 refugiados afganos. 

Ciudadanos británicos y con doble nacionalidad que residen en Afganistán abordan un avión militar para salir del aeropuerto de Kabul, Afganistán, el 16 de agosto de 2021, en esta fotografía obtenida por Reuters el 17 de agosto de 2021.
Ciudadanos británicos y con doble nacionalidad que residen en Afganistán abordan un avión militar para salir del aeropuerto de Kabul, Afganistán, el 16 de agosto de 2021, en esta fotografía obtenida por Reuters el 17 de agosto de 2021. © LPhot Ben Shread/UK MOD Crown / vía Reuters
Anuncios

“Hace 20 años, Osama Bin Laden y el liderazgo de al-Qaeda habían convertido a Afganistán en el epicentro del terrorismo global”, recordó Boris Johnson en una declaración ante el Parlamento el pasado 8 de julio. Con ella creyó cerrar la intervención militar de Gran Bretaña en ese país.

Su anuncio no fue una sorpresa. Sin el apoyo de Estados Unidos es imposible mantener las tropas británicas en terreno, incluso como parte de una misión de la OTAN. Joe Biden había anunciado la misma decisión unos meses antes. 

Entonces empezó la controversia por la inminencia de una crisis humanitaria y el retroceso en los avances logrados especialmente para los derechos de mujeres y niñas y la desestabilización de la región. Además se revivieron temores de un posible ataque terrorista en suelo británico.

Aunque el Gobierno de Johnson afirma que el país y sus veteranos deben sentirse orgullosos por su labor en Afganistán, el analista y experto en guerra terrestre de The Royal United Services Institute, (RUSI), Nick Reynolds, no considera que la intervención británica ni de los aliados haya sido exitosa. 

“Nunca proporcionamos suficiente seguridad para que fuera posible construir instituciones afganas sólidas, que pudieran tener éxito o sobrevivir y eso fue a pesar de una gran inversión”, apunta Reynolds. 

Miembros del Talibán afuera del Aeropuerto Internacional Hamid Karzai en Kabul, Afganistán, el 16 de agosto de 2021.
Miembros del Talibán afuera del Aeropuerto Internacional Hamid Karzai en Kabul, Afganistán, el 16 de agosto de 2021. © Reuters

Por su parte, el profesor de ciencia política de la American University of Afghanistan y doctorante de SOAS University of London, Kaweh Kerami, explicó a France 24 que el colapso de ese país fue “inevitable”. 

“Todavía es pronto para dar una explicación completa de la caída del Gobierno y el regreso del Talibán, pero hay al menos dos factores principales: el alto nivel de dependencia de Afganistán de las botas extranjeras en el terreno, así como de los corruptos, y el liderazgo incompetente e impopular en Kabul”. 

Un balance amargo tras 20 años de guerra 

150.000 miembros de las fuerzas armadas británicas hicieron parte de la coalición de las tropas aliadas para combatir a Al-Qaeda, tras los ataques terroristas al World Trade Center en Nueva York y al Pentágono el 11 de septiembre de 2001. 

La presencia británica se concentró en la región de Helmand, en el sur del país. 

Esas tropas concluyeron su participación en combates en 2014. Desde entonces, los 750 militares que se mantenían en terreno hacían parte de la misión de la OTAN que entrenaba y asesoraba al Ejército de Afganistán. 

“La presencia militar internacional en Afganistán nunca tuvo la intención de ser permanente”, afirmó Johnson, al recordar que 457 británicos murieron durante esa guerra. 

El gasto de la operación durante los 20 años según 'The Guardian' supera los 37 billones de libras esterlinas.

Por su parte, el profesor Kerami resalta que el Reino Unido “desempeñó un papel importante en los esfuerzos antinarcóticos, especialmente en los primeros años de la intervención. En comparación con el compromiso militar, sus esfuerzos de desarrollo han tenido mucho más éxito, por lo que debería continuar”. 

Uno de los orgullos del Gobierno británico es The Girls Education Challenge Fund, que según Johnson ha ayudado a un cuarto de millón de niñas afganas a ir a la escuela. 

Pero bajo las leyes del Talibán, no hay certeza o garantía de que las mujeres y las niñas puedan conservar su derecho a la educación o a trabajar. 

“Llegamos con todo tipo de ambiciones y metas como instalar un Gobierno más liberal, más tolerante, más respetuoso de los derechos humanos que el régimen Talibán. Efectivamente no pudimos construir ese Gobierno”, afirma el experto Reynolds. 

Estados Unidos, fundamental para mantenerse en Afganistán

En un debate en el Parlamento, convocado de manera extraordinaria durante el receso de verano, la ex primera ministra Theresa May puso sobre la mesa varios asuntos fundamentales. 

“¿Era la inteligencia realmente tan pobre, la comprensión del Gobierno afgano tan débil, nuestro conocimiento de la posición en el terreno tan inadecuado? ¿O simplemente sentimos que teníamos que seguir a Estados Unidos y esperar que con un ala y una oración todo estaría bien en la noche?" 

El asunto que resalta May de que el Reino Unido siguió a Estados Unidos cuando anunció su retirada devela una verdad: sin sus recursos militares y tropas sería imposible que las tropas británicas se mantuvieran en ese país, según los expertos. 

    

 

“En términos de que Reino Unido haga cualquier cosa de forma independiente, no, eso no fue realmente posible”, explicó Reynolds. 

El experto detalló que además de la logística, las tropas americanas eran fundamentales por “el poder aéreo que proporcionaron a los afganos en tierra. Por lo tanto, no creo que Reino Unido estuviera en condiciones de hacer eso en absoluto, ni siquiera estuvo cerca”.   

La influencia internacional de Reino Unido

Buscando recuperar el poder británico en el escenario internacional, en medio de una tormenta de críticas dentro del país por la crisis humanitaria en Afganistán, Boris Johnson quiere ahora lograr consensos para exigir a un Gobierno del Talibán estándares de respeto a los derechos humanos, el derecho de las niñas y mujeres a seguir educándose y a renunciar a los nexos con el terrorismo. 

Reino Unido, que tiene la presidencia temporal del G7 –que reúne a las potencias del mundo sin China y Rusia–, ha pedido a sus aliados que no reconozcan “prematuramente o bilateralmente” un Gobierno del Talibán sin acordar esos mínimos. 

Aunque las potencias mundiales coincidan en sus exigencias al Talibán, no hay certeza de que cumplan.   

Johnson alertó a los talibanes que “juzgaremos a este régimen por las decisiones que tome y por sus acciones más que por sus palabras”. 

Sin embargo, las críticas al Gobierno Johnson trascienden el plano nacional dado que Reino Unido pudo aprovechar antes de que estallara la crisis su influencia en escenarios como el Consejo de seguridad de la ONU, la OTAN y la presidencia del G7.   

Ahora Johnson espera que en una cumbre extraordinaria con los líderes del G7 se acuerden acciones reales a corto y largo plazo.

Sin embargo, el profesor Kaweh Kerami no cree que esta crisis vaya a tener efectos políticos inmediatos en el Gobierno Johnson. 

“En los próximos dos o tres años, si Afganistán se convierte en un refugio seguro para las organizaciones terroristas, la amenaza potencial que supondría para el Reino Unido tendría consecuencias para el Gobierno si todavía existe”.

Bienvenida a los refugiados afganos 

En un nuevo programa para refugiados, similar al utilizado con nacionales sirios, este año Reino Unido recibirá a 5.000 afganos. La iniciativa priorizará a quienes estén en más riesgo, por ejemplo quienes trabajaron como traductores de las tropas británicas. Ellos serán recibidos con sus familias, así como mujeres, niñas y minorías y, en próximos años, podrán ingresar 20.000 más, aunque aún no hay una fecha exacta.  

Varios sectores políticos aseguran que este número es muy bajo para el tamaño del desafío actual y la inmediatez con la que se debería actuar. 

La ministra del interior explicó que no pueden comprometerse a recibir más personas dado que a cada refugiado deben dársele mínimos como vivienda, educación y salud.  

Pero también se critica la tardanza con la que el Reino Unido ha evacuado a los afganos que por tantos años han trabajado para ellos poniendo en riesgo sus vidas. 

Un avión de transporte militar británico despega del aeropuerto Al-Maktoum de Dubai con evacuados de Afganistán con destino al Reino Unido.
Un avión de transporte militar británico despega del aeropuerto Al-Maktoum de Dubai con evacuados de Afganistán con destino al Reino Unido. © Giuseppe CACACE / AFP

La prensa local reporta profusamente que ha habido demoras para el procesamiento de las visas, algunas han sido negadas con anterioridad, mientras se está en una carrera contra el reloj por salvar vidas.  

El ministro de defensa, Ben Wallace, asegura que cada día 10 aviones de la Real Fuerza Aérea Británica están evacuando personas en Afganistán. 

Sin embargo, y a punto de las lágrimas, Wallace, un exmilitar, reconoció que tal vez no será posible evacuar a todos los afganos que trabajaron para ellos, especialmente a quienes están fuera de Kabul. 

Boletín de noticiasSuscríbase para recibir los boletines de France 24

Lleve las noticias internacionales a todas partes con usted. Descargue la app de France 24