Líbano tiene un nuevo gobierno después de más de un año de espera

El primer ministro de Líbano, Najib Mikati, hace gestos mientras habla con la prensa después de reunirse con el presidente de Líbano, Michel Aoun, en el palacio presidencial en Baabda, Líbano, el 10 de septiembre de 2021.
El primer ministro de Líbano, Najib Mikati, hace gestos mientras habla con la prensa después de reunirse con el presidente de Líbano, Michel Aoun, en el palacio presidencial en Baabda, Líbano, el 10 de septiembre de 2021. REUTERS - MOHAMED AZAKIR

El nuevo gobierno será dirigido por el multimillonario Najib Mikati y estará compuesto por 24 personas. Estos son algunos de los resultados de los 13 meses de negociaciones políticas. 

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El primer ministro Najib Mikati y el presidente Michel Aoun firmaron este viernes 10 de septiembre el decreto de formación del nuevo gobierno, en presencia del presidente del Parlamento, Nabih Berri.

El nuevo equipo incluye personalidades no políticas, algunas de las cuales gozan de buena reputación y popularidad, como Firas Abiad, director del hospital gubernamental Rafic-Hariri que lidera la lucha contra el Covid-19. Se espera que el actual Gobierno de 24 miembros celebre su primera reunión el lunes, dijo el secretario general del Consejo de Ministros, Mahmoud Makiyye.

El presidente francés, Emmanuel Macron, quien sigue de cerca la situación libanesa y había acusado a principios de agosto a la clase dirigente de "apostar por la podredumbre", se pronunció en un comunicado. Afirmó que este es un "paso indispensable" para la formación de un nuevo gobierno en Líbano y así "sacar al país de la profunda crisis en la que se encuentra".

El mandatario galo también subrayó "la necesidad de que todos los dirigentes políticos cumplan los compromisos que han contraído para permitir la aplicación de las reformas necesarias para preparar el futuro de Líbano y permitir que la comunidad internacional preste una ayuda decisiva".

El país llevaba más de un año sin gobierno, después de la dimisión del primer ministro Hassan Diab y de todo su gabinete en agosto de 2020, una semana después de la explosión mortal en el puerto de Beirut.

La crisis económica sin precedentes que atraviesa el país desde el verano de 2019 no ha dejado de agravarse, y el Banco Mundial la calificó como una de las peores del mundo desde 1850. Con una inflación galopante y despidos masivos, el 78% de la población libanesa vive ahora por debajo del umbral de pobreza, según la ONU.

El presidente de Líbano, Michel Aoun, firma un decreto para la formación del nuevo gobierno libanés en el palacio presidencial en Baabda, Líbano, el 10 de septiembre de 2021.
El presidente de Líbano, Michel Aoun, firma un decreto para la formación del nuevo gobierno libanés en el palacio presidencial en Baabda, Líbano, el 10 de septiembre de 2021. via REUTERS - DALATI NOHRA

Una condición para la ayuda internacional

La caída libre de la moneda local, restricciones bancarias sin precedentes, el levantamiento gradual de los subsidios, escasez de combustible y medicinas... El país lleva varios meses sumido en la oscuridad, con cortes de luz de hasta 22 horas diarias. Los generadores que hay en los barrios y que suelen tomar el relevo, también racionan la energía para los hogares, las empresas y las instituciones por falta de suficiente gasolina. El precio de este producto ha aumentado y el petróleo es cada vez más escaso en un país con pocas divisas y en pleno levantamiento de las subvenciones a varios productos básicos.

Son numerosos los retos que le esperan al próximo gobierno, entre ellos el cierre de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, aunque las conversaciones están interrumpidas desde julio de 2020.

Para la comunidad internacional, este es un paso esencial para sacar a Líbano de la crisis y proporcionar otras ayudas. Desde hace más de un año, los países extranjeros condicionan su ayuda a la formación de un gobierno capaz de luchar contra la corrupción y llevar a cabo las reformas esenciales. Desde la explosión en Beirut, el gobierno se había contentado con proporcionar ayuda humanitaria de emergencia, sin pasar por las instituciones oficiales.

A finales de julio, Michel Aoun le había confiado a Najib Mikati, exprimer ministro y el hombre más rico del país, la formación de un nuevo gobierno tras el fracaso de sus dos predecesores.

El exprimer ministro Saad Hariri había tirado la toalla a mediados de julio tras nueve meses de difíciles negociaciones. Luego de su dimisión, acusó a Irán, (país que representa el principal apoyo del grupo Hezbolá) de "obstruir" el nacimiento de un gobierno reformista. Antes de él, el embajador Moustafa Adib también había dimitido.

A pesar de las amenazas de sanciones de la Unión Europea, las advertencias y las acusaciones de "obstrucción organizada" de los últimos meses, los líderes políticos libaneses seguían con su habitual corrupción.

Con AFP

Este artículo fue adaptado de su original en francés

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