Pocos voluntarios extranjeros en Tokio-2020, pero muy especializados
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Tokio (AFP) –
Para convertirse en voluntarios en los Juegos Olímpicos de Tokio, Tsan Wong y su esposa Rever Yau pagaron 5.000 dólares por billetes de avión, las cenas y la cuarentena obligatoria en un hotel cuando regresen a Hong Kong.
Antiguo campeón de esgrima de la Commonwealth, Wong forma parte de los pocos voluntarios extranjeros autorizados a participar en los Juegos debido a su experiencia deportiva.
Otros centenares de candidatos que querían venir del extranjero tuvieron que renunciar en los últimos meses debido a los múltiples obstáculos por la pandemia.
Los Juegos se celebran con reglas sanitarias muy estrictas, sin espectadores en la mayor parte de las sedes -lo que limita el número de voluntarios- y los deportistas son sometidos a test cotidianos de coronavirus.
Tsan Wong, de 55 años, también se somete a test diarios porque ejerció de responsable en la zona de calentamiento de la esgrima, disciplina que finalizó el domingo.
Es presidente de la escuela de esgrima de Hong Kong, donde Edgar Cheung Ka-long, medalla de oro en Tokio, se entrenó durante la adolescencia.
"Algunos esgrimistas y entrenadores están muy tensos antes de la competición, por lo que intento ayudarlos a relajarse", explica Wong a la AFP.
"Realmente disfruto mucho aquí", señala, elogiando al equipo de voluntarios que da "el 120%".
- Experto en caballos -
Cuando un caballo está en riesgo de sobrecalentamiento en una prueba de equitación, Miranda Staveley, que vino desde el Reino Unido para trabajar de manera gratuita en los Juegos, sabe exactamente qué tiene que hacer.
"Hay que enfriar al caballo rápidamente cuando se para porque está muy caliente. Es muy peligroso", explica a la AFP Staveley, de 32 años, que participa en competiciones de equitación desde su infancia.
El día en que la AFP la visitó, trataba con agua muy fría a un caballo que luego pudo terminar la prueba de 'cross-country' e incluso lograr una medalla de bronce.
"Como adoro los caballos, puedo hacer esto muy fácilmente", explica Stavaley, que trabaja como informática y que ya fue voluntaria en los Juegos de Londres-2012 y Rio-2016.
Como la mayor parte de voluntarios viven en Japón, Staveley ha ayudado a formar a colegas menos experimentados en Tokio.
Debido a las dudas sobre la cuarentena, la británica dudó sobre viajar a la capital japonesa, en la que ha estado moviéndose únicamente en la 'burbuja olímpica', entre las sedes y su hotel. "Pero merece la pena", subraya.
- 'Unas vacaciones caras' -
La vida de Bruce Danbury está muy ligada al hockey sobre hierba, que ha practicado desde los ocho años. Luego ha sido voluntario en muchos torneos, incluidos los precedentes Juegos Olímpicos.
"El hockey me ha aportado tanto que es genial poder devolverle un poco a este deporte cuando yo puedo", declara a la AFP este británico de 45 años.
Habitualmente coincide con un importante grupo de voluntarios de su país que conoce, pero esta vez en Tokio solo está él, explica.
Y aunque vivir con las restricciones del covid no es sencillo, Danbury mira el lado bueno de las cosas. "Son como unas vacaciones bastante caras, trabajando 15 horas al día en lugar de estar en una playa", cuenta.
Su trabajo es bastante técnico: Se ocupa de regar para que el terreno de juego esté en buen estado.
Se siente "muy afortunado y un privilegiado" por estar en Tokio: "Es una ocasión realmente especial de participar en los Juegos Olímpicos y comprobar que son deportistas extraordinarios".
© 2021 AFP