Bolsonaro también está desgastado entre los fieles evangélicos

Archivo-El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, durante un evento, en el Palacio Planalto, en Brasilia, Brasil, el 10 de noviembre de 2020.
Archivo-El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, durante un evento, en el Palacio Planalto, en Brasilia, Brasil, el 10 de noviembre de 2020. © AFP/Evaristo Sa

Río de Janeiro (AFP) – Jair Bolsonaro ya no es tan santo de la devoción de los evangélicos brasileños, cada vez más divididos en relación al presidente ultraderechista por quien votaron masivamente en 2018. ¿Cuáles son las razones del desencanto?

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"El mensaje de Bolsonaro no es el mensaje de Jesús", dice a la AFP el pastor, historiador y cantante gospel Kléber Lucas.

Después de meses de oficios en línea debido a la pandemia, Lucas volvió a realizar cultos presenciales en la Iglesia Baptista Soul de Rio Janeiro. Con mascarillas, los fieles llevan las manos al cielo y acompañan con sus palmas las canciones de este pastor, ganador de dos Grammy latinos.

El mensaje de Jesús es "Justicia para todos, una mesa compartida, respeto a las diferencias, a las opiniones. Y no el fundamentalismo" que, a su juicio, pregona el presidente de Brasil.

"Hablando con líderes que tenían grandes expectativas en ese discurso de moral cristiana, de reivindicación de los derechos de la familia evangélica, percibí que muchos se arrepintieron de haberlo votado", sostiene.

Según una encuesta del instituto Ipec publicada a fines de junio, el 59% de los evangélicos dice "no confiar" en el mandatario.

El porcentaje es inferior al del conjunto de los encuestados (68%), pero sorprende teniendo en cuenta que, según el Instituto Datafolha, el 70% de los evangélicos votaron por Bolsonaro en la segunda vuelta de 2018.

El pastor evangélico y cantante gospel Kléber Lucas, durante un oficio en una iglesia de Rio de Janeiro el 25 de julio de 2021
El pastor evangélico y cantante gospel Kléber Lucas, durante un oficio en una iglesia de Rio de Janeiro el 25 de julio de 2021 ANDRE BORGES AFP

"Para muchos evangélicos, incluso conservadores, hubo una radicalización de Bolsonaro ante la pandemia, en su agresividad, su defensa de la violencia, su aprecio por la dictadura", explica Ronilso Pacheco, investigador en teología de la Universidad de Columbia, en Nueva York.

"En algunas cuestiones ultrapasó el límite", agrega.

"Demasiado radical" 

En el último censo demográfico, de 2010, el 22,2% de los brasileños se declararon evangélicos, pero encuestas recientes sugieren que actualmente son un 30%, adscritos a iglesias protestantes tradicionales o a movimientos neopentecostales.

Bolsonaro es católico, pero su esposa Michelle es evangélica y él fue bautizado simbólicamente en el río Jordán por un pastor en 2016.

Ese mismo año, Jackson Augusto, de 26 años, se vio confrontado a la hostilidad de los asiduos de la iglesia baptista de Recife (nordeste), que frecuentaban su madre y su abuela, por criticar la destitución de la presidenta de izquierda Dilma Rousseff.

"Empezaron a llamarme comunista. Empecé a ser perseguido por pastores y por otros miembros de la iglesia. En 2018 eso empeoró, me sentí completamente aislado. Me aparté de todos los roles de liderazgo y cuando Bolsonaro ganó, decidí abandonar la iglesia", cuenta.

Me molesta la forma en que (Bolsonaro) usa la religión para captar fieles y votos

Algunos pastores votaron por Bolsonaro para impedir la victoria de la izquierda y no tienen reparos en criticarlo.

"En 2018 voté por Bolsonaro, no por adhesión, sino para que el Partido de los Trabajadores (PT) no volviera al poder", afirma César Carvalho, pastor de la Comunidad Cristiana Nuevo Día, de Rio de Janeiro.

"Me molesta la forma en que (Bolsonaro) usa la religión para captar fieles y votos con una agenda de costumbres. Es algo caricaturesco. Me recuerda la época en que nos veían como retrógrados, como una masa manipulada al servicio de intereses políticos", expresa.

Y la duda asoma entre evangélicos que lo votaron por convicción.

"Voté por Bolsonaro en 2018 y no me arrepiento, pero no cumplió todas mis expectativas. A veces creo que es demasiado radical en su forma de hablar", afirma Danielle Alfonso, de 43 años, quien asiste a la iglesia Baptista Soul de Kléber Lucas.

Erosión de la base

Para Jacqueline Moraes Teixeira, antropóloga de la Universidad de Sao Paulo (USP), el recelo de algunos evangélicos hacia Bolsonaro apareció desde el inicio de su mandato.

"Muchos creyentes se avergonzaron de su hablar agresivo, con muchas palabrotas. Algunos se opusieron a los decretos para flexibilizar el porte de armas. Para ellos no se puede ser cristiano y defender las armas", afirma.

Y el agravamiento de la pandemia, que ya dejó más de 550.000 muertos en Brasil, "llevó a muchos fieles a cambiar de opinión", añade.

En las protestas que se extendieron por al menos 400 ciudades del país, los manifestantes condenaron el manejo de la pandemia por el presidente del país, Jair Bolsonaro.
En las protestas que se extendieron por al menos 400 ciudades del país, los manifestantes condenaron el manejo de la pandemia por el presidente del país, Jair Bolsonaro. © Eraldo Peres/AP

"Gran parte del movimiento evangélico está en la base de la pirámide social, y la falta de recursos, el aumento de la pobreza, la distancia entre ricos y pobres les han hecho reflexionar", afirma César Carvalho.

Pero para Pacheco, aunque el apoyo de la "base evangélica popular experimenta cierta erosión", Bolsonaro ha logrado "fortalecer sus vínculos con los líderes" de las iglesias más influyentes.

Y por eso nombró este mes para la Corte Suprema a un juez a quien él mismo calificó de "terriblemente evangélico": André Mendonça, exministro de Justicia y pastor de una iglesia presbiteriana en Brasilia.

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