Eldric Sella, primer latinoamericano en equipo de refugiados, sube al ring de Tokio

Tokio (AFP) –

Anuncios

Cuando el boxeador venezolano Eldric Sella salte este lunes al ring de los Juegos de Tokio no lo hará bajo la bandera de su país sino como el primer miembro latinoamericano del Equipo Olímpico de Refugiados.

Sella, de 24 años, hará su debut olímpico enfrentando en la sesión matinal al dominicano Euri Cedeño en la ronda preliminar del peso mediano (69-75 kg).

El combate culminará un inédito viaje para un deportista de América Latina, desde ser una promesa del equipo nacional venezolano hasta incorporarse al combinado de refugiados creado para Rio-2016 y que hasta ahora concedía oportunidades olímpicas a atletas de África y Asia.

Sella abandonó su casa en 2018 en medio de la fuerte crisis política y económica de Venezuela, cuando era un joven púgil de la emblemática barriada caraqueña 23 de Enero que albergaba sueños olímpicos.

La debacle del país con las mayores reservas de petróleo del mundo ha llevado a más de cinco millones de venezolanos a emigrar desde 2015, según estimaciones de la ONU.

Sella había llegado a formar parte de la selección nacional venezolana a los 18 años pero, solo siete meses después, salió del equipo junto a otros compañeros por falta de recursos.

En 2018 fue invitado a un torneo de boxeo en Trinidad y Tobago y aprovechó el viaje para solicitar asilo.

Unos 24.000 refugiados y migrantes venezolanos residen en Trinidad y Tobago, muchos de ellos después de afrontar un peligroso viaje por mar en el que más de un centenar de personas murieron en naufragios entre 2018 y 2020.

Una vez en la isla, Sella consiguió diversos trabajos puntuales para ganarse la vida mientras mantenía como podía sus entrenamientos de boxeo.

Había dejado atrás su país, familia y amigos, pero se negaba a renunciar también a sus esperanzas deportivas.

"No hubo un día en el que no pensara en ir a los Juegos Olímpicos… en el que no pensara en el boxeo", explicó Sella en unas declaraciones difundidas por la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

"Cuando estaba mezclando concreto, pensaba en cómo eso me ayudaría en mi carrera de boxeo. Cuando estaba cortando césped, también pensaba en cómo ayudaría en el boxeo. Lo que sea que estuviera haciendo, siempre tenía en mente lo que quería hacer", aseguró.

- "Vivo otra vez" -

Sella comenzó a boxear a los nueve años cuando un gimnasio cercano a su casa ofreció clases gratuitas a los niños del barrio. En 2012, con 13 años, conoció el triunfo ganando un Campeonato Nacional en el que peleaba contra adolescentes hasta tres años mayores.

Esa sensación de victoria le acompañó incluso cuando trabajaba como jornalero en Couva, un pequeño pueblo cercano a Puerto España, antes de que comenzara a ganar algunas peleas a las que era invitado esporádicamente.

En 2019 se sintió de nuevo boxeador al ganar la medalla de plata en el Campeonato de la Asociación de Boxeo de Trinidad y Tobago.

Espoleado por el triunfo, encontró información en Instagram sobre el primer Equipo Olímpico de Refugiados que compitió en Rio-2016 y probó fortuna enviando numerosos correos electrónicos hasta que acabó recibiendo una beca del Comité Olímpico Internacional (COI).

"En este programa tendré la oportunidad de participar en los Juegos Olímpicos y representar no solo a mí, sino a millones de personas de todo el mundo que, como yo, se vieron obligadas a dejar atrás su hogar y sus sueños", explicó.

Tras su debut en Rio, el Equipo de Refugiados ha contado con 39 miembros de una docena de países, incluidos Siria, Sudán del Sur, Afganistán, República Democrática del Congo y ahora Venezuela.

Junto a su padre y entrenador, quien se le unió desde Venezuela en 2019, Sella ha venido preparándose intensivamente con la mirada puesta en el debut de este lunes en Tokio.

"Cuando obtuve la aprobación para estar en el programa, sentí que estaba de nuevo en mi camino", agradeció. "Me siento vivo otra vez".