Se recrudece la crisis en el Líbano tras la suspensión del subsidio a importaciones de combustible
Primera modificación:
Este sábado el presidente del Líbano, Michel Aoun, urgió al Parlamento a tomar medidas para solucionar la crisis desatada luego de que el pasado 11 de agosto el Banco Central anunciara que deja de subsidiar las importaciones de combustible. Cientos de personas protestan, decenas de negocios cierran y el principal hospital del país anunció que deberá clausurar sus servicios esta semana, ante la imposibilidad de tener energía.
Incertidumbre, violencia, bloqueos, protestas, cierres de negocios y hospitales forman parte del recrudecimiento de la crisis multifacética que vive Líbano. El país se hunde en un nuevo escenario que no da tregua a su población.
La agobiante crisis política y económica del país sufrió un nuevo golpe el pasado miércoles cuando el presidente del Banco Central anunció que pondrá fin a los subsidios en las importaciones de combustible, lo que significará un aumento de precios.
Se trata del último giro de una grave situación que ha hundido a la libra libanesa en un 90% en menos de dos años y ha llevado a más de la mitad de la población a la pobreza.
Este sábado, el presidente Michel Aoun, pidió al Parlamento una reunión de emergencia, para tomar las medidas adecuadas tras la decisión del Banco Central de poner fin a los subsidios a los combustibles, debido al estado crítico de sus reservas de moneda extranjera.
Aoun pidió al presidente del Legislativo libanés, Nabih Berri, que convoque una sesión de la Cámara para "encontrar una solución a la decisión de levantar las subvenciones" de carburantes, luego de que su primer intento fracasara con el primer ministro interino, Hasan Diab, según un comunicado de la Presidencia.
El empeoramiento de la crisis del combustible es parte del colapso financiero más amplio del Líbano. Los hospitales, las panaderías y muchas empresas están reduciendo sus operaciones o cerrando en momentos en que el combustible se agota.
La violencia ha estallado en las estaciones de combustible, los manifestantes han bloqueado las carreteras y varios camiones cisterna han sido secuestrados esta semana.
Además, funcionarios del principal hospital privado del país, el Centro Médico de la Universidad Americana de Beirut, informaron que se verían forzados a un cierre a partir del próximo lunes, debido a la escasez de combustible, utilizado para generar electricidad.
"Esto significa que los ventiladores y otros dispositivos médicos que salvan vidas dejarán de funcionar. Cuarenta pacientes adultos y 15 niños que viven con respiradores morirán de inmediato", aseguraron las autoridades del hospital, mediante un comunicado.
El Banco Central explica sus razones para detener las subvenciones
La entidad bancaria ha subsidiado el combustible y otras importaciones vitales al proporcionar dólares a tipos de cambio por debajo del precio real de la libra libanesa. Más recientemente a 3.900 libras por dólar, en comparación con las tasas del mercado paralelo por encima de 20.000.
Esta situación ha consumido una reserva de divisas que, según el presidente del Banco Central, Riad Salameh, ahora asciende a 14.000 millones de dólares.
Lebanon’s foreign reserves reach ‘red line’: Central bank chiefhttps://t.co/NnyIBnFExG pic.twitter.com/4eVmo8lNAL
— Yeni Şafak English (@yenisafakEN) August 15, 2021
Para continuar brindando las subvenciones, el representante del banco asegura que es necesaria una legislación que permita el uso de la reserva obligatoria, una porción de los depósitos que debe ser preservada por ley.
"Les estamos diciendo a todos: quieren gastar la reserva obligatoria, estamos listos, dennos la ley. Tardarán cinco minutos", aseguró Salameh.
Sin embargo, el Gobierno ha señalado que los precios del combustible no deben cambiar. Los importadores de combustible afirman que no pueden importar a precios de mercado y vender a precios subvencionados.
Salameh afirmó que el banco se había visto obligado a financiar a los comerciantes que no llevaban su producto al mercado y que más de 800 millones de dólares gastados en importaciones de combustible en el último mes deberían haber durado tres meses. Aseguró que no hay diesel, gasolina ni electricidad. "Esto es una humillación para los libaneses", agregó.
Encontrar una solución en esta materia parece una labor imposible en un país en el que los políticos no han logrado ponerse de acuerdo sobre un nuevo Gobierno que tome las decisiones, desde que el primer ministro Hassan Diab renunció en agosto pasado, forzado por el fuerte descontento social luego de la explosión mortal en el puerto de Beirut meses antes. Desde entonces, se ha mantenido como 'premier' interino.
Salameh indicó que el Líbano podría salir de su crisis si un Gobierno con mentalidad reformista asumiera el cargo.
Con Reuters, AP y EFE
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