Una baja participación, protagonista de los comicios anticipados en Irak

Tras un domingo sin incidentes ni presencia desmedida, cerraron las urnas en las que los ciudadanos del país votaron para elegir un nuevo Parlamento. Sin embargo, hasta el martes no se prevé un anuncio de los resultados. Además, estas legislativas se llevaron a cabo meses antes de lo programado, en respuesta a un levantamiento joven y popular contra la corrupción y la mala gestión política.

Funcionarios trabajan en un colegio electoral durante las elecciones parlamentarias, en Bagdad, Irak, el 10 de octubre de 2021.
Funcionarios trabajan en un colegio electoral durante las elecciones parlamentarias, en Bagdad, Irak, el 10 de octubre de 2021. © Reuters/Thaier al-Sudani
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Las elecciones legislativas en Irak estuvieron marcadas por una baja participación. La votación fue objeto de un boicot por parte de muchos de los jóvenes activistas que abarrotaron las calles a fines de 2019, pidiendo cambios sustanciales en su país. Un reclamo que llevó a que los comicios se hicieran de manera anticipada, este domingo 10 de octubre.

"Nuestro futuro depende de nuestra participación", había advertido el primer ministro Mustafa al-Kazemi, después de depositar su voto a primera hora de la mañana en la fortificada Zona Verde de Bagdad, donde se encuentran gran parte de las embajadas extranjeras y edificios gubernamentales.

Con las urnas ya cerradas, está previsto que los resultados sean dados a conocer dentro de las próximas 48 horas –sobre el martes 12 de octubre–, según informó el organismo independiente que supervisa las votaciones.

No obstante, también se espera que las negociaciones para elegir un primer ministro encargado de formar un Gobierno se prolonguen durante meses. Un total de 3.449 candidatos compiten por 329 escaños en el Legislativo de la nación.

Dos funcionarios de la comisión electoral aseguraron a Reuters que la participación de votantes en todo el país fue del 19% hasta el mediodía. En las últimas elecciones de 2018, la participación total fue del 44,5% . Y ahora los colegios electorales cerraron a las 18:00 hora local.

Las calles en su mayoría estaban desiertas. En algunas zonas se utilizaron altavoces de las mezquitas para instar a los ciudadanos a sufragar, mientras los candidatos enviaron notificaciones automáticas alentadoras y mensajes de audio en grupos de WhatsApp y salas de chat de Telegram.

Sin embargo, según las autoridades, los esfuerzos han sido infructuosos.

Cuando ya había preocupación sobre una baja participación en las urnas, el presidente de Irak, Barham Salih, y el primer ministro, Mustafa al-Kazemi, siguieron instando a los iraquíes a votar en masa. "Salgan y voten, y cambien su realidad por el bien de Irak y su futuro", declaró el premier.

Pese a todo, la apatía ha sido generalizada en medio de un profundo escepticismo de que los candidatos independientes tengan una oportunidad contra los partidos y políticos establecidos, muchos de ellos respaldados por poderosas milicias armadas.

"No votaré mientras existan las mismas caras y partidos", sentenció a AFP un hombre jubilado que se identificó como Abu Aziz.

Más de 250.000 miembros de las fuerzas de todo el país se encargaron de proteger el proceso electoral. El Ejército, la Policía y las fuerzas antiterroristas se desplegaron fuera de los colegios electorales. Los votantes también fueron registrados, como parte de las medidas de seguridad.

¿Qué explica la poca presencia en las elecciones de Irak?

La anticipación de estas elecciones fue resultado de la presión de las protestas ciudadanas hace cerca de dos años.

Y aunque las autoridades cedieron y las convocaron antes de lo programado en el calendario electoral, el número de muertos, la dura represión y una serie de asesinatos selectivos llevaron luego a muchos de los que participaron en las manifestaciones a pedir un boicot en las urnas.

Decenas de miles de personas que participaron en las movilizaciones masivas fueron atacadas por las fuerzas de seguridad con munición real y gases lacrimógenos. Más de 600 participantes murieron y otros miles resultaron heridos en tan solo unos meses.

Pese al escepticismo generalizado, algunos iraquíes esperan que estos comicios conduzcan a reformas en el país, tras décadas de corrupción y conflicto. En contraste, muchos analistas consideran que los cambios serían limitados.

"La elección probablemente resultará en otro Parlamento fragmentado, seguido de un opaco y corrupto intercambio de caballos (…) Pocos esperan que esta elección sea más que un juego de sillas musicales y es poco probable que se cumplan las demandas centrales del movimiento (de protesta): frenar la corrupción sistémica, crear empleos y responsabilizar a los grupos armados", escribieron los investigadores Bilal Wahab y Calvin Wilder en un análisis publicado por el Washington Institute.

Políticos de la mayoría musulmana chiíta en Irak dominan el panorama electoral

Aun con la baja participación, se espera una reñida carrera entre la lista del influyente clérigo iraquí Moqtada al-Sadr y la Alianza Fatah, encabezada por el líder paramilitar Hadi al-Ameri, que quedó en segundo lugar en las elecciones anteriores.

La Alianza Fatah está compuesta por partidos afiliados a las Fuerzas de Movilización Popular, un grupo de milicias chiítas en su mayoría pro Irán, que saltó a la fama durante la guerra contra el grupo extremista Estado Islámico. Incluye algunas de las facciones pro Irán más duras, como la milicia Asa'ib Ahl al-Haq.

Según las leyes de Irak, el ganador de la votación del domingo podrá elegir al próximo primer ministro del país, pero es poco probable que alguna de las coaliciones en competencia pueda obtener una mayoría clara. Eso requerirá un largo proceso que involucre negociaciones clandestinas para seleccionar un primer ministro de consenso y acordar un nuevo gobierno de coalición.

Con AFP, AP y Reuters

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